Trabajador@s, vayamos tod@s a la huelga para derrocar el gobierno de Nueva Democracia, contra el consenso y la espera electoral.

Defendamos nuestras vidas: contra la terrible ola de carestía que saquea el salario diario. Los precios de la electricidad, la calefacción, los combustibles, los productos básicos de alimentación y consumo llevan a un callejón sin salida a los hogares populares. Los salarios ya enormemente recortados no pueden asegurar ya una vida digna, con aumentos desorbitados de precios que se convierten en esencia en un nuevo memorándum.

Defendamos nuestras libertades y derechos: contra la tormenta de medidas antilaborales, con el ejemplo de la monstruosa ley de Hatzidakis que se votó el verano pasado. La abolición efectiva de la jornada de 8 horas, la generalización del trabajo flexible, el aumento de las horas extraordinarias no remuneradas, el ataque a la  huelga y al sindicalismo crearán un marco laboral negro para millones de trabajador@s. Esta ley debe quedar en el papel mojado y ser derogada.

No a la guerra y a las rivalidades imperialistas: contra la implicación de Grecia en la guerra y su alineamiento con EEUU y la OTAN. El ataque de Rusia a Ucrania trae la guerra más cerca de nuestros estados vecinos, una guerra que no ha empezado ahora, sino que es el resultado de la enorme rivalidad de las potencias imperialistas en al hegemonía mundial para un reparto del pastel de los mercados, de las materias primas y de las rutas energéticas y comerciales, de la política agresiva de EEUU y la OTAN para su adhesión y ampliación permanente también con Ucrania.

Ni la pandemia, ni la ola de carestía ni las medidas belicistas “han caído del cielo”. Muy al contrario, son productos del podrido sistema capitalista y del sacrificio del conjunto en el altar del máximo beneficio. El capital utiliza todos sus medios para obtener ganancias. Para atesorar los grandes recursos, para ejecutar medidas sanitarias y económicas en el supuesto enfrentamiento a la pandemia, para enriquecer a las grandes empresas con el transporte del gas natural y a los traficantes de armas.

El gobiero criminal de Nueva Democracia, con más de 27500 muertes en la pandemia, quiere cargar la cuenta de la crisis a l@s trabajador@s y a pueblo para dar “aire fresco” al lucro del capital. Hace de “niño bueno” de la OTAN y llena Grecia de bases militares, envía armas a Ucrania para tener una mayor participación para el capital griego en la región. Con su política de “liberalización de los mercados”, de privatizaciones como la de la Compañía pública de electricidad DEH, abren el camino a una mayor especulación del capital. Esta política es seguida por Mitsotakis pero con el consentimiento de otros partidos (Syriza, PASOK/KINAL, Solucion griega) porque consideran que los intereses de las grandes empresas y su participación en la OTAN y UE son su “piedra de Lidia”.

El movimiento obrero puede derribar los planes de este gobierno de ND y del capital.

Luchamos para derrocar las políticas del gobierno Mitsotakis. L@s trabajador@s y el pueblo no pueden esperar de ningún próximo gobierno progresista por un próximo gobierno “progresista”, que implementará la misma política pero con otro envoltorio. La esperanza se encuentra en la lucha unida de la clase obrera y los sectores populares por sus necesidades y derechos, por la paz de los pueblos y por su libertad y por la derrota de la campaña belicista del capital.

Es hora de que el pueblo se organice, de un movimiento obrero y popular fuerte, político, reorganizado, que aplaste viejas y nuevas leyes y las ponga “a la par” del gobierno, el capital y la UE. Es el único camino de que l@s trabajador@s de hoy impongan las conquistas para un trabajo y vida dignos. Es la única forma de defender los derechos laborales frente a la burocracia sindical de consenso de clase y sometimiento de las direcciones de GSEE y la ADEDY. Para abrir el camino en beneficio de l@s trabajador@s y de los sectores populares.

Tod@s a la huelga el 6 de abril. Luchamos por:

  • Dinero para puestos de trabajo, contrataciones, aumentos salariales, pensiones y prestaciones por desempleo, para la sanidad y la educación y no para armamento.¡Imposición de precios máximos para la energía y los alimentos básicos para la vida diaria ya! Supresión de los Impuestos Especiales y del IVA sobre los artículos básicos. Aumento de los impuestos sobre el capital y la riqueza.
    Límite a la bolsa de valores de energía. La electricidad y la calefacción no son una mercancía, sino un bien social. Que pasen a manos públicos con nacionalización sin indemnización todas las empresas energéticas, las cuales deben operar bajo control laboral-social y con el criterio de satisfacer las necesidades del pueblo y no las ganancias de las empresas.
  • Aprovechamiento de fuentes de energía griegas por parte del sector energético nacionalizado y productos de consumo de cooperativas agropecuarias primarias para una alimentación barata y saludable para tod@s.
  • Abajo la ley antilaboral Hatzidaki
  • Desobediencia al presupuesto de la UE, no a los memoranda y al servicio al pago eterno de la deuda.