Desde el viernes 25 de marzo, miles de trabajador@s de Amazon votarán si fundan un sindicato, el final de una intensa y observada campaña que ha tomado enormes proporciones por las implicaciones que tiene en el futuro de la creciente fuerza de trabajo de los almacenes. En el centro de esta batalla, en los pantanos de Staten Island, hay una parada de autobús que últimamente se parece a un instituto abriendo para salir a la hora de comer.

Allí, Christian Smalls aborda especialmente a adolescentes y venteañer@s con mochila, vaqueros y chándal mientras esperan al S40 o al S90, el cordón umbilical que lleva trabajador@s de y hacia el enorme centro de clasificación LDJ5 y al centro de satisfacción JFK8. Entre los dos, un@s 9500 emplead@s se pasan las jornadas cargando, empacando y enviando artículos a comprador@s de la ciudad. La parada de autobús se ha convertido en la ligadura central para trabajador@s antigu@s y nuev@s que tratan de organizar el primer sindicato en la compañía, tras un intento en Alabama que se quedó corto el año pasado.

El pasado jueves, Smalls llegó hasta la parada de bus en un SUV Chevrolet en el que prácticamente ha estado viviendo desde que empezó la campaña por la organización del sindicato, unos pantalones vaqueros Nike, una sudadera con capucha amarilla y por encima una camisera azul eléctrico de ALU, que combina perfectamente con sus zapatillas Nike Air Max 270 React ENG. Venía directamente de una comparecencia ante el juez, después de haber sido acusado de allanamiento y resistencia a la autoridad el mes pasado en una propiedad de Amazon que estaba cruzando la calle.

Se pasa la mayoría de sus días en la parada hablando con trabajador@s. Algun@s se alegran de verlo, como si se tratase de un viejo amigo, cuando distribuye las camisetas o asegura a l@s trabajadors que va a cambiar la bombona de propano de la calefacción. La carretera vacía que corta entre los dos enormes almacenes muestra cicatrices de las luchas obreras. Velas gastadas en conmemoración de una mujer de 24 años de Washington Heights que trabajaba en el JFK8, atropellada por un conductor mientras cruzaba la calle en su descanso para comer a media noche.

Una valla alambrada alrededor del centro de clasificación, cubierta con una densa malla verde, se puso en la primavera de 2020, después de que algun@s trabajador@s (incluyendo a Smalls) montaran una protesta porque la compañía no avisó de que algun@s compañer@s habían dado positivo en Covid-19. Pusieron los andamios a finales del año pasado, obstruyendo la vista del área alrededor de la parada de bus desde ambos edificios, junto con la valla, que Smalls y otr@s activistas adornaron con cintas con las letras “ALU”. “Es como si hicieran todas esas cosas para intimidar a la gente” declaró Smalls, un antiguo supervisor en Amazon de 33 años en el edificio JFK8 que fue despedido en la primavera de 2020 por supuestamente no seguir las normas de seguridad covid después de la protesta por la inseguridad sanitaria.

TikTok Union Hall

Junto a su amigo Derrick Palmer, que trabaja en el centro de satisfacción JFK8, Smalls y un puñado más de personas están liderando los esfuerzos del Sindicato de Amazon, un grupo independiente formado por trabjador@s antigu@s y actuales de la planta de Staten Island. Buscan un salario mínimo de 30 dólares por hora y mejores condiciones laborales, incluyendo dos descansos pagados de 30 minutos y una parada de 1 hora pagada para el almuerzo, junto con políticas de promoción interna trasparentes. La votación del año pasado sobre la sindicalización de Alabama se quedó corta tras la caracterización que Amazon hizo de la campaña del Sindicato de Minoristas, Mayoristas y Grandes Almacenes, como el trabajo de intrusos externos. Esta línea de enfrentamiento no se desarrolla en los organizadores de base de la campaña de Staten Island.

