Ya tenemos gobierno de coalición
Ya nadie duda de que para la vuelta de las vacaciones escolares tenemos gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos. ERC ha acabado absteniéndose para que Pedro Sánchez consiga los apoyos necesarios para su investidura. A partir de ahí, concretar los ministerios y acordar un primer programa de coalición que presumiblemente tendrá que proponer medidas sociales reivindicadas durante tiempo por las últimas grandes movilizaciones feministas, ecologistas, de las mareas y de l@s pensionistas. De no ser así, este gobierno de coalición habrá muerto antes de nacer.
Sin embargo, de lo que se trata en estos momentos no es tanto de esperar a ver qué anuncios hace el futuro gobierno sino cómo nos organizamos y cuándo nos movilizamos para imponer un programa de urgencia social que responda a las necesidades de l@s trabajador@s con o sin empleo y de la juventud. Los anuncios hechos hasta ahora no dejan presagiar una confrontación ni con la UE ni con los intereses de la patronal y de las empresas del Ibex 35. A lo sumo, llevará a cabo unas políticas tradicionalmente socialdemócratas que traten de parchear las políticas antisociales de los últimos gobiernos del PP y del PSOE, eliminando los aspectos más lesivos del gobierno de Rajoy y obviando los del de Zapatero.
Así pues tendremos una mezcla entre aumentar las pensiones con respecto al IPC pero sin derogar el pensionazo de Zapatero y sin adelantar la edad de jubilación. Una defensa de los servicios públicos pero sin oír hablar de la deuda ni del artículo 135 y siempre aceptando el equilibrio presupuestario dictado por Bruselas, una defensa de la educación pública pero sin hincarle el diente a los conciertos educativos. Al igual que veremos la derogación de los elementos más lesivos, como dicen las direcciones de CCOO y UGT, de la reforma laboral de Rajoy pero ni escucharemos hablar de la de Zapatero que ya abarató y facilitó los despidos en 2010 provocando la convocatoria de una huelga general.
Si a todo eso le añadimos la experiencia de las políticas llevadas a cabo por el PSOE en solitario o acompañado por IU o Podemos, como fue el caso en Andalucía en 2012 y más recientemente en Castilla La Mancha, es sensato defender una política que asuma que para repartir las riquezas va a hacer falta inevitablemente enfrentarse a los intereses de los capitalistas y que una política de esas características se imponga desde la movilización y no en los debates parlamentarios.
Huelga general el 30 de enero en Euskal Herria
La convocatoria de huelga general el próximo día 30 de enero en Euskal Herria parte de esa premisa: no esperar a verlas venir. No esperar a las declaraciones de intenciones sino actuar desde ya y exigir medidas sociales concretas para ahora, gobierne quien gobierne en Moncloa. En ese sentido, los sindicatos convocantes (ELA, LAB y STEILAS) así como los colectivos sociales que ya se han sumado exigen entre otras cosas la derogación de los recortes de las pensiones aprobados en 2011 y 2013, así como dejar sin efecto las reformas laborales de Zapatero y Rajoy, la vuelta a la edad de jubilación a los 65 años, la subida de las pensiones en relación al IPC, una pensión mínima de 1080 euros o acabar con la penalización por contratos parciales mediante la consideración de día trabajado igual a día cotizado.
Frente a eso, no son pocas las voces que se han opuesto públicamente a dicha convocatoria. Las direcciones de CCOO, UGT y de la CGT, y parte de las plataformas de pensionistas. Cada una ha dado sus argumentos. Mientras que CCOO y UGT dicen preferir esperar a que se conforme el próximo gobierno y éste empiece a gobernar, otros como la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones aluden que esta convocatoria “responde a los intereses del soberanismo que reclama un sistema propio de pensiones” (cosa que no aparece en la tabla reivindicativa) mientras que la CGT dice no compartir la convocatoria debido a “la reivindicación de una soberanía que no es compartida por el conjunto del Movimiento de Pensionistas, y la ausencia de una reclamación de la supresión de incentivos fiscales para los Planes de Pensiones Privados”.
Desde nuestro punto de vista esta orientación es equivocada y encierra en realidad una estrategia que consiste en no querer enfrentarse mediante la movilización y la huelga a este nuevo gobierno PSOE-UP. Se trata, al contrario, de esperar a ver qué hace durante no se sabe cuánto tiempo y encierra un peligro, visto en los anteriores gobiernos de coalición antes mencionados, de acabar justificando sus políticas aludiendo que no se puede hacer otra cosa y en definitiva desmovilizando.
Hay que movilizarse para imponer un programa de urgencia social gobierne quien gobierne
Desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR pensamos que es una aberración no apoyar estaa huelga general del 30 de enero en Euskal Herria y más aún tratar de que ésta fracase. La tabla reivindicativa es más que justa y exigírsela al nuevo gobierno está más que justificado. Por todo ello, llamamos a que más allá del apoyo y de la solidaridad en el resto del Estado mediante comunicados, se lleve el discurso a los actos y se convoquen movilizaciones en todas las ciudades el mismo día 30.
Movilizaciones que demuestren la solidaridad con dicha huelga en Euskal Herria pero que sobre todo pongan en la práctica una orientación que se base en la certeza de que para arrancar conquistas sociales y para acabar con las políticas antisociales va a ser necesaria, también en este periodo, la movilización y las huelgas de lo@s trabajador@s y de la juventud. De no ser así y de no responder este gobierno a las necesidades de nuestro bando social, todo el espacio política acabará ocupado por las derechas y por la extrema derecha.