Turki Al-Sheikh, exministro de Deportes de Arabia Saudí, en la actualidad asesor de la Corte Real del Reino de Arabia Saudí bajo el rango de ministro y presidente de la Autoridad General de Entretenimiento, íntimo amigo del príncipe saudí, al que llaman en Almería “el jeque”, es desde principios de agosto dueño y señor de la Agrupación Deportiva Almería, el equipo de fútbol de la ciudad que juega en 2ª división. Por 20 millones de euros se ha quedado con el equipo.
Convertido su aterrizaje en toda una revolución en la provincia de Almería, el jeque ha llegado gastando casi otros 20 millones más en fichajes y el modesto equipo local se ha convertido en el de segundo presupuesto más alto de la división de plata. Está claro que esta inyección de millones no es un inversión, pues sería prácticamente imposible recuperar ese dinero y mucho más imposible tener beneficios, sino que esta clara que la intención de el jeque es otra.
El interés de la monarquía de Arabia Saudí por blanquear su imagen frente al genocidio en Yemen y los suculentos negocios armamentísticos con la UE le ha hecho aterrizar en el fútbol, comprando equipos en toda Europa, una estrategia que funciona, la de convertirse en los benefactores del deporte de masas.
Sin duda todo este despliegue de millones tiene un sentido evidente: llegar a la población como inversores que están con el deporte, aunque se sepa que todo ese dinero está manchado de la represión del gobierno saudí, de la sangre del pueblo yemení, de la de miles de trabajador@s extranjer@s utilizad@s como mano de obra sin derechos y en condiciones extremas de explotación, de la anulación completa de la mujer en una sociedad de corte feudal que practica el islamismo más radical (ejecuciones públicas, lapidaciones). Arabia Saudí financia a organizaciones terroristas como el Daesh, aportándoles fondos económicos y armas, las que en parte son compradas al estado español.
El jeque hace que la afición y el propio ayuntamiento de Almería, gobernado por el PP, acepte con los brazos abiertos ese dinero comprando voluntades, regalando cada domingo en los partidos un par de coches a los aficionados. Si ahora toca llegar a acuerdos con el ayuntamiento con la propuesta reciente de construir una Ciudad Deportiva, remodelar el estadio, y para ello sin esconder las reuniones con el alcalde en comilonas y selfies, ejemplo de una opaca complicidad institucional, se hace, Si luego dice querer invertir en turismo y agricultura, incluso haciendo socio del club al ministro de Economía Saudí, pues también.
Ha repartido sobres de dinero entre l@s trabajador@s del club para que le traten de jeque, y resulta curioso que el equipo femenino de fútbol haya desaparecido de la página web de la UD Almería. Lo último ha sido felicitar a todos los ciudadanos almerienses por el día de la Hispanidad. Sin embargo Almería está contenta y feliz, sobre todo si el jeque promete que se jugará la Champions League en 5 años.
Dinero, fichajes, regalos , fiestas multitudinarias y más dinero, todo está en venta en nuestra ciudad: el equipo , la afición, el alcalde, el ayuntamiento. Resulta curioso encontrar al jeque en la tribuna del campo de fútbol, a su derecha el alcalde de Almería y de guardaespaldas los 2 concejales de Vox junto a lo más granado de la sociedad almeriense que se frota las manos pensando en lo que podrán “pillar” de todo este dinero.
Este “moro” saudí es el bueno frente a los miles de inmigrantes que llegan a nuestra provincia a buscar trabajo y un futuro mejor. Con esta distinción entre “moro bueno” y “moro malo”, lo que está claro es que lo que molesta es visibilizar la pobreza en una sociedad hipócrita y vacía donde todos se deslumbran ante los millones y las excentricidades del el jeque Turlki, todos a los pies del jeque, salvador del deporte y de Almería , un míster Marshal saudí con los bolsillos llenos de dinero y las manos llenas de sangre que a nadie importa, todo vale.
Si se entra en la cuenta de Twitter de el jeque Turki se pueden ver fotografías de los sorteos de coches que hace en su país entre los acertantes de los resultados de los partidos del Almería, con de fondo el escudo de la AD Almería y junto a un coche de alta gama , una mujer ataviada con un burka negro que le tapa los ojos, quien con guantes en las manos sujeta una camiseta del equipo. Un buen lavado de cara del régimen saudí a base de compra de voluntades y algún sobre con dinero. Todos felices.