Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR denunciamos el doble atentado yihadista de Barcelona y nos solidarizamos con los familiares y amig@s de las 14 víctimas y del centenar de herid@s. Tras los ataques del Daesh en París, Estocolmo y Londres en los últimos meses, en Barcelona fueron de nuevo las clases trabajadoras las que recibieron estas terroríficas dentelladas y fueron el objetivo indiscriminado de una violencia ciega.

El mismo pánico y terror vividos ayer en Barcelona es el día a día para hombres, mujeres y niñ@s en Irak, Afganistán, Siria, Pakistán y tantos países de mayoría musulmana en los que el yihadismo golpea con mayor intensidad, región en donde el caos social y político de las guerras de occidente no hace más que perpetuar el avispero y alimentar esta barbarie. Se nos olvida que es nuestra misma clase la que huye del mismo monstruo que ataca vilmente Barcelona y llega a nuestras costas como refugiad@s, topándose con las vallas, deportaciones y cupos de esta Unión Europea.

La respuesta del gobierno de Rajoy ha sido evaluar subir el nivel de alerta, lo que conllevaría autorizar la presencia militar en las calles, y convocar una reunión del Pacto antiterrorista, persistiendo en recetas policiales y no entrando en las raíces políticas. Ya sabemos cuáles van a ser los próximos pasos a dar, pues los conocemos de la mano de Hollande y Macron en Francia con el estado de emergencia y de Theresa May en Inglaterra con sus políticas migratorias.

El mayor triunfo del Daesh es la militarización de nuestra vida y espacios públicos, un endurecimiento del código civil y el recorte de libertades al que se van sumando los gobiernos en su “lucha contra el terrorismo”. De igual manera, no podemos dejar ningún resquicio a los discursos y políticas racistas y xenófobas que este atentado va a alimentar. El antifascismo más amplio y unitario en nuestros centros de estudio y trabajo es el mejor cortafuegos para que la islamofobia no se extienda como la pólvora y nos enfrente a trabajador@s.

No tenemos ninguna confianza en que los gobiernos y las organizaciones políticas que han justificado intervenciones militares y la participación en la OTAN vayan a dar una solución. Los acuerdos económicos y militares del estado español y su monarquía con la dictadura saudita, principal fuente de financiación del yihadismo, no se ponen en cuestionamiento. El aumento del presupuesto militar y la participación en las intervenciones imperialistas de Irak, Afganistán, Libano, Mali y Bosnia-Herzegovina hace al estado español actor partícipe del mismo guion.

Debemos combatir un sistema capitalista que necesita de las guerras, el estado policial y el terror para mantenerse.

Les seves guerres, el nostres morts