
La entrevista a Macron el 15 de diciembre en TF1 permitió al presidente de los patrones hacer un repaso de los últimos 5 años. Si bien reconoce “errores”, planteamientos que pueden ser agresivos, no cuestiona su política de destrucción de conquistas sociales y de desprecio a la clase trabajadora. Al contrario, cuando denuncia la “violencia”, es para señalar a los “chalecos amarillos” y desde luego no a la actuación de la policía en las manifestaciones, en barrios obreros o contra l@s inmigrantes, ni la violencia contra la explotación, los despidos, la precariedad y la pobreza.
Incluso aunque todavía no es candidato oficial a su 2º mandato, Macron tiene intención de seguir otros 5 años y acabar lo que ha comenzado, especialmente en lo que respecta a las pensiones. Según las encuestas, solo los candidatos de derecha y de extrema derecha parecen capaces de interponerse en el camino de Macron. Entre Le Pen, Pécresse y Zemmour, ahora es la carrera por el programa más racista y reaccionario, contra los derechos de l@s trabajador@s inmigrantes, mujeres, el colectivo LGTBI, jóvenes, contra el derecho al trabajo y los servicios públicos.
La candidatura de Zemmour cuenta con el apoyo de grandes empresarios y hombres de negocios, como Vincent Bolloré. Fue él, como propietario del grupo Canal+ y por tanto de CNews, quien ofreció horas y horas de foros diarios a Zemmour. El grupo Bolloré es una de las multinacionales más activas de África, presente en 47 países. Controla sectores enteros de la economía, incluidos puertos y ferrocarriles en las antiguas colonias francesas en África Occidental. Bolloré construyó su imperio gracias a la ayuda de los sucesivos gobiernos franceses, al ejército que asegura la continuidad de su negocio y a los gobiernos locales complacientes, recurriendo a menudo a la corrupción.
Pero si no parece tener problema con que Francia ocupe los mercados públicos, saquee los recursos y explote la mano de obra en el sur del Mediterráneo, le parece inaceptable que los habitantes de África vayan a Francia a trabajar! Detrás de este cinismo, está la voluntad de una franja de la burguesía francesa de ver surgir una candidatura de extrema derecha abiertamente racista, reaccionaria y autoritaria, que defendería mejor los intereses del capitalismo francés en tiempos de crisis, disputa y surgimiento de poderes en competencia. Aunque finalmente Zemmour no resulte elegido, ya ha impuesto, con su omnipresencia, gran parte de sus nauseabundas ideas en el debate y en los programas.
A la izquierda, la ilusión de una perspectiva institucional
Las candidaturas del Partido Socialista, Anne Hidalgo, la de Europa-Ecologie Los Verdes, Yannick Jadot, la del Partido Comunista Francés, Fabien Roussel, o la de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, no parecen capaces de reunir suficiente número de votos para clasificarse a la segunda vuelta. La perspectiva de una nueva eliminación de toda la izquierda en la primera vuelta de las elecciones presidenciales asusta a muchos militantes sinceros, que luchan a diario en sus lugares de trabajo, en sus barrios, en sus lugares de estudio contra los ataques y opresiones sociales.
Por eso, muchos esperan que surja una candidatura de unidad de la izquierda. La exministra de Justicia Christiane Taubira ha indicado que estaría disponible para ello. Pero, ¿debemos olvidar que esta “izquierda” ya ha estado en el poder? ¡Bajo Hollande, Jospin o Mitterrand, los derechos de l@s trabajador@s también han disminuido! ¡Los servicios públicos también han sido privatizados! ¡Los inmigrantes indocumentados también fueron expulsados! ¡El ejército francés también ha librado guerras imperialistas! Mientras los medios para producir riqueza estén en manos de una minoría de capitalistas que se benefician del trabajo de la mayoría de la población, ningún gobierno podrá acabar con la explotación. y a la opresión. Y tal perspectiva no aparece en ningún programa presidencial de la izquierda institucional.
Sea cual sea el resultado de las urnas el próximo mes de abril, nuestra clase social deberá contar únicamente con sus propias fuerzas para defender sus intereses. El único gobierno que estará a su servicio será un gobierno resultado de las luchas, instaurado y controlado directamente por l@s trabajador@s, adquiriendo una organización que nada tendrá que ver con las instituciones actuales.
Es para defender la centralidad de las luchas y esta perspectiva de ruptura revolucionaria con el capitalismo que el NPA presenta la candidatura de Philippe Poutou. Una candidatura que nada tiene que ver con la de los políticos profesionales que prometen cambiarnos la vida, pero en realidad quieren adormecer nuestro espíritu de lucha para gestionar el sistema.