El PSOE pierde la Junta de Andalucía después de 36 años de gobierno
Las elecciones del pasado día 2 de diciembre sellaron la derrota del PSOE y de Susana Díaz. Por mucho que éste haya sido el más votado con 1 009 243 votos, pierde sin embargo con respecto a 2015 más de 400 000 votos y 14 diputad@s pasando del 35,41% al 27,95% de los votos. Susana Díaz adelantó las elecciones para evitar que le perjudicara la sentencia de los ERE’s, pero ni eso le ha salvado. En cuanto al gobierno de Sánchez, esta varapalo no le permite tal y como lo había previsto poder apoyarse en una hipotética victoria del PSOE andaluz para afrontar mejor un más que posible adelanto de las generales.
Así pues, las elecciones andaluzas dejan al gobierno de Sánchez más débil aún y dejan claro que las políticas antisociales acaban pasándole factura incluso al PSOE de Andalucía. No hay que olvidar que el balance político de la crisis por parte del PSOE en Andalucía es de las tasas de paro general, juvenil y femenino más alta de todo el Estado Español. No es de extrañar que el pueblo andaluz, tradicionalmente votante de izquierdas, haya decidido abstenerse en masa (41,35%, 5,3 puntos por encima de 2015) en estas elecciones harto ya de engaños, de políticas a servicio de los ricos y de corrupción.
PP y C’s entran en disputa para presidir la Junta
36 años después, el PSOE deja, por tanto, San Telmo. Esto en sí no es una mala noticia, al contrario, el problema es la alternativa. Tanto PP como C’s ya se postulan para hacerse con la presidencia de la Junta. El PP, argumentando que son la segunda fuerza de Andalucía detrás del PSOE con 749 275 votos (20,75%) y 26 diputad@s aunque se olvidan por el camino de hablar de la pérdida de 316 410 votos (26,74%) y de 7 diputad@s con respecto a 2015. En cuanto a C’s, argumentando que son la fuerza que más ha subido pasando de 9 a 21 diputad@s y de 369 896 votos (9,28%) en 2015 a 659 631 votos (18,27%) el domingo pasado y eso que estuvieron apoyando al gobierno de Susana Díaz durante tres años.
PP, C’s y VOX tienen mayoría en el Parlamento andaluz ya que suman 59 escaños de un total de 109. Queda por ver quién del PP o de C’s se hará definitivamente con la presidencia. El PP ya ha dicho que no tienen ningún problema en conformar una mayoría con VOX, mientras que C’s se hace el remolón y busca a la desesperada el apoyo del PSOE y la abstención de Adelante Andalucía para no depender de VOX y quedar bien con sus socios europeos. Sea cual sea el desenlace de esta película de serie B, lo que está claro es que, presida quien presida, en los próximos 4 años tendremos a un gobierno en la Junta de Andalucía al que habrá que confrontar la movilización tal y como ya hacíamos con el PSOE. Esperemos que en esta ocasión las direcciones de CCOO y UGT sean algo más virulentas a la hora de enfrentarse a medidas antisociales.
Adelante Andalucía retrocede con respecto a 2015
Los resultados de Adelante Andalucía no han cumplido sus expectativas. La coalición saca menos votos que en el 2015 cuando IU y PODEMOS fueron por separado. Así pues, pierde cerca de 300000 votos pasando de 863 938 votos en 2015 (21,73%) a 584 040 en 2018 (16,18%) así como 3 diputad@s (pasando de 20 a 17). La orientación política llevada a cabo a lo largo de todos estos años ha acabado por tener un desgaste no sólo en la participación militante sino también a nivel electoral. La asimilación a las instituciones y a las políticas de gestión en los lugares donde gobiernan solos (Madrid, Barcelona o Cádiz) o con el PSOE (Castilla La Mancha), los continuos ofrecimientos para gobernar a nivel estatal con el PSOE y para acabar siendo un apéndice más del social-liberalismo como ya lo fue antes IU son sólo unos ejemplos que hacen que cada vez menos gente se crea que son el partido del “cambio”.
A todo eso hay que añadir la casi desaparición de PODEMOS Andalucía como tal de las movilizaciones estos últimos 3 años. El trabajo institucional ha predominado claramente sobre el de la construcción de las luchas. Eso no significa que no salga a la calle ni pelee la militancia de PODEMOS, ni mucho menos. Pero sí que la organización como tal no contribuye a reforzar dichas luchas y que siempre prevalece el aspecto electoral y por tanto si dicha movilización o dicha posición le dará o quitará votos.
