En todo el país miles de docentes están luchando contra las malas condiciones de trabajo, los bajos salarios, las aulas desbordadas y la atención médica inutilizable. Siguiendo al profesorado de Arizona, Oklahoma, Kentucky y Virginia Occidental, el profesorado de Los Ángeles estalló en una huelga el mes pasado. Son 34.000 profesor@s, con fuerza y preparad@s para plantarse contra la austeridad en el segundo distrito escolar más grande del país.
Desde Los Ángeles hasta Hartford, Connecticut, las áreas urbanas están siendo fuertemente golpeadas por la austeridad. La propia Hartford tiene muchas contradicciones. Es una de las ciudades más pobres del país, sin embargo, se encuentra en uno de los estados más ricos y está rodeada de barrios pudientes. El gobierno estatal ignora sistemáticamente las necesidades de una ciudad con una abundante cultura latina, afrocaribeña y afroamericana, mientras que al mismo tiempo exprime cada vez más a sus residentes.

El alcalde de la ciudad Luke Bronin, a través de sus funcionarios designados por él mismo en la Junta de Educación, junto con el superintendente Leslie Torres-Rodríguez, está tratando de debilitar a la Federación de Profesores de Hartford exigiendo cada vez más concesiones. En su último contrato, el profesorado aceptó una congelación salarial para ayudar a la ciudad en crisis. El superintendente ha vuelto a proponer ahora un nuevo contrato que busca recortar aún más, y el profesorado no lo quiere.

L@s compañer@s de la organización Socialist Action han hecho una entrevista a Joshua Blanchfield, uno de los 1900 miembros de la Federación de profesor@s de Hartford que ha participado activamente en la lucha por un contrato digno. Discute los problemas y la forma en la que el profesorado se está defendiendo en Hartford.

He estado siguiendo tus tweets sobre el desarrollo de la situación con el profesorado de Hartford. ¿Cuál dirías que es la principal causa del ataque del superintendente a la Federación de profesor@s de Hartford?

La propuesta del superintendente y de la Junta de Educación de Hartford lamentablemente está en línea con otros contratos anti-sindicales y anti-profesorado que se han promovido en todo el país, especialmente en los distritos urbanos. Hartford, al igual que muchos distritos escolares urbanos, opera bajo el sistema inherentemente antidemocrático del control de la alcaldía sobre la administración educativa. Este componente de los estatutos de la ciudad permite al alcalde llenar la Junta de Educación de Hartford con funcionarios políticos de libre designación y aduladores. Son la mayoría de la junta y simplemente actúan como un sello de caucho para el superintendente.

Cuando tienes una estructura de poder como esta, las políticas antisindicales, y en este caso los contratos, se convierten en la norma, y esto se ha llevado a cabo en todo el país.

¿Cuáles son los principales problemas que los docentes de Hartford consideran que deben abordarse?

La crisis financiera del municipio de Hartford ha sido noticia de primera plana desde hace muchos años, empeorando cada año. En un esfuerzo de buena fe, la Federación de profesor@s de Hartford ha demostrado una y otra vez que amamos a nuestra ciudad y a nuestros estudiantes. En las negociaciones previas del contrato hace dos años, como un ejemplo tangible de nuestro compromiso, acordamos una congelación salarial. Dolió, pero queríamos ayudar a nuestra ciudad de una manera muy real.

Tenga en cuenta que ningún otro órgano de las escuelas públicas de Hartford hizo esto: los directores siguieron recibiendo aumentos salariales y, lo que es más grotesco, el vergonzoso salario del superintendente continuó inflándose. Ahora es de un cuarto de millón de dólares. En esta última pelea, el superintendente exigió otros dos años de congelaciones salariales, mientras que al mismo tiempo obligó a todo el profesorado a tener una cuenta de ahorros para la salud con un coste deducible elevado ($ 4000), y con un aumento de las deducciones salariales. Esto representaría cuatro años de salarios congelados y mayores costes para la atención sanitaria, por lo que todo son masivos recortes salariales para el profesorado.

Pero realmente, esa es la punta del iceberg en esta pelea por el contrato: La agenda es recortar el tiempo de preparación, recortar el tiempo de baja por enfermedad con el fin de despedir a l@s trabajador@s enferm@s con mayor facilidad, terminar con la documentación estandarizada de la disciplina estudiantil y recortar salarios para castigar al máximo a trabajador@s altamente cualificad@s.

Finalmente, el ataque más descarado contra nuestro sindicato fue forzarnos a tener un solo liberado, de tres que tenemos ahora. Estos tres profesor@s, el presidente y nuestros dos vicepresidentes, coordinan a más de 1900 profesor@s. E incluso ahora están sobrecargad@s de trabajo. Cortarlo a uno efectivamente mataría al sindicato.

¿Cómo está respondiendo el profesorado a la situación actual, considerando que en el último contrato acordaron una congelación salarial?

Básicamente, usando todas las herramientas posibles. Se ha empleado todo, desde las redes sociales hasta confrontar directamente al superintendente en las reuniones de la “sesión ejecutiva” de la Junta de Educación, que no son públicas. La presión desde todos estos ángulos hizo que el superintendente volviera a la mesa de negociaciones, incluso después de llevar todo el proceso a arbitraje.

¿Están l@s profesor@s vinculando su lucha y sus necesidades con las necesidades de la comunidad más amplia de Hartford? Si es así, ¿cómo empiezan a desarrollarse esas conexiones?

Siempre hemos operado con la máxima de que las condiciones de trabajo de l@s docentes se convierten en las condiciones de aprendizaje para nuestros estudiantes. Cuando se devalúa al profesorado, se devalúa al estudiantado. Las familias y los estudiantes son los mejores para verbalizar esto, y lo han hecho. En la reunión más reciente de la Junta de Educación, criticaron al superintendente y a la Junta por esta acción. Es asombroso lo poderosa que es una fuerza cuando el estudiantado, las familias y el profesorado están unidos y tienen total solidaridad.

¿Encuentras una conexión entre las luchas de los maestros insurgentes que han surgido en todo el país y los ataques al sindicato?

Desde la elección de Karen Lewis y Jesse Sharkey como líderes del Sindicato de profesor@s de Chicago, hemos estado más en contacto con las luchas de los docentes de todo el país. El Sindicato de profesor@s de Chicago reavivó nuestra lucha, así como la lucha para defender la educación pública, y tenemos una gran deuda con ellos. Esta militancia docente y la urgencia de defender la educación pública ahora se han extendido por todas partes.

Sin embargo, como nunca antes, l@s profesor@s de Hartford han iniciado discusiones sobre la conflictividad laboral, especialmente dentro del sistema punitivo de Connecticut, que prohíbe explícitamente la huelga al profesorado. Solo diré que estamos discutiendo todas las opciones.

¿Crees que esta situación se resolverá con un resultado favorable para el profesorado?

Debido a las leyes de arbitraje vinculante de Connecticut, en este punto se nos entregará un contrato y no tendremos voto al respecto, ni tampoco lo harán los miembros de la Junta de Educación de Hartford. Las discusiones que involucran a ambas partes previas al panel de arbitraje de tres miembros, han progresado y parece que debido a la presión sobre el superintendente, se ha producido un alejamiento de un contrato tan antagónico y punitivo. El objetivo más amplio de la militancia docente y el control de l@s trabajador@s debe extenderse más allá de la lucha contractual. Ahí es donde reside el verdadero trabajo.