Ya no hacen falta huelgas generales solo para conquistar derechos. Basta controlar la logística para cortocircuitar el sistema. L@s trabajador@s de Amazon en Italia, que lo saben, celebrarán el Black Friday con huelga, la fiesta de la bulimia capitalista en la que están obligad@s a turnos y ritmos exhaustos. Esta decisión fue tomada en dos asambleas esta misma semana en donde l@s dependientes acordaron exigir condiciones laborales más humanas y sueldos por pagos extraordinarios que aún no se han otorgado. Comprador@s o no en Internet, sabemos muy poco de las condiciones de trabajo de quien está al otro lado del PC, el libro electrónico o teléfono inteligente que hemos solicitado.
Será un viernes negro (como el color de piel de los esclavos que se rifaban a bajo coste para la temporada de invierno y que dieron el fatídico nombre), no solo por la prisa de los descuentos, sino también por el paro lanzado que ha hecho sonar las alarmas de la patronal. Un inédito bloque sindical, CGIL, CISL, UGL, SICobas, UIL, del sector del comercio en Castel San Giovanni, Piacenza, ciudad donde se concentra la empresa, posibilitará que 4000 emplead@s se crucen de brazos en uno de los días donde la explotación llega a sus cotas más altas y las solicitudes de compra se disparan.
En EEUU es un día de culto, incluso festivo en California y otros estados para que la gente pueda dedicarse totalmente a comprar. También es un excelente indicador del estado de salud de la economía a testar antes de la campaña de Navidad. Precisamente el mejor resultado de ventas en Black Friday tuvo lugar en Italia por Amazon, con más de 1,1 millones de productos pedidos: un promedio de 12 por segundo. Se predice que 2017 será aún más rentable para el gigante del comercio electrónico, que ha puesto en su portal muchos productos a la venta con fuertes descuentos durante toda la semana. No es casual la fecha escogida.
L@s trabajador@s llaman al centro de Piacenza “la nave espacial”. Todos los días, hay libros, productos de tecnología y todo lo que el gigante estadounidense del comercio en línea vende. Amazon Italia aterrizó en Castel San Giovanni hace una década y los sindicatos llevan años denunciando ritmos de trabajo extenuantes sin discontinuidad y unas exigencias de alta productividad escandalosas. Amazon Italia tiene unos ingresos impresionantes y se pide que estos beneficios repercutan directamente en el sueldo de sus emplead@s y fijar un nivel de retribución superior al mínimo previsto en el contrato nacional.
El objetivo de la huelga es bloquear los correos que en la actualidad deberían tener un excedente de trabajo, ya que la estrategia de descuentos pre-Navidad parece funcionar bien. Sin embargo, la planta no se cerrará por completo porque la huelga solo afectará a quienes son emplead@s de Amazon y no a conjunto de l@s trabajador@s con contrato. Francesca Benedetti, la representante territorial del sindicato CISL, señala que ha sido difícil encontrar trabajador@s dispuest@s a dar el paso, pero el hecho de la convocatoria de huelga significa que las condiciones ahora se han vuelto insostenibles.
La denuncia de los sindicatos, que han puesto un pie en Castel San Giovanni desde hace poco más de un año, también se extiende a los problemas físicos y psicológicos que much@s emplead@s sufren: muñecas inflamadas, pulso acelerado, ataques de pánico, depresión, dolor de brazos, vista nublada debido a turbos nocturnos ininterrumpidos durante un mes, etc. En Amazon se trabaja deprisa siempre, para optimizar el tiempo y no desilusionar a los consumidores. Se calcula que un 70-80% tiene hernias o problemas de espalda o cuello. L@s trabajador@s señalan que en Amazon no hay un minuto en que te quedas quieto, y en vacaciones de Navidad aumenta el ritmo: hay una gran demanda de productividad para sus emplead@s que no coincide con las bonificaciones o condiciones laborales sostenibles con los turnos.
Sin embargo no es la primera vez que el coloso multinacional fundado por Jeff Bezos está en el centro de fuertes protestas por los derechos de l@s trabajador@s. En agosto de 2015 el New York Times publicó una encuesta sobre las condiciones inhumanas de trabajo dentro de la empresa, que fue rápidamente desmentida por Amazon. Pero en Europa la relación entre dependientes y Amazon no es de las mejores desde hace años. En diciembre de 2015 hicieron huelga en Navidad l@s emplead@s en Alemania, y el año anterior un grupo de activistas lanzó una campaña de boicot en Inglaterra para obligar a Amazon a pagar el salario mínimo a sus dependientes. También el sindicato alemán Verdi anunció que l@s trabajador@s de Amazon harán paro en 6 zonas de distribución del país.
El nudo económico es solo una de las muchas quejas de quienes harán rojo este Black Friday. El problema es el resultado del acuerdo de negociación colectiva para el sector en el que se enmarcan l@s emplead@s: Amazon no se inscribe en el sector de la logística sino en el sector de servicios y así está previsto en el convenio colectivo nacional, con un salario de aproximadamente 1200-1250 euros al mes. Los sindicatos exigen la aplicación de un contrato de segundo nivel con condiciones económicas más equilibradas y que la empresa rechaza aplicar pues se acoge a la legislación italiana.
Amazon en Italia dijo en un comunicado que tratará de garantizar entregas programadas para sus clientes este Black Friday y en los días siguientes y que no comparte las falsas acusaciones de los sindicatos. La compañía dijo que los salarios pagados a sus trabajador@s estaban entre los más altos en el sector logístico y que también les brindaba algunos beneficios, como un seguro médico privado gratuidad en los programas de capacitación. Tras la convocatoria de huelga, algun@s dependientes en puestos clave denunciaron amenazas de despido si secundaban la huelga y se supo que Amazon ya había pedido refuerzo policial en la planta de Piacenza.
Este viernes de noviembre será un viernes menos negro y más rojo para l@s emplead@s en Castel San Giovanni y un poco menos apacible para Amazon en Italia. El Back Friday italiano se resentirá pero en cambio la patronal sentirá en sus propias carnes, aunque solo por un día, la fuerza de la autoorganización de l@s trabajador@s dificultando que el engranaje bien engrasado que produce beneficio repita con la misma fuerza el chasquido de los látigos de los esclavos que inauguraron este día de la orgía del capitalismo, probablemente el día en que más se explota a l@s trabajador@s en el mundo.