Macron “había prometido” que su 2º mandato sería de “renovación completa”. Resultado de esto, nos sirve a Borne –ministro de Trabajo en el gobierno anterior– para reemplazar a Castex en Matignon. Ella, que lideró la contrarreforma de la SNCF en 2018 o implementó la contrarreforma del seguro de desempleo en 2021. Ella, que declaró el mes pasado, sobre el aumento de la edad de jubilación a los 65 años: “Habrá que llevar a cabo efectivamente esta reforma”.

En cuanto al poder adquisitivo, el rumbo quedó marcado en el último consejo de ministros: un proyecto de “ley excepcional del poder adquisitivo” que será debatido, tras las elecciones legislativas, por el futuro gobierno. Pero cuando la inflación ha alcanzado el 4,8% anual en abril, que podría llegar al 5,2% en mayo, sin que se trate de ajustar los salarios a los precios en alza, l@s trabajador@s y  jubilad@s deberían seguir soportando solos la peor parte de la inflación con, en el mejor de los casos, algunas bonificaciones o primicias para los más pobres. y lo peor está por llegar.

Mientras los precios se disparan, los salarios se estancan y los magros aumentos son devorados inmediatamente por la inflación, los economistas al servicio de los empresarios explican esto por el hecho de que cualquier aumento de los salarios sólo puede conducir a precios más altos e inflación. Cuando la verdadera razón de la congelación de salarios es que no se trata de tocar las ganancias.

Por nuestra parte, para salir de ahí no queda más remedio: arrancar los aumentos salariales y hacer pagar a los patrones. Y tienen los medios: los accionistas de las empresas recibirán 80.000 millones de euros en dividendos para el año 2021 y sus consejeros delegados han aumentado su retribución ¡un 23%! Basta con ir a buscar ese dinero. Pero para ello l@s trabajador@s sólo pueden contar con sus propias fuerzas, no con los mercaderes de ilusiones electorales.

Las promesas electorales de la izquierda, ¡ya las conocemos de sobra!

La “Nueva Unión Popular Ecológica y Social” (NUPES), creada por la La Francia Insumisa, el PCF, la Europa Ecología Los Verdes y el Partido Socialista promete cambiarnos la vida eligiendo a sus candidatos en la mayoría de las circunscripciones. Sin embargo, en materia de salarios y poder adquisitivo, el programa NUPES prevé el salario mínimo en 1.400 euros netos, mientras que acaba de subir a 1.303 desde el 1 de mayo, un aumento tan ridículo que Mélenchon acaba de declarar que debería pasar a 1.500, sin decir cuándo. Pero lo que necesitamos para vivir mejor no son promesas electorales con un descuento como este, son al menos 1.800 euros netos e inmediatos.

Por lo demás, en particular el aumento de todos los ingresos, la NUPES adelanta la propuesta de “la organización de una jornada social sobre salarios, formación, condiciones de trabajo y pensiones”. Una “conferencia social” como tantas ha habido bajo la derecha y bajo la izquierda, que nunca han dado nada a l@s trabajador@s y que sólo han servido para rebozar en harina a los “interlocutores sociales”. Y ni una palabra tampoco sobre la cuestión del ajuste de los salarios al alza de los precios, que es fundamental para combatir el repunte de la inflación.

Unir nuestras fuerzas para la inevitable confrontación

Dado que Macron acaba de confirmar que no tiene intención de cambiar de rumbo, sabemos qué podemos esperarnos. Incluyendo medidas que podrían tomarse a partir del verano, mediante decretos, como sugiere Bruno Lemaire. Es por tanto urgente, para nuestro campo social, no esperar hasta después del verano para plantearse volver a las calles y prepararse para un inevitable enfrentamiento contra este poder y la patronal. En la historia, los derechos de l@s de abajo sólo han sido arrebatados gracias a grandes movimientos sociales, huelgas generales, revoluciones. Este es el tipo de movilización que necesitamos.