
El mortal choque de trenes en Tempe es otro crimen más del estado capitalista contra la clase obrera. Favoreciendo tradicionalmente las comunicaciones por carretera y trasporte privados, el Estado griego no se preocupó nunca en su historia de construir una red ferroviaria pública decente que cubra en lo básico a todo el país. Con los años esta red no sólo no se extendió, sino que se ha reducido, y sus ramajes se eliminan en todo el país – hoy su área es 1/3 menor que hace un siglo, cuando se heredó una red algo más densa del Imperio Otomano en Macedonia y Tracia. En los últimos años el único tramo que opera con regularidad es el eje Atenas-Tesalónica.
Sin embargo este eje, a pesar de la doble vía y su electrificación, con la que los sucesivos gobiernos de los últimos 20 años prometían un medio moderno, rápido y seguro, resultó no sólo insuficiente para las necesidades de l@s trabajador@s y de los sectores populares, sino toda una trampa mortal.
Por mucho que se apresuren estos días a atribuir al accidente algún momentáneo error humano, las responsabilidades de los sucesivos gobiernos están fuera de toda duda: buscando mantener la carga de los departamentos no rentables en el sector público y privatizar los rentables, los gobiernos de Nueva Democracia y PASOK antes de los memorándums desmembraron OSE (empresa pública ferroviaria) en empresas individuales (OSE, ERGOSE, GAIAOSE, TRAINOSE, EDISY), no solo descoordinadas, sino también a menudo competitivas entre sí.
Los gobiernos del memorándum se comprometieron con las desnacionalizaciones y el gobierno de Syriza vendió TRAINOSE (ahora Hellenic Train) a los ferrocarriles italianos por un precio tan irrisorio (45 millones de euros), que no alcanza ni la subvención anual votada por el posterior gobierno de Nueva Democracia para la empresa, por las llamadas líneas estériles (50 millones de euros) argumentando, en el contexto de una contabilidad ridícula e incomprensible, que el sector público lo recuperaría en inversiones.
Mientras tanto, todos los gobiernos se desinteresaron de la señalización de las líneas, de las medidas de seguridad y los controles. En un momento en que se cierran estaciones, se suprimen ramajes, se reducen rutas, el tren suburbano a Patras está a punto de convertirse en la nueva broma eterna tras el metro de Tesalónica, aumentan las tarifas y los gobiernos ni siquiera han podido garantizar que dentro del mínimo tramo que está operando, no habrá un nuevo accidente más propio de otros tiempos.
La empresa Hellenic Train, el ministerio de Infraestructura y Transporte, el actual gobierno de Nueva Democracia, el de ayer de Syriza y todos los gobiernos anteriores son corresponsables de este asesinato masivo crimen. ¡Lo pagarán!
-Reunificación y renacionalización de la OSE sin compensación alguna y con control obrero.
– Inversiones estatales para una red ferroviaria segura, moderna y densa.
-Contrataciones masivas de personal, con salarios, horarios y relaciones laborales dignas, sin contratos y asignaciones externas.
-Comunicaciones y transporte público, barato, de calidad y seguro, para la clase trabajadora y los sectores populares.