Alto y delgado, con una barba corta recortada, Smalls está espeluznantemente tranquilo sobre la votación sindical que tiene lugar durante el miércoles en el centro de satisfacción JFK8.“He estado tratando con esta máquina durante muchos años, casi 7 ya”, dijo. “Si estás estresado y al límite, tomarás las decisiones equivocadas. Así que tienes que estar tranquilo, calmado y con una hoja de ruta clara” dijo en una entrevista este mes.Smalls, que vive en Newark, tiene una figura poco común de líder sindical. Su mascarilla negra estampada con el logo del Sindicato de Amazon se le bajó mientras hablaba con el medio The City  antes este mes, revelando unas parrillas doradas. Ha perdido la cuenta de cuántos tatuajes tiene. Ahora es muy diferente, ahora tengo un motivo por el que hacérmelos”. Smalls añadió: “temenos un pacto ahora mismo. Si ganamos todxs nos haremos un tatuaje del Sindicato de Amazon”.

Cuando se dio a conocer por primera vez como líder de las protestas por las medidas de prevención ante el COVID de 2020, la gerencia de Amazon trató de usar sus pintas callejeras desenfadadas como una forma de quitarle el crédito. En un memorándum filtrado de una reunión, ejecutiv@s de Amazon, incluyendo el CEO Jeff Bezos, dijeron que Smalls “no es inteligente ni tiene vocabulario”, y buscaron crear una narrativa mediática alrededor de Smalls para hacerle “la cara de todo el movimiento de organización del sindicato”.

El memorándum despertó algo en Smalls, que en realidad es un interlocutor suave y meticuloso en la elección de sus palabras.“Irónicamente, dijo que me hicieran la cara de todo el esfuerzo por la sindicalización, así que me dije muy bien, esa es una buena idea”. Much@s emplead@s se parecen más a Smalls – mayoritariamente jóvenes, negr@s, latin@s, urbanitas de clase trabajadora – que a Bezos, la segunda persona más rica del mundo, con una fortuna de 186 mil millones de dólares.

Amazon no ha dado respuesta a las cuestiones alrededor de la demografía del almacén pero, según l@s trabajador@s, la vasta mayoría de tranajadorxs en las instalaciones de Staten Island son no-blanc@s. “Esto es Generación Z”, dijo Smalls entre risas. Por tanto, las redes sociales cubren la campaña organizativa. Smalls se ha dirigido a Twitter cuando el sindicato en ciernes necesitaba un abogado laboralista – y encontraron a Seth Goldstein, que sigue siendo el abogado pro bono del sindicato. Para aumentar su presupuesto así como su perfil, l@s organizador@s se dirigieron a TikTok, compartiendo escenas cortas en video del trabajo entre bambalinas detrás de una compra absurda que toma 45 segundos a un comprador hacer.

La cuenta de TikTok @amazonlaborunion, con cerca de 43k seguidor@s, hace remixes de la terrible adversidad de las luchas obreras contra las autoridades con el carácter distintivo del empoderamiento y el hazlo tú mismo de su campaña autoorganizada y humilde. Un video reciente que mostró a miembr@s del Sindicato de Amazon siendo arrestad@s por allanamiento, resistencia al arresto y obstrucción de la administración gubernamental, seguido de tomas de una bodega popular que ofrecía gorras y libros gratis, seguido de una rap “cascanueces” (en inglés es un juego de palabras entre el Cascanueces y romper las nueces – testículos – de otra persona).

Otras cuentas de TikTok han recortado partes que mostraban trabajador@s de Amazon juntando paquetes y atándolos con cinta adhesiva, generando cientos de miles de visitas. Algunos comentarios dicen verlos como videos extrañamente satisfactorios de productos siendo colocados meticulosamente en una caja como piezas de un puzzle. Para otr@s, es una ventana a los turnos de 10-12 horas de tareas monótonas en un curro que se empieza con un sueldo de 17 dólares la hora en Staten Island. L@s organizador@s del sindicato han entrado al circuito de TikTok con su propia muestra del interior de su almacén-fortaleza – y escenas de desgaste de las estructuras rígidas de la compañía con sus propios pequeños actos de desafío y construcción de poder.