VOX irrumpe en el Parlamento andaluz
El partido de extrema derecha VOX ha conseguido entrar en el Parlamento andaluz sacando 12 diputad@s y cerca de 400 000 votos (10,97%) mientras que en 2015 se quedó en 18 000 (0,45%). Sin embargo ese aumento fulgurante no significa que haya aparecido del día a la mañana la extrema derecha en Andalucía. La derecha fascista existía mucho antes pero votaba muy mayoritariamente al PP. Los escándalos de corrupción y las divisiones internas han favorecido que sectores muy reaccionarios que no se sentían suficientemente representados por PP y C’s se agrupen electoralmente en torno a VOX. Éste ha centrado su discurso en el nacionalismo español en contraposición con la cuestión catalana, en el rechazo a la ley de memoria histórica, al feminismo y a la inmigración y ha obligado a que PP y C’s tengan que alinearse en torno a esas cuestiones.
A día de hoy, el voto de VOX sale en gran mayoría de los barrios más pudientes de las ciudades andaluzas. Sin embargo no es descabellado que su discurso del “español primero” y del “enfrentamiento entre pobres” acabe calando en los barrios de las clases populares tal y como ya ocurre en otros países europeos si no somos capaces de proponer una alternativa para nuestra clase a la consecuencias de la crisis que enfrente a los que la sufren con los que se aprovechan de ella. Es alarmante que la ultraderecha haya obtenido su mejor porcentaje (16,79%) en la provincia de Almería y 1ª en la localidad almeriense de El Ejido (29,51%) , así como buenos resultados en la costa malagueña y el Campo de Gibraltar, regiones con alta densidad inmigrante.
PODEMOS e IU no sólo no han llevado a cabo esa política sino que han generado además ilusiones sobre que se podía cambiar la vida de los y las trabajadoras y de la juventud sin enfrentarse a los intereses de las clases dominantes o gobernando de la mano del PSOE. En cuanto al PSOE, las políticas económicas han sido las mismas que las del PP. Al igual que éste, han atacado a las pensiones, han recortado, salvado a la banca, privatizado, privilegiado el pago de la deuda, abaratado y facilitado el despido, precarizado a la juventud. Todas esas políticas y esas falsas ilusiones también son responsable hoy de la subida de la extrema derecha.
Una izquierda revolucionaria dispersa en diferentes candidaturas, muy débil pero más útil que nunca
Los resultados de las diferentes organizaciones de la izquierda revolucionaria muestran la debilidad y el poco peso de ésta fuera de los ámbitos militantes y de algunos sectores, a pesar del aumento en votos desde 2015. Los resultados de Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR en las provincias de Málaga y Granada marcan esa misma tendencia al sumar 649 votos. Sin embargo, esos resultados no invalidan que sigan siendo necesario visibilizar una candidatura política que mantenga una independencia de clase clara con respecto a los partidos que defienden el régimen del 78 y sus instituciones, una candidatura que asuma un programa de urgencia social que se enfrente a los intereses de los capitalistas y que deje claro que para imponerlo es necesaria la movilización y las huelgas, que defienda la ruptura con un sistema injusto que sólo genera desigualdad y miseria y que abogue por la construcción de una sociedad sin explotación y sin ningún tipo de opresión.
En Andalucía, seguimos pensando que es posible en base a esos ejes políticos conformar candidaturas unitarias en el futuro que aspiren a reagrupar a tod@s aquell@s que se movilizan a diario contra las políticas antisociales gobierne quien gobierne.
El lunes 3 de diciembre salieron a la calle miles de jóvenes en distintas ciudades andaluzas para mostrar su rechazo al fascismo y a la entrada al Parlamento de VOX. La izquierda revolucionaria organizada debe contribuir a fortalecer ese movimiento y hacer lo posible para impulsar espacios en los que se puedan llevar a cabo movilizaciones que dejen claro que el fascismo y la extrema derecha siempre acaba enfrentando a l@s pobres entre sí y que sin embargo nunca se enfrenta a los intereses de los ricos y de la patronal.
Las organizaciones políticas, sociales y sindicales de Andalucía deberían seguir el ejemplo de la juventud y convocar ya a una gran jornada de movilización en todas las provincias andaluzas en contra del fascismo, de la extrema derecha y ligarlo a la necesidad de un programa de urgencia social que se enfrente a los intereses de la clase dominante para revertir los recortes, aumentar los salarios, las pensiones, para acabar con la precariedad y los despidos, para asegurar una vivienda digna y unos servicios públicos de calidad. Iniciar esa lucha es, para nosotr@s, la forma más eficaz de enfrentarse a la extrema derecha y a sus políticas racistas, machistas y al servicio de la patronal.