Manuela lleva ya muchos días apostada a las puertas de la empresa en la que trabajó más de 15 años, más de 70 días acampada, con sol y lluvia, y muchas veces sola, en los que no ha desfallecido en su empeño por conseguir justicia: “Que le paguen lo que le deben”.
Manuela, ¿cuál es el motivo de tu acampada frente al Hotel Jerez? Y ¿Cuánto tiempo llevas?
Después de 2 años de demandas con la empresa, por cobros retrasados en ocasiones de hasta 3 meses, situación que se había establecido como habitual, me veo obligada a rescindir mi contrato con la empresa judicialmente (el propietario es Alojamientos Jerezanos S.L.U) y por sentencia judicial gano el despido improcedente con una indemnización de 45 días por año trabajado, lo que suponían 32.000 euros. El propietario pidió pagarlo en 10 meses y el juzgado se lo concedió, pero en ese acuerdo de pago había una cláusula en la que si incumplía con los pagos tenía que liquidarme la deuda completa. A día de hoy, sólo he cobrado el primer pago, vuelvo a denunciar y el juzgado ante este incumplimiento citó al dueño de la empresa y luego el propio juzgado anula la citación, por lo que me siento totalmente indefensa y es cuando me echo a la calle con una pancarta y una silla de playa.
Ya llevo acampada en la puerta del hotel Jerez 60 días. Cada día me levanto, dejo a mi hijo en el colegio y me pongo en la puerta del hotel hasta por la tarde que me voy a mi casa. Estoy cansada pero cada día tengo más claro que debo seguir aquí hasta el final.
¿Cuál es la posición de tus compañer@s del hotel?
Mis compañeros están en la misma situación que yo antes de dejar la empresa, aunque no se han decidido a dar el paso de dejar la empresa y este mes de noviembre es el quinto mes sin cobrar. La información que tengo de mi abogado es que el hotel pretende despedir a todos los trabajadores y vender la gestión del hotel a una empresa.
Ante esta situación extrema de 5 nóminas sin cobrar y un despido inminente, ¿se han planteado algún tipo de movilización los compañeros del hotel?
De momento no se organizan, siguen trabajando confiando en que todo se arreglará y no contemplan unirse a mi lucha. Esperan que todo se arregle, aunque la única solución que les va a plantear la empresa es el despido. Me han dicho que si organizo una concentración me apoyarían, pero no dan ningún paso definitivo paso para organizarse y reclamar nada.
¿El dueño del hotel se ha puesto en contacto contigo en algún momento, ha dado algún tipo de explicación?
No. Nunca ha atendido ninguna de mis llamadas ni ha dado ningún tipo de explicación. Solo el pasado miércoles 21 llamó a mi abogado para reunirse con él, con la condición de que se anulara una concentración que había prevista delante del hotel organizada por CCOO. Entonces mi abogado y yo agradecimos el interés a CCOO pero les pedimos que anularan la concentración. Lo he hecho principalmente por mi abogado, para intentar la vía del diálogo, y si vemos que todo sigue igual entonces habría que darle con más fuerza. Porque el hotel está completo hasta enero, según me dicen mis propios compañeros, por lo que no hay ningún motivo para que no nos pague.
Has dicho antes que CCOO había planteado una concentración ¿Con que apoyos estás contando?
La gente de la calle me arropa mucho, me traen comida, café, me pregunta cómo estoy, y sobre todo la marea de pensionistas que están conmigo casi a diario. Un día vino gente de C.G.T e hicieron una concentración, entraron en el hall del hotel y tuvo que entrar la policía a desalojar. Y luego compañeros de diferentes colectivos, del SAT, STOP Desahucios, IZAR, y las Kellys de Andalucía oficial.
¿Tienes alguna hoja de ruta si no siguen adelante las negociaciones entre tu abogado y el dueño del hotel?
Ahora mismo estoy a la espera, resistiendo en la puerta y no me voy a mover de aquí hasta que se solucione. No tengo plazos para estar aquí, la meta es la solución de mi problema y el de mis compañeros.
Ante la diversidad de luchas, como las Kellys, Stop Desahucios, l@s pensionistas ¿Cuál crees que sería la mejor opción de plantear los conflictos?
La gente me anima, me dice que ojalá todo el mundo tenga el valor de salir a la calle defendiendo sus derechos, y aunque tengo miedo de que me vean como una persona conflictiva y no quieran contratarme en ningún sitio, tengo claro que tengo que hacerlo. Pienso que el que las trabajadoras luchemos juntas y salgamos a la calle sirve, que tenemos que apoyarnos, puesto que si todos hiciéramos lo mismo y nos uniéramos conseguiríamos muchas más cosas.