En un video se grabó “Vale, ahora vamos a tomar las salas de descanso”; miembros del Sindicato de Amazon repartieron pizza y panfletos dentro de los cubículos acortinados. Otros videos destacaron las ironías que invaden los almacenes, como una televisión en un almacén que reproducía el discurso “Tengo un sueño” en el día de Martin Luther King mientras las correas de transmisión llevaban productos zumbando de fondo. El nivel de exposición pública para una campaña de organización sindical es “bastante inusual”, dijo Joshua Freeman, un profesor de historia en el Colegio del Trabajo y los Estudios Urbanos CUNY. Ese uso de las redes sociales crea una “conexión directa interpersonal” entre l@s clientes y las personas detrás de los pedidos, apuntó Freeman. “es una cosa excepcional en esta época en la que el trabajo es escondido y el proceso del trabajo que crea el mundo en el que vivimos”. Pero las escasas muentras detrás de las cámaras podrían tener una vida corta.

Antes de la pandemia, Amazon obligaba a l@s trabajador@s a mantener sus teléfonos en sus taquillas durante la jornada laboral, una política que cambió con el golpe del covid y la necesidad de l@s trabajador@s de mantener el contacto con sus seres queridos que estaban fuera. Amazon planea reinstaurar la política de fuera móviles para el mes que viene, según Palmet, el vicepresidente de la organización del Sindicato de Amazon. Entre las demandas de ls@ tranajador@s está mantener el acceso a sus teléfonos. En un email, la portavoz de la compañía, Kelly Nantel, dijo que “l@s emplead@s pueden llevar sus teléfonos consigo”, pero no ha aclarado si esa política está por terminar. “Como compañía, no pensamos que los sindicatos sean la mejor respuesta para nuestr@s emplead@s. Nuestra atención sigue siendo trabajar directamente con nuestro equipo para seguir haciendo de Amazon un gran lugar para trabajar”.

Cambio generacional

Diferente a generaciones anteriores, que pueden recordar cuando el presidente Reagan despidió a 11 000 controlador@s aére@s por hacer huelga en 1981, millenials y generación Z no estaban vivos para ese evento u no tienen el pesado trauma y miedo a organizarse, dijo María Figueroa, decana del Colegio de Estudios Laborales Harry Van Arsdale Jr. en la Universidad SUNY Empire State.  Esto tiene un efecto tranquilizador en la sindicalización” dijo Figueroa. En los últimos años, los sindicatos has sido vistos como una “organización exclusiva” que promovía “un montón de resentimiento” porque los trabajos sindicales estaban fuera del alcance de la gente más joven. “No veían a los sindicatos como un vehículo que mejora sus condiciones laborales, sino como barreras, porque no se podían afiliar a sindicatos, especialmente en empresas de construcción y en la industria de las artes y el entretenimiento” dijo.

Reciente organización de alto perfil – de l@s trabajador@s de Amazon en Alabama y Nueva York hasta l@s emplead@s de Chipotle, baristas de Starbucks, y dependientes en REI – refleja la “escalada lenta pero inexorable” de insatisfacción con la creciente desigualdad económica, dijo Wilma Liebman, una antigua negociadora en la Mesa Nacional de Relaciones Laborales durante la administración Obama.

“Creo que se volvió obvio, incluso antes de la pandemia, que much@s trabajador@s estaban hart@s”, dijo ella en una entrevista para THE CITY. “Han sufrido una congelación salarial durante décadas. Tenían trabajos precarios, muchos de los cuales, con agendas muy impredecibles, condiciones laborales difíciles”.

Todos esos problemas se sumaron a la pandemia, cuando los comercios cerraron sus puertas para corregir la curva de expansión del virus, trabajadores de cuello blanco se fueron a trabajar desde casa y solo aquell@s señalad@s como “trabajador@s esenciales” continuaron el trabajo en persona mientras que los casos de COVID y las muertes aumentaban.“La atención que recibió la difícil situación de los trabajadores esenciales y las duras realidades de sus vidas, realmente, creo, pone esto claramente en el ojo público”, dijo Liebman. La atención inesperada de los medios a lxs trabajador@s esenciales trabajando duro a través de un virus mortal catapultó su trabajo ampliamente ignorado en el frente de la conciencia americana y ahora “podéis volver a lo de siempre”, dijo Friedman.

