Después de una huelga de 5 semanas y choques entre piquetes y guardias  jurados contratados por la empresa, miembros del Sindicato Internacional de panader@s, manufacturer@s, trabajador@s del tabaco y moliner@s (BCTGM) votaron a favor de la propuesta de acuerdo de Mondelez International sobre su nuevo contrato. Un 75% de l@s 1050 trabajador@s en 5 estados de EEUU que secundaron la huelga votaron a favor.

Nabisco es propiedad de Mondelez, fabricante de aperitivos como Oreo, Chips Ahoy y Ritz. L@s trabajador@s de las panaderías Mondelez vieron caducar sus contratos al final de mayo. El 15 de septiembre, el presidente del sindicato, Anthony Shelton, anunció un intento de acuerdo entre la central sindical y Mondelez sobre las condiciones de los nuevos contratos. Las negociaciones sindicales llegaron a una tentativa de acuerdo con Nabisco/Mondelez sobre un nuevo contrato.

El 10 de agosto el grupo local de Porltand, en Oregón, el más reacio a secundar el acuerdo, fue a la huelga como respuesta a la propuesta de contratos de Mondelez, la cual según miembros del sindicato supondría que l@s trabajador@s harían turnos de 12 horas mientras acumulan menos horas extra, con una pérdida de miles de dólares al año. Algun@s trabajador@s de Nabisco han hecho jornadas de más de 16 horas. “Durante la pandemia del Covid-19, l@s trabajador@s han echado muchas horas al día para llevar productos a familias americanas. Mientras, Nabisco obtiene beneficios record, pero todavía quiere exprimir más a sus trabajador@s” declaró el presidente del BCTGM, Anthony Sheldon.

Nathan Williams, sindicalista y uno de l@s más veteran@s emplead@s de Nabisco, que ha dedicado 30 años de su vida a la planta en Richmond, denunció que durante la pandemia en su centro la empresa había impuesto horas extra a l@s trabajador@s debido a algunas bajas por contagio covid en lugar de contratar a nuevos emplead@s. “Para la compañía, se trataba sobre todo de encontrar la forma más barata de hacer galletas”.

A l@s trabajador@s de Portland se unieron a la huelga las panaderías de Richmond, Virginia y Chicago, Illinois. L@s trabajador@s también secundaron el paro en los centros de distribución de ventas de Nabisco en Aurora, Colorado, Addison, Illinois, y en las 2 últimas semana se les unieron emplead@s en Norcross, Georgia, cerca de Atlanta. Esta es la primera huelga a nivel nacional de Nabisco desde la de 1969, que duró 56 días.

Mondelez International ha declarado un aumento del 2’8% en ingresos durante 2020. La compañía defiende que su propuesta de contrato habría aumentado los gastos mientras que no habían cambiado la cobertura sanitaria de sus seguros. “Nuestro objetivo ha sido negociar de buena fe con el sindicato en las panaderías de EEUU y oficinas de venta para llegar a nuevos contratos que sigan ofreciendo buenos sueldos y beneficios competitivos” se puede leer en una declaración de Mondelez.

En 2016 Nabisco eliminó cerca de 600 puestos de trabajo en su fábrica de Chicago y trasladó algunas de sus operaciones a México. Ese año el anuncio fue criticado por el entonces candidato presidencial Donald Trump, quien prometió “no volver a comer otra galleta Oreo” después de señalar que la compañía estaba enviando puestos de trabajo al extranjero. Hace cerró una fábrica en Georgia y otra en Nueva Jersey, lo cual fue descrito por el sindicato como un paso hacia la subcontratación de panaderías en México. Mondelez niega que la compañía esté interesada en desplazar su producción.

Sin embargo, con el lema “Sin contrato no hay snacks” la huelga de trabajador@s de Nabisco se extendió desde Portland a otras ciudades, incluyendo Denver, Chicago y Richmond, Virginia. Destacad@s polític@s demócratas como el senador Ron Wyden, la gobernadora Kate Brown y el senador Bernie Sanders, así como el actor Danny DeVito, dieron públicamente su apoyo a l@s piquetes. Otros sindicatos locales, las comisionadas de Portland Jo Ann Hardesty y Carmen Rubio y jugadores de los Portland Thorns se unieron al grupo local 364 y a la línea del piquete durante las últimas 5 semanas de protestas.

En respuesta al piquete diario, Mondelez International ha contratado a trabajador@s no sindicad@s para reemplazar a l@s huelguistas, y contrató a  una compañía de respuesta a crisis, Huffmaster, para que colocase un pequeño grupo de agentes de seguridad cerca del piquete. Estos agentes de seguridad intentaron intimidar a l@s trabajador@s repetidamente, y el camionero de Portland Jesse Dreyer, quien estuvo solidarizándose con el piquete de Nabisco, puso una demanda contra la compañía por “forzarlo contra una furgoneta durante varios minutos”.

La huelga tuvo éxito desde varios puntos de vista. Lo más significativo es que el sindicato se resistió al intento de Mondelez de realizar cambios en el plan de cobertura sanitaria. Lo que la empresa había propuesto es un sistema de 2 niveles: l@s emplead@s actuales conservarían su mismo plan sanitario, mientras que l@s nuev@s pagarían más en deducibles y primas. Además de reducir la compensación de futur@s trabajador@s, este esquema puede sembrar división dentro de un sindicato a lo largo del tiempo, ya que las personas son recompensadas de manera diferente por el mismo trabajo.

También hubo otras victorias en el contrato: l@s trabajador@s recibirán un aumento de 60 centavos por hora cada año del contrato de 4 años y recibirán un bono de ratificación de 5000 dólares por aprobar el contrato. Tales bonificaciones son comunes en acuerdos que ponen fin a las huelgas, después de que l@s trabajador@s hayan sacrificado sus salarios y sobrevivido con el dinero del fondo de huelga del sindicato: 100.000 dólares. Much@s emplead@s de Nabisco habían aceptado trabajos de medio tiempo para reemplazar al menos parte de sus ingresos perdidos.

La huelga de Nabisco se ha producido en un momento en el que l@s trabajador@s con salario mínimo en EEUU están exigiendo a sus empleadores mejores salarios, horarios, beneficios y un mayor equilibrio de la vida laboral, aprovechando la llegada de la administración Biden a la Casa Blanca.

Traducción de artículo en inglés del periódico online Eater Portland