L@s carter@s del distrito 92 de París llevan en huelga indefinida desde el 26 de marzo de 2018: un año y dos meses. No se trata de paros parciales ni de huelga intermitente, se trata de una huelga en la que cada mañana la asamblea de huelguistas decide si va o no a trabajar y qué acciones llevar a cabo. Y así durante 425 días.

La huelga arrancó como protesta por el despido de un compañero sindicalista. Lo paradójico de este despido es que fue realizado por la ministra de Trabajo. Así es, en Francia tiene la potestad de despedir a sindicalistas al margen de inspectores de trabajo, quienes no sólo habían desestimado su despido sino que alertaban de una posible represión sindical por parte de la empresa de Correos hacia el trabajador en cuestión.

Se trata por tanto de un despido político y al margen de la regulación laboral. Pero aunque este fuera el motivo de inicio de la huelga, los y las huelguistas más pronto que tarde sumaron más demandas a su protesta, como por ejemplo cuestiones relativas a la facilidad con que la empresa justifica los despidos (Correos había suprimido más de 100.000 puestos de trabajo en apenas 10 años), al aumento de las cargas de trabajo, la precariedad y las condiciones del empleo, etc.

El secreto de la continuidad de esta huelga no es otro que el de la caja de resistencia. Todos los días la asamblea de huelguistas decide que sigue en huelga y define las acciones a emprender para visibilizar el conflicto y para recaudar fondos para la caja de resistencia que les permita mantener la huelga y ganar el conflicto. Entre otras muchas iniciativas poseen una página con la que recaudan dinero online. Este es el secreto de esta huelga histórica en el país vecino: que se trata de una huelga activa y no de un paro pasivo.

Sin embargo hay que decir que esta huelga es una torpedo en la línea de flotación de la dirección de la empresa. La situación de l@s trabajador@s de Correos es consecuencia del deterioro de los servicios públicos, ya que esta empresa fue pública y se ha ido privatizando progresivamente, perdiendo l@s trabajador@s la categoría de funcionarios y dando lugar a aumento de la carga de trabajo, reducción de la plantilla y precarización del empleo público.

Hay que tener en cuenta que en las últimas elecciones sindicales, el sindicato promotor de la huelga Sud, arrasó y se hizo con más del 50% de los votos con un record histórico de participación. Si la huelga gana, el precedente podría extenderse y rebasar las fronteras del distrito 92. Aunque las pérdidas como consecuencia de la huelga son millonarias, parece que los ejecutivos tienen mucho más que perder si los huelguistas ganan. A lo anterior hay que sumar la espiral represiva en la que anda sumido el gobierno de Macron que ha salpicado ya a gran parte de los y las huelguistas y en la que la empresa confía para sofocar la huelga.

Es por ello por lo que Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR convocamos e invitamos al acto de solidaridad que tendrá lugar en Granada el domingo 9 de junio en el local de la Ribera, en la Calle Santa Rosalía, 18, en el cual se proyectará el documental sobre su huelga a las 12:00 horas y posteriormente se realizará una paella solidaria para recaudar fondos para su caja de resistencia