La vida pasó

Para Smalls, organizar no era algo que él se viese haciendo. Su madre, una ayudante administrativa en el Hospital Beth Israel en el East Side de Manhattan, es miembro de SEIU 1199 (un sindicato de personal sanitario), pero eso era todo lo que él sabía sobre sindicalismo. En vez de eso, él se veía en la música, yendo a la universidad en Florida con su carrera musical en ciernes. “Supongo que se podría decir que yo era un organizador porque siempre he tenido que organizar mis propios espectáculos, mis propias exhibiciones” recuerda Smalls. Él ha “tocado la tecla en algún momento” y ha deambulado por los mismos círculos que grandes nombres del rap como el vecino de Harlem A$AP Rocky y ha abordado a Drake y a Kanye en clubs y espectáculos. 

Pero entonces la vida pasó. En sus primeros 20, Smalls estaba a punto de convertirse en padre (de gemelos). “Es posible que realmente lo hubiera logrado de haber seguido. Pero simplemente sentí que, como artista independiente, sabes, te lo pagas todo del bolsillo y no me convenía ser padre al mismo tiempo, así que di un salto de vuelta a la fuerza de trabajo” dijo. Ha trabajado en un almacén de dulces como camionero en el turno de noche escogiendo órdenes que vienen en pallets y finalmente terminan en las estanterías de las tiendas, así como en Home Depot y Walmart.

Smalls empezó a trabajar para Amazon en 2015 tras el descubrimiento de su madre de que se había programado la apertura de un centro de satisfacción (EWR9)  en Carteret (Nueva Jersey) y “esencialmente escribió ella la mitad del formulario” por él. Empezó como empleado de base en un almacén asociado como “recogedor”, conocido en la jerga de Amazon como “un puesto de salida PCS” en el que podría recoger la compra de algún cliente. En aquel tiempo, trabajar en Amazon era “mucho menos estresante” y las exigencias e productividad no eran tan altas, dijo. En parte se culpa a sí mismo del aumento de la carga de trabajo. Donde era lo normal recoger 250 artículos en una hora, él estaba recogiendo 400 artículos de clientes en 2015, lo que cuenta ahora que es la norma. Un representante de Amazon no quiso responder a preguntas sobre las cantidades de la producción.

En 2017, dejó Nueva Jersey para ir a trabajar en un edificio de Amazon recién abierto en Connecticut, BDL2, donde Smalls dice que sufrió racismo. “He pedido el puesto de manager 49 veces y solo me entrevistaron 2. Entonces me di cuenta de que no había las mismas oportunidades para mí ni para otras minorías” dijo a The City. Lo despidieron por supuestamente robar 2 minutos de tiempo de la empresa, lo que el atribuye a una “error humano” por meter la ficha de manera incorrecta por 2 minutos. Fue readmitido en cuestión de semanas tras apelar la decisión de la empresa. Sobre el mismo tiempo en 2018, un nuevo centro de satisfacción fue anunciado que se abriría más cerca de casa, en Staten Island, JFK8.

Smalls empezó trabajando en turnos de 12 horas por la noche durante 3 jornadas antes de ser recolocado de día, donde trabajaba 10 horas 4 horas a la semana; un trabajo que exigía que estuviera de pie la gran mayoría del tiempo. No es nada extraordinario para el trabajador normal andar 30 millas (casi 50km) al día en el JFK8, recuerda, un edificio de 855 000 pies cuadrados (unos 80000 Km cuadrados).

Mantenerse firme

Fue en el JFK8 donde Palmer, el hombre del Sindicato de Amazon dentro del centro, conoció a Smalls y la pareja “lo empezamos todo”. Él se viste de manera mucho más simple, pero sigue casando sus Nike Air Max Plus Hyper Azul 2018 con su camiseta del Sindicato. Sus expresiones facials son suaves y de aire infantile, enmascarando sus 33 años. Habla con la claridad y fluidez de un campeón de debate de instituto. Y donde Smalls rezuma evasión, Palmer es cálido y afable.

