A unos pocos días de la jornada de huelga en la función pública y de la manifestación estatal del ferrocarril, el clima social, al contrario de la temperatura ambiente está calentándose. Las muy grandes manifestaciones de jubilad@s de la semana pasada han sido una nueva demostración del enfado que sigue creciendo de la mayoría de la población frente a las medidas anti sociales del gobierno.
¡Todos y todas a la huelga y a la calle el jueves!
El jueves 22 de marzo es la primera ocasión desde hace tiempo de volver a encontrarnos tod@s l@s que podamos haciendo huelga y pisando la calle. No solamente los funcionarios, los ferroviarios, los estudiantes de institutos o de universidad, sino también l@s asalariad@s del comercio, de la metalurgia, de los transportes por carretera, l@s carter@s y muchos más. Ya está bien de esperar a ser machacados cada uno por su lado. Esto será una primera etapa para defender el servicio público ferroviario y el estatuto de los ferroviarios así como para resistir frente a la ofensiva del gobierno en contra del conjunto del mundo del trabajo y de la juventud.
Sin embargo, una única jornada no será suficiente para hacer retroceder a la patronal y al gobierno. Ningún sector por sí solo podrá ganar contra este gobierno. Más que nunca hay que construir una huelga masiva, que no se quede sólo en “jornadas sueltas” o en luchas por sectores, que sólo nos conducen a la derrota. Tampoco conseguiremos que los ferroviarios ganen mediante jornadas de huelga de dos días por semana a partir del 3 de abril esparcidas durante tres meses tal y como lo plantean la mayoría de las direcciones sindicales en la SNCF (RENFE). No se puede tener, predeterminado, un calendario diferente al que determine el enfado de los y las trabajadoras. Es necesario un movimiento de huelga indefinida, hasta que se consiga lo que se pide. Eso es lo que debemos atrevernos a llamar huelga general, como en mayo del 68, pero que vaya hasta el final, hasta poner en tela de juicio el poder de aquellos que nos dirigen.
Para hacer retroceder Macron, el arma de los y las trabajadoras, es la huelga.
Ayer Bruno Lemaire, ministro de economía, declaró que el gobierno iba a resistir a la huelga de los ferroviarios y que no retrocedería… el ministro está en su papel, el nuestro es de demostrar que está equivocado. Para ello, es necesario que la huelga de los ferroviarios sea lo más masiva posible, y eso desde el 22 de marzo, y por otro lado que los ferroviarios no se queden solos en el pulso que está a punto de empezar con el gobierno.
A partir del 22 de marzo, es todas y todos juntos l@s que debemos movilizarnos en nuestros centros de trabajo y de estudio: asalariad@s de Air France, de Ford, de Carrefour, de todas las empresas privadas golpeadas por los ERE’s o por la congelación salarial, asalariad@s de la función pública, de los cuales el gobierno quiere acabar con el estatuto para cargarse mejor el conjunto de los servicios públicos, jóvenes escolarizad@s, parad@s y jubilad@s. Hablemos, con nuestr@s compañer@s de trabajo, alrededor de nosotr@s, en las facultades e institutos, en asambleas generales de cuál es el mejor momento para empezar a ponernos en huelga si esperar demasiado, ya que es ahora que el gobierno teme el contagio.
Lo que teme particularmente el gobierno, es que además de unificar nuestras luchas, nos organicemos desde la base, con la preocupación de controlar nosotr@s mism@s nuestro movimiento, y de darle vida democráticamentre. El encuentro estatal del Front Social organizado el 7 de abril en la Bolsa del Trabajo en París y abierto a todas y todos, asalariad@s, sindicalistas, militantes de luchas sociales, será una ocasión importante para avanzar hacia la construcción de un movimiento de conjunto, ya que muy rápido, si otros sectores se ponen en huelga al lado de los ferroviarios el 22 de marzo, el 3 de abril o antes, deberemos entonces de coordinarnos a escala estatal.