La izquierda alemana, Die Linke, formación central del Partido de la Izquierda Europea (PIE), se postula ya al gobierno de Alemania. Los 2 cosecretarios de Die Linke, Katia Kipping y Bernd Riexinger, han propuesto oficialmente al SPD, hoy cogobierno con Angela Merkel, y a los Verdes proyectar en el plano estatal las accidentadas experiencias comunes de administración local de Berlín y Turingia.

“El coronavirus nos ha colocado frente a clamorosas sacudidas económicas y luchas feroces por la distribución de los recursos. Las reivindicaciones políticas de todo el arco de la izquierda nos imponen adoptar una posición valiente y un enfoque común (…) Los gobiernos estatales en los que la izquueda está actualmente implicada demuestran la diferencia sustancial y democrática de la gestión de los partidos progresistas cuando gobiernan juntos. Ahora es importante unir las fuerzas y dedicarse a un cambio de dirección”.

Para ser sincer@s, los gobiernos estatales en los que la izquierda en Europa está implicada hoy en día muestran exactamente lo contrario. Antes el gobierno Prodi, luego el gobierno Tsipras, más tarde el gobierno portugués de Costa y el hoy el gobierno Sánchez-Iglesias demuestran el hecho “sustancial” de que la participación de la izquierda en las responsabilidades del gobierno del capital, en alianza con los partios burgueses o con la socialdemocracia liberal, se lleva a cabo asumiendo una continuidad de las mismas políticas capitalistas. Cubre las políticas a su izquierda con pésimos resutados para el movimiento obrero y efectos más o menos destructvos para la misma izquierda de gobierno. Rifondazione Comunista sabe algo de esto. ¿Por qué razón debería ser diferente en el corazón del capitalismo europeo, de a mano de la socaialdemocracia liberal que gobierna co la CDU de Angela Merkel?

Así es de todas formas. El grupo dirigente de Die Linke tiene prisa por ofrecer al SPD la dote del 8% que le asignan las encuestas. Dentro de un año se vota en Alemania y entrar en el gobierno es la ocasión de la vida para quienes no tienen otro horizonte que gestionar la sociedad burguesa. En realidad dentro de Die Linke hay fuertes disensiones y discusiones que se resisten a asumir esta perspectiva, pero el llamamiento a la unidad del partido por parte de sus cosecretarios sirve exactamente para eliminarlos.

Después del Bloco y el PCP portugueses, tras Podemos, también la izquierda alemana se lanza oficialmente a la carrera por gobernar el capitalismo. En este caso se trata de Alemania, el principal país imperialista del viejo continente, un país en el que la izquierda gobernante cuenta en su haber histórico con enormes desastres, en provecho de las peores derechas, como hace un siglo. Por supuesto se puede objetar que una vez fue tragedia y hoy farsa, pero también la farsa puede convertirse muy rápidamente en tragedia. Ya la ultraderechista AfD (Alternativa por Alemania) denuncia la capitulación al sistema de Die Linke y sus apetitos ministeriales. Y estamos sólo al principio.

La salvaguardia y el desarrollo de una oposición de clase a los gobiernos de la burguesía, el rechazo a compromisos con las políticas dominantes, no es sólo una necesidad elemental para la defensa de l@s trabajador@s, sino también un instrumento de lucha contra la reacción y su demagogia entre l@s explotad@s. En todo caso, después de la experiencia de Syriza, el aterrizaje en el gobierno con el PSOE de Podemos y el ofrecimiento de gobernar de Die Linke, ya nadie más podrá decir que la cuestión del gobierno ha salido de la agenda de confrontación de la izquierda. Hoy como ayer sigue siendo un tema estratégico y de línea divisoria entre el reformismo y el marxismo revolucionario.