Smalls ha sido supervisor de Palmer y su equipo, dirigido hombres negros, eran los número 1 cuando se trataba de productividad, contó Palmer. Tal como Smalls, Palmer se enteró de la oferta de trabajo de Amazon a través de su madre. Empezó hace 6 años en Nueva Jersey contando inventario. Entonces se convirtió en un “embajador” de la empresa, entrenando nuev@s emplead@s en mover y contar. Creció en Piscataway, Nueva Jersey, donde varios estudiantes de secundaria se hicieron camino hacia la NFL. Palmer le dio una oportunidad al fútbol americano, pero se dio cuenta de que no era para él.

Criado por una madre soltera que trabaja haciendo catálogo para una empresa farmacéutica, que lo metió en un campamento teatral mientras crecía para manternerlo “activo”, recuerda. “Ella siempre se aseguraba de que yo tuviera las ideas claras, ¿sabes lo que quiero decir? Ella siempre me ha ducho que me mantenga firme y que no dejase que nadie me intimidase” declara Palmer. Le gustó el teatro y aspiraba a convertirse en actor, siendo sus referentes Samuel L. Jackson, Denzel Washington y Michael B. Jordan, que señala que también es de Nueva Jersey. El mantra de Palmer de mantenerse firme se puso muy pronto a prueba.

A los 5 minutos de empezar la entrevista con The City en los bancos de la parada de autobús, un representante de Matrix Development Group, los propietarios de la parcela en la que se asientan los edificios de Amazon, amenazaron con llevarse la bombona de calefacción que el Sindicato de Amazon puso en la parada en febrero para calentar a l@s trabajador@s mientras esperan al autobús. El empleado, que se identificó como David Figueroa, argumentaba que la lámpara no podía estar allí porque aquello era una propiedad privada y que era un “peligro”.

“¿Por qué no se lo ha llevado nadie? ¿Cómo puede ser que viniera aquí la policía y nadie dijera nada? ¿Cómo puede ser que la policía incluso nos informara de que esto es un espacio de propiedad pública, aquí y el área de autobuses de allí?” Palmer apuntó con calma a otra parada calle abajo. Matrix no ha respondido a las peticiones de comentario. “Tratar con un enfrentamiento constante es solo una cuestión de la vida diaria, mientras la organización se ha intensificado mientras se acerca la votación” dijo Palmer. “Así es como soy. Sé cómo mantenerme firme y que eso es parte de las razones por las que hemos tenido tanto éxito, ya sabes, conectando con trabajador@s a diario incluso cuando no estoy trabajando. Solo estando comprometido, porque cualquier otra persona probablemente se habría asustado”. La bombona, con “ALU” escrito en conta negra, sigue en la parada de autobús.

Llamar a cada trabajador/a

A Palmer no lo despidieron por hacer una protesta contra las políticas de Amazon contra el covid de hace 2 años. No está seguro de por qué él no ha sufrido el mismo destino que vari@s otr@s compañer@s que fueron despedid@s, en vez de recibir un “último aviso”. “Han recibido mucha presión por hacérselo a Chris y con lo del memorándum y todo. Creo que para ellos era como ‘No queremos hacérlo con 2 trabajadores afroamericanos. Parecería que estamos yendo a por los negros’” dijo.

Mientras Smalls se pasa la mayoría de sus días fuer a del JFK8 o en la parada de autobús, Palmer sigue trabajando en el edificio de cuatro plantas, hablando con l@s trabajador@s y poniéndose en la sala de descanso durante su tiempo libre para tensionar los apoyos cuando no está trabajando en el departamento de empaquetado. Allí, durante 10 horas al día, 4 días a la semana, se va alternando entre contenedores con órdenes de clientes y las pone en cajas que son enviadas al departamento de envíos.

Ambos hombres, y un puñado de otr@s organizador@s, se han pasado las últimas semanas usando los teléfonos, haciendo llamadas a cada trabajador/a con derecho a voto en la próxima elección sindical (un@s 6000 emplead@s). Algunxs trabajador@s llamaron pidiendo conocer a los organizadores en persona para debatir sobre el intento de sindicalización. Para es@s trabajador@s que tienen preguntas, ellos se centran normalmente en las cuotas del sindicato y en cómo funciona, comenta Smalls.

