Un buen ejemplo cotidiano de lo que significan las políticas homófobas de Bolsonaro en Brasil al servicio de los pentecostales de la Iglesia evangelista es el gravísimo episodio que tuvo lugar el pasado viernes 6 de septiembre en Río de Janeiro. Funcionarios de la Secretaría de orden público (SEOP) del ayuntamiento de la ciudad realizaron a media tarde una inspección en la Bienal del Libro para, según la agencia, identificar y sellar los libros considerados “impropios”.
El secretario dice que atendió con esta requisición a las quejas de clientes habituales a la Bienal del Libro. El jueves por la noche, el alcalde Marcelo Crivella dijo que iba a retirar las copias del comic de “Los Vengadores. La cruzada por la infancia” por “contenido inapropiado”. La publicación en cuestión incluye la ilustración de un beso entre dos personajes masculinos. “Si el libro no sigue las recomendaciones para ser expuesto para la venta y con un contenido adecuado, tomaremos ese material”, dijo el coronel Wolney Dias al llegar para la inspección.
Según él, la fiscalía de la ciudad tiene todo el poder policial para llevar a cabo la supervisión y la incautación de aquel material que considere inapropiado. Horas después, la SEOP envió una nota indicando que ya no había publicaciones que violaran los estándares y que no se había recogido ningún material: “La secretaría municipal no encontró material en desacuerdo con las reglas del Estatuto del niño y el adolescente. 12 agentes pasaro por los 150 stands del evento. No se encontraron copias de la publicación objeto de denuncias de los visitantes”
La historia del comic requisado, escrita por Allan Heinberg y Jim Cheng, trata sobre el equipo de los Jóvenes Vengadores e incluye los personajes Wiccano y Hulkling, que son amantes. “Los Vengadores. La cruzada de la infancia” ha estado en el centro de la polémica a lo largo de esta semana, cuando as redes sociales se quejaron de la escena del beso. Anteayer el alcalde evangelista Marcelo Crivella compareció para afirmar que “No es correcto que los menores tengan acceso temprano a temas que no están de acuerdo con su edad”.
En un comunicado posterior, el ayuntamiento de Río de Janeiro dijo que estaba cumpliendo con el Estatuto de la infancia y la adolescencia y amenazó con revocar la licencia a la Bienal del Libro si volvía a suceder un caso de este tipo con sus publicaciones.”Los libros como este deben estar en plástico negro sellado, advirtiendo de su contenido”, dijo el alcalde en un video de redes sociales, muy aplaudido por la ultraderecha religiosa.
La dirección de la Bienal del Libro respondió afirmando que no retiraría más libros y que daría voz “a todos los públicos, sin distinción, como debería ser una democracia”. “Este es un festival plural donde tod@s son bienvenid@s y pueden estar representad@s. Incluso el próximo fin de semana, la Bienal tendrá 3 stands para discutir la literatura LGTBI. La junta entiende que si un visitante compra un trabajo que no le gusta, tiene todo el derecho de solicitar el intercambio del producto”.
Adjuntaron el párrafo 4 del artículo 5 de la Constitución Federal, que dice que “la expresión del pensamiento es libre”, y el punto 9 del mismo artículo, que señala que la expresión de la actividad intelectual, artística, científica y de comunicación es gratuita, independientemente de la censura o la licencia. “El ayuntamiento no tiene el poder de búsqueda e incautación, sino estrictamente del poder judicial. Desde 2011, la familia homosexual está reconocida, y en 2019 la homofobia se ha convertido en delito, equiparado con el racismo “, dijo Silvana do Monte Moreira, presidenta de la Comisión de los Derechos del niño y adolescente.