Entrevista a Jesús M. Castillo, delegado sindical del Sindicato Andaluz de Trabadores/as en la Universidad de Sevilla, miembro del Comité de #HuelgaPDI, y activista de Acción Anticapitalista.
IZAR: ¿Cuáles son las razones de vuestro conflicto?
JMC: El profesorado ayudante doctor (PAYD) y contratado doctor interino (PCDi) ha ido a la lucha en casi todas las universidades andaluzas, excepto en Almería y Huelva, con huelgas en Málaga, Jaén y Sevilla, para exigir que acabe la vulneración de su derecho a promoción, una situación insostenible que se extiende desde 2012. En esta línea, se pide la promoción interna mediante adaptación con acreditación de PAYD y PCDi a PCD. Además, se exige que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (la despótica, oscura y arbitraria ANECA) de marcha atrás en sus exigencias de acreditación para profesorado funcionario, las cuales son imposibles de cumplir y tienen como objetivo la desfuncionarización de la Universidad Pública para facilitar su desguace.
Los recortes del austericidio del PPsoE han ido acumulando descontento en el profesorado que ha visto vulnerados sus derechos laborales y que le “cambiaban las reglas del juego durante el partido”. Estos ataques han sido especialmente duros en la Universidad Pública, diana de los esfuerzos privatizadores. En un inicio, la respuesta a los recortes sociales en la Universidad de Sevilla fue de resistencia, pero llegó un momento en el que parte del profesorado no aguantó más y pasó a una lucha ofensiva para mejorar los derechos que venían negándoles.
La situación de lucha contra la precariedad laboral del profesorado interino y más precario en la Universidad Pública tiene mucho en común con la que sufre el profesorado interino de los conservatorios de música (en huelga indefinida) y de la Educación Obligatoria en Andalucía. El discurso buenista del gobierno andaluz choca de lleno con su comportamiento de cinta de transmisión de los recortes que vienen de la Unión Europea y del Gobierno Central, a los que suman sus propios ataques a la gente trabajadora.
IZAR: ¿Qué orientación sindical habéis llevado y qué método de lucha?
JMC: Desde el inicio de la lucha hemos funcionado de forma asamblearia y combativa. Todas las decisiones importantes se han tomado en asamblea; durante la huelga todo los días empezábamos con una asamblea para analizar la situación, decidir cómo seguir y organizarnos. Hemos impulsado una huelga muy activa, con movilizaciones, in crescendo, todos los días.
También hemos buscado la solidaridad de toda la comunidad universitaria, los movimientos sociales y la gente trabajadora, que han respondido ofreciendo un gran apoyo. Nos hemos movilizado en los campus, en las calles con una gran manifestación, en las redes sociales y en los medios de comunicación.
IZAR: En Sevilla, habéis arrancado un compromiso con el rectorado. ¿Podemos hablar de victoria? ¿Y en las demás universidades andaluzas?
JMC: El rector de la Universidad de Sevilla se comprometió, a regañadientes, a defender la estabilidad en el empleo el viernes 26 de Mayo. La huelga acabó en Sevilla ese día, pero continuó en Málaga y Jaén, cuyos rectores firmaron el acuerdo el lunes 29 de Mayo. Esto demuestra que la lucha colectiva hace avanzar nuestros derechos y libertades, y que la huelga sigue siendo una medida de presión efectiva.
Ahora nos toca seguir vigilantes y movilizados para que los rectorados de Granada y Córdoba, donde continúa la lucha, se sumen al acuerdo. Un acuerdo que es una victoria parcial que nos anima a seguir luchando y que demuestra que un colectivo de trabajadores bien organizado, apoyado en la solidaridad social, puede defender sus condiciones laborales y los servicios públicos de forma contundente y efectiva.
IZAR: ¿Qué perspectivas tenéis a partir de ahora?
JMC: Ahora tenemos que seguir unidos en la lucha para que los rectores cumplan su compromiso en las negociaciones de la Mesa Sectorial de Universidades Andaluzas.
Y más allá, queremos debatir, unir fuerzas con otros colectivos de profesorado dentro y fuera de la Universidad, y movilizarnos tras el verano por un modelo de carrera laboral digna para todo el personal docente e investigador de las universidades públicas y, en general, la educación pública andaluza. Tenemos que desbordar a las burocracias sindicales que se empeñan en dividir las luchas, incluso en el mismo sector productivo, y controlarlas para responder a sus propios intereses y no a los de la clase trabajadora en lucha.