“Una vez que respondemos a sus preguntas, es fácil hacer que cambien de opinión porque entienden que Amazon les está dando información falsa” dijo en una entrevista telefónica. Tan pronto como esta semana, sus cuentas internas les daban el apoyo del 67% de trabajador@s, diciendo que planean votar a favor del Sindicato, con un 20% opuest@s y el resto todavía en disputa, comentó Palmer al The City.

Ayuda exterior

Se acerca el segundo aniversario de las protestas por las medidas de seguridad insuficientes contra el covid mientras se acerca la votación por el sindicato en el JFK8, el 30 de marzo. Si la mayoría de trabajador@s con derecho a votar lo hace por montar el sindicato, la Mesa de Relaciones Laborales Nacional de EEUU certifica la organización y el sindicato podrá empezar a negociar colectivamente con el empresario.

Más tarde esta semana, la MRLN le dio luz verde a una nueva elección sindical en el centro LDJ5, cruzando la calle desde el JFK8, que sería a partir del 25 de abril. Al contrario de l@s trabajador@s que trataban de organizarse en Bessemer, Alabama, que tenían el apoyo del Sindicato de Minoristas, Mayoristas y Grandes Almacenes, el Sindicato de Amazon lucha solo, con apoyo de una campaña de donaciones en GoFundMe, de voluntarixs y asistencia pro bono de otras organizaciones.

El intento inicial de organización en Bessemer de la primavera pasada terminó en una fuerte derrota, con un resultado por el no de 1798 votos contra 738 por el sí. Observadores laborales han debatido sobre las razones de esto, desde la campaña antisindical muy bien financiada de Amazon hasta errores graves por parte del sindicato, incluyendo la falta de caras visibles, de campeones pro sindicato.

Pero l@s organizadorxs de Alabama tienen una segunda oportunidad después de que funcionarios laborales federales hayan dictaminado que Amazon interfirió en la elección, corrompiéndola. La fecha límite para los votos en Bessemer cae en viernes, el mismo día en el que empieza la votación en el JFK8. La gente de Nueva York que fue a Alabama el año pasado dicen haber aprendido del fracaso de aquella experiencia, viendo algunas “oportunidades perdidas” que cimentaron su deseo de hacerlo sol@s antes de compartir la campaña con un sindicato establecido. “Sentimos que hacer una ruta independiente, empezando con algo nuevo y liderado por l@s trabajador@s sería la mejor manera de organizar en Amazon, porque conocemos la compañía” comentó Smalls.

Smalls comenta que los sindicatos tradicionales están “desconectados” de los nuevos estilos de organización. “Les gusta organizarse de manera diferente a lo que estamos haciendo. Estamos más en la calle. De hecho, no vas a encontrarte otro jefe sindical que acampa en la calle durante 10 meses” añadió. A pesar de todo, el Sindicato de Amazon ha tenido algo de ayuda externa.

Unite here, un sindicaro que representa personal de aeropuertos, hoteles y servicios de comida, ha proporcionado al  de Amazon un espacio de oficina desde el que pueden sentarse a responder llamadas y hacer reuniones, según Palmer. La United Food and Commercial Workers International (UFCW), que representa especialmente a trabajador@s de tiendas de alimentación y de la industria de la comida procesada y empaquetado, ha estado poniendo mano de obra. Eric Millner, un abogado de Long Island que ha trabajado con el UFCW en el pasado, asiste al Sindicato de Amazon en asuntos legales desde ante la Mesa Nacional de Relaciones Laborales.

“Otras campañas disponen de 4,5,6 millones de dólares. Nosotr@s no tenemos eso. Hemos gastado menos de 100 000$. Tengo un presupuesto de semana a semana” cuenta Smalls. El dinero se ha destinado a comida para lxs trabajador@s, propano para la estufa, gasolina y camisetas. Hasta hace unos meses, el Sindicato de Amazon tenía una carpa fuera del JFK8 donde se distribuía desayuno y comida a trabajador@s que entraban y salían. Lo que más podemos gastar de una vez es un par de cientos de camisetas que cuestan unos 2000 o 3000 dólares. Gastamos hasta el último centavo que teníamos esta semana solo para llegar a la semana que viene”, dijo Smalls.

