Parece sonar como una broma de mal gusto, en cambio ha sucedido realmente: en plena emergencia sanitaria por el coronavirus prácticamente en todo el mundo, Israel decide bombardear Gaza. Pocos días después de la solicitud de las Naciones Unidas de un alto el fuego mundial, el pasado 25 de marzo, la pandemia también está explotando en Palestina: Israel pone a volar a sus cazas para lanzar bombas.
Gaza en los últimos días se está preparando, no sin dificultades, para enfrentarse a la pandemia. Hace 4 días que se emitió la alarma por parte del ministro de Sanidad local, denunciando cómo 13 años de bloqueo para la circulación de bienes y personas han puesto de rodillas la salud en el enclave palestino. El portavoz del ministro, Ashraf al-Qudra, había pedido ayuda inmediata a la OMS dado el número insuficiente de respiradores presentes en la franja de Gaza: 45 frente a los 150 mínimos requeridos. Además, Gaza tiene sólo de 70 camas de cuidados intensivos disponibles con un gran número de pacientes hospitalizados debido a los más de 8.000 palestin@s herid@s por los disparos de francotiradores israelíes en las protestas de la Marcha por el regreso.
En estos días, los médicos gazatíes y todo el personal sanitario se están preparando para convertir los hospitales especializados en el tratamiento de heridas de guerra en salas de cuidados intensivos y de medicina infecciosa. La trágica condición humanitaria en Gaza viene testificada por el ministro de Sanidad Rami al-Abadlah:
“Incluso sin la pandemia, el ministerio es incapaz de proporcionar a las personas los servicios necesarios. Sería catastrófico si el coronavirus se extendiera. Hemos empezado a transferir algunos equipos médicos a los nuevos hospitales que atenderán a l@s pacientes hospitalizad@s por Covid-19”.
Adnan Abu Hasnan, de la Agencia de las Naciones Unidas para l@s refugiad@s, dice que
“Gaza necesita de todo los 365 días del año, pero especialmente ahora necesitamos más suministros médicos, necesitamos sobre todo herramientas de diagnóstico tecnológico, herramientas para afrontar la situación y estar en capacidad de identificar a las personas que realmente contrajeron el virus”. Ésta es una tarea ya complicada en sí misma dada la restricción de suministros esenciales a la franja de Gaza impuesta por Israel, que se vuelve casi imposible si durante estas operaciones la fuerza aérea israelí bombardea de noche.
También es importante recordar cómo Gaza se encuentra entre las áreas más densamente pobladas del mundo: con una densidad promedio de 4570 habitantes por kilómetro cuadrado con picos de hasta 13.000 en la ciudad de Gaza. En unas condiciones humanitarias tan complicadas, los bombardeos nocturnos son un crimen quizás incluso más difícil de imaginar, porque la propagación del pánico entre la población aumenta la posibilidad de contagio de manera exponencial.
La sombra de la muerte en masa por el coronavirus se extiende sobre Gaza, debido al férreo bloqueo por aire, mar y tierra impuesto por Israel al minúsculo territorio: una franja de 30 kilómetros cuadrados, bañada por el mar Mediterráneo y cercada por una valla fronteriza de alta seguridad con Egipto e Israel, que constituye “la mayor cárcel a cielo descubierto” del mundo, según recordó la organización B’Tselem.
Ante la aparición de los primeros contagiados por el coronavirus en Gaza a principios de esta semana, el grupo israelí defensor de los derechos humanos señaló que su propagación allí sería un “desastre masivo” y que la comunidad internacional no podía hacer oídos sordos. B’Tselem advirtió en una declaración escrita que Israel ha paralizado el sistema de salud en Gaza y es responsable de la salud de sus 2 millones de habitantes.
Israel tenía reportados hasta el jueves 3035 casos confirmados, de ellos 45 en estado crítico y 12 muertos, mientras autoridades sanitarias palestinas reportaron 84 contagiados con el Covid-19, incluyendo nueve en Gaza. Medios informativos del Estado sionista señalaban con evidente ironía que el aislamiento de Gaza podría librarla de la pandemia, hasta que el lunes la presunta protección cayó al suelo con el ingreso a la franja de 2 residentes procedentes de Pakistán con los síntomas de la enfermedad. Hoy más que nunca, es necesario pedir el fin del bloqueo de las necesidades básicas de Gaza para que la población civil no se vea afectada por una epidemia que se amplifica a través de los medios de la guerra genocida librada por Israel.