Las elecciones europeas llegan en un momento de crisis y desestabilización política en toda Europa. Los efectos de la crisis capitalista global en la economía europea están lejos de haber terminado y una posible guerra comercial con los Estados Unidos de Trump se cierne sobre las cabezas de los capitalistas europeos. Las rivalidades entre las clases burguesas de diferentes países europeos contradicen su necesidad de unirse contra Estados Unidos, China y Rusia. El proceso del BREXIT ha dado lugar a una prolongada crisis política en Gran Bretaña. Se han aplicado medidas de austeridad masiva, no exclusivamente en el Sur, y se está llevando a cabo una fuerte ofensiva contra las clases trabajadoras.
En este contexto, los partidos tradicionales que solían compartir el poder en los estados capitalistas europeos desde la Segunda Guerra Mundial, los demócratas cristianos y los socialdemócratas, encuentran difícil gobernar hoy. La extrema derecha, en sus diferentes formatos, se ha fortalecido en la mayoría de los países: Francia, Italia, Hungría, Austria, el Estado español, Países Bajos, Alemania, Suecia, Finlandia, Polonia, Grecia. En Italia y Hungría, ya gobiernan. En Europa del Este, el colapso de los regímenes burocráticos del llamado Bloque del Este ha dejado atrás una situación crónica de desastre social y confusión política.
Sin embargo, este es solo un aspecto de la situación actual. El otro aspecto son las luchas importantes de las clases trabajadoras y los pueblos de Europa. Las amplias capas militantes han adquirido una valiosa experiencia política a través de su participación en las huelgas generales, los llamados movimientos “indignados” y las asambleas populares en los primeros años de la crisis en Grecia, el Estado español y toda una serie de países. Hoy se inician nuevas luchas: huelgas de trabajadores y estudiantes y el movimiento de chalecos amarillos en Francia, huelgas de trabajadores industriales en Hungría, el nuevo ascenso del movimiento feminista en todo el continente, las manifestaciones masivas antifascistas en Italia, Alemania y otros países, el movimiento de solidaridad con los refugiados, etc. Al mismo tiempo, el problema nacional en la UE nunca se resolvió, con los ejemplos destacados de la lucha de Cataluña por la independencia y la ocupación en curso de Irlanda del Norte por el Reino Unido. Las rebeliones en Argelia y Sudán también son una fuente de inspiración para los oprimidos en Europa.
Estas luchas forman el fondo de una situación potencialmente explosiva, que podría crear nuevas oportunidades para situaciones revolucionarias. Las clases obreras insurgentes tendrán que enfrentarse tanto con el aparato estatal “propio” como con las instituciones imperialistas internacionales como la Unión Europea. “El principal enemigo está en casa” significa que luchamos simultáneamente contra las coaliciones imperialistas internacionales en las que participa “nuestra propia” clase burguesa. Mientras que nos oponemos firmemente a cualquier alternativa capitalista nacionalista, sabemos que una política revolucionaria anticapitalista es incompatible con ser miembro de la UE.
Sabemos que la lucha contra el imperialismo, el racismo, la austeridad y la dominación capitalista no es una lucha que se libre a nivel de un solo país. No puede librarse sin romper con las políticas capitalistas de la UE, el BCE, con el capital financiero europeo, con las políticas xenófobas y anti-inmigrantes de la “fortaleza de Europa”. Tenemos claro que la UE es una unión capitalista e imperialista. Atacar el poder de la burguesía nacional es romper con todas las instituciones de la UE. Contra la Europa de la austeridad, el racismo y la explotación, defendemos la solidaridad internacional; luchamos por una alianza libre socialista de los trabajadores y los pueblos de Europa.
Los acontecimientos recientes han demostrado que esta perspectiva revolucionaria se niega totalmente por parte de los amplios partidos reformistas que han surgido en una serie de países que prometen gobiernos populares contra la austeridad. SYRIZA en Grecia ha tomado el poder en 2015 solo para aplicar un programa feroz de austeridad y reformas pro-capitalistas, siendo un defensor ideal de los intereses de los capitalistas. Podemos en el Estado español ya está comprometido con la perspectiva de un gobierno conjunto con el PSOE, el partido que introdujo la austeridad en el país. En Portugal, los socialdemócratas gobiernan con el apoyo de la izquierda, el Partido Comunista y el amplio Bloco. En Italia, la participación en el gobierno de Prodi ha desacreditado a la izquierda, que no consigue volver a crecer después de más de una década. La extrema derecha está tratando de aprovechar los errores de la izquierda reformista dominante para ganar poder contra el “sistema corrupto”.
Los partidos revolucionarios independientes son, por lo tanto, necesarios para promover una salida revolucionaria a la crisis. En el marco actual, es importante presentar una alternativa anticapitalista, tanto en las luchas como en las elecciones, para visibilizar las corrientes que están emergiendo a la izquierda de los partidos reformistas. Algunos de estos partidos o frentes ya existen: el NPA en Francia, o ANTARSYA en Grecia, que se presenta de forma independiente a las elecciones europeas. En otros países, hay procesos de construcción de formaciones anticapitalistas y revolucionarias independientes, que reúnen corrientes de diferentes tradiciones, pero que comparten una postura de independencia de toda institución capitalista y una orientación firme hacia las luchas masivas de las clases trabajadoras.
Deberíamos poder presentar una plataforma conjunta de estas fuerzas anticapitalistas a nivel europeo. Esto también debería haber sido tarea de la IVª Internacional, pero desafortunadamente no es el caso dada la orientación política actual de la Internacional, así como de la mayoría de las otras formaciones internacionales. Pero estas fuerzas anticapitalistas surgirán más fuertes. Ayudaremos a crear y apoyar tales proyectos, luchando por un programa de transición de actualidad y por los partidos revolucionarios de nuestro tiempo.
Declaración conjunta escrita por los camaradas de Anticapitalisme et Révolution (Francia), Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR (Estado español), OKDE – Spartakos (Grecia) y Collettivo Guevara (Italia).