Smalls dice que el Sindicato de Amazon ya está ojeando deferentes edificios en el complejo de Staten Island que tratan las entregas y ha dado pistas de que otr@s trabjador@s de Amazon alrededor del país se ha apuntado a ayudar, pero por ahora el foco se mantiene en lograr el voto, y Amazon sale ahora con las pistolas humeantes.

“Vota NO”

En las últimas semanas, Amazon ha estado más agresiva en su campaña anti sindical en el JFK8, levantando carteles de más de 3 metros de altura color lima y pancartas naranja, y lanzando una página web para disuadir a lxs trabajador@s de votar a favor del Sindicato de Amazon, junto con una campaña en redes. Hace poco, Amazon ha instalado más pantallas de televisión en el complejo, comenta Palmer, que muestran un código QR que lleva a la página anti sindical. Este sitio web incluye directivas para l@s trabjador@s diciendo que no deberían entrar en la carpa de la entrada antes del inicio de las votaciones el viernes y las palabras “Tu lugar de trabajo. Tu elección. Vota no.”

Flyers de la empresa pegados en las cabinas de los baños y puestos en las mesas de las áreas de descanso tienen mensajes sobre las “realidades de las deudas sindicales”, mientras carteles muestras caricaturas naranjas en línea con la frase “¿Tendré que esperar en línea por un ascenso?” El lunes, algun@s trabajador@s fueron vistos en camisetas de color azul marino que simplemente decían “Vota no”. En una grabación de audio de una reunión el jueves pasado en el JFK8, obtenida por The City, un gerente de personal, junto con un gerente de RRHH, presentaron diapositivas a asociad@s sobre la “realidad de las cuotas y el sujeto de la vida sindical”.

“Un contrato sindical podría dejarte con las cosas tal como las tienes ahora, como el tiempo de vacaciones, horas pagadas de deberes familiares, sueldo, cobertura sanitaria, plan de jubilación por accidente y recursos para la vida. O podría darte más, o menos, de lo que tienes ahora” dijo el gerente de personal. “Es importante recordar que las negociaciones son siempre un toma y daca, para obtener algo tiendes que dar algo”, añadió.

La llamada “audiencia cautiva” de las reuniones antisindicales (que también ocurrieron en Bessemer) han estado ocurriendo a diario durante semanas y han sido señaladas como entrenamiento obligatorio para trabajador@s, dicen Palmer y Smalls. Cada 15 minutos, Amazon manda un mensaje a diferentes departamentos diciendo a l@s trabajador@s que se dirijan escaleras abajo a una reunión.

Nantel, el representante de Amazon, no ha respondido directamente a las declaraciones de que las reuniones son obligatorias, diciendo “Es la elección de nuestr@s emplead@s el unirse o no a un sindicato. Siempre lo ha sido. Si la votación sale, tendrá un impacto en todo el mundo en el lugar, motivo por el cual hacemos reuniones informativas regularmente y damos a l@s emplead@s la oportunidad de preguntar y aprender sobre lo que esto podría significar para su día a día laboral en Amazon”.

Una página web apoyada por Amazon subraya el mensaje de la empresa de que el Sindicato de Amazon “no tiene experiencia representando a nadie en ningún sitio” y “no ha negociado nunca un contrato sindical en ningún lugar”. Smalls y Palmer reconocen que están ante una lucha de David contra Goliat. Pero dicen que su movimiento va más allá de Staten Island (e incluso Amazon). Smalls dice “Esto siempre ha sido más grande que yo mismo, más grande que un puñado de nosotr@s”.

El objetivo es involucrar a todo el resto también, porque ell@s tienen la voz. Queremos que l@s trabajador@s den un salto como el nuestro y hagan las mismas cosas para seguir la tradición que hemos empezado” dijo Palmer. “En última instancia, solo inspirar al resto a simplemente perseguir aquello que quieren en sus vidas. Esto es más grande que Amazon. L@s trabajador@s están lietralmente asustad@s por hacer cualquier cosa. Solo hay que alzar la voz y perseguirlo”.

Traducción del inglés del artículo en el medio The City NY