Después de un largo ciclo electoral concluido a finales de 2016 que ha culminado en la conformación de un gobierno del Partido Popular de la mano de Ciudadanos y del PSOE, se abre un nuevo ciclo de recortes que ya fueron anunciados por la Comisión Europea hace casi un año. Todas esas ilusiones de “cambio” fomentadas por organizaciones electoralistas, que se suponen iban a cambiar las condiciones de la clase trabajadora, la mujer y la juventud, quedan tiradas por los suelos cuando se abren paso las mismas políticas que nos han traído a esta situación.

WhatsApp Image 2017-04-24 at 22.01.44La expectación creada por las “candidaturas de Unidad Popular” que prometían cambiar las condiciones de la vida municipal, no han conseguido levantar ninguna alternativa sustancial en las políticas de los diversos ayuntamientos, peor aún, en donde sí han conseguido mayorías para formar los mal llamados “gobiernos del cambio”, que han realizado políticas y presupuestos continuistas, llegando a casos como la persecución de los manteros por Ada Colau en Barcelona o la fabricación de material bélico para el gobierno genocida de Arabia Saudí por parte del gobierno de “Kichi”, así como la búsqueda de acercamientos o acuerdos desde Unidos Podemos al PSOE en el Congreso. Éstas ilusiones reformistas han supuesto un clima de desmovilización y ante la incapacidad de estas organizaciones de crear una alternativa real a nivel municipal o estatal han creado una situación propicia para la implantación de estas mismas políticas, empeorando las condiciones de la clase trabajadora. Desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria Burgos hemos analizado como durante este último periodo se están abriendo una serie de luchas y huelgas en diferentes sectores tanto laborales como en movimientos sociales, feministas y juveniles. La lucha y la movilización vuelve a mostrarse como la única posibilidad para miles de personas que se ven afectadas por EREs, desahucios, violencias, despidos o recortes en los servicios públicos.

En los últimos meses en Burgos, al igual que en el resto del Estado, se han vuelto a poner a andar las Marchas de la Dignidad, una movilización que plantea colocar en el escenario político cuestiones como el impago de la deuda, la lucha contra las violencias machistas, la prohibición de los despidos, la resistencia contra la represión entre otras cuestiones. Todas estas luchas no pueden ser llevadas a cabo de forma efectiva por una sola organización política o sindical, ni siquiera un solo sector laboral puede ni debe abarcarlas, por ello creemos necesaria la unificación de todos estos conflictos y cuestiones que nos encontramos a día de hoy. Las luchas sectoriales responden a resistencias específicas que son fundamentales y deben seguir siendo reforzadas de forma autónoma pero es indispensable seguir creando marcos de unidad para golpear de manera conjunta contra problemas que tienen raíces comunes, aunque es importante recalcar que estos marcos jamás deben sustituir las movilizaciones y luchas concretas sino unificarlas y complementarlas.

Frente a las ilusiones creadas a través del electoralismo para cambiar nuestras vidas, las posibilidades de los pactos de Estado de ser un cambio sustancial o las vías de entendimiento con el PSOE, nuestra lucha tiene que articularse desde las calles, desde los centros de estudio y de trabajo. Las Marchas de la Dignidad, que llevaron a más de 2 millones de personas a Madrid en marzo de 2014, son un espacio clave para esta rearticulación de la movilización y de las luchas.

La manifestación del 25 de febrero en nuestra ciudad fue algo que debería permitir reactivar a diferentes sectores que hasta este momento se encontraban con muchas dificultades para salir a la calle. Este día nos ha hecho la demostración práctica de que la mejor forma para reactivar la movilización es movilizándose y no esperando sin hacer nada a que nos vengan los ataques para responder. A su vez, facilita el contactar con nuevos sectores que han comenzado a luchar recientemente y unificar luchas que se quedaban marginadas.

Estas acciones no son suficientes para llevar a cabo alternativas reales sino que debe generalizarse en el conjunto del Estado. Por ello desde IZAR Burgos creemos en la necesidad de construir una movilización conjunta y centralizada y que el próximo día 27 de Mayo nos permita dar un salto cualitativo y responder con contundencia a todo lo que se nos viene encima. Pero tal y como hemos visto recientemente en Francia lo que realmente pondrá en jaque a cualquier gobierno, a la banca y a la patronal no será solo una movilización sostenida sino una huelga general que paralice de manera coordinada a todos los sectores que están en lucha y permita responder con el mejor instrumento que tiene la clase trabajadora frente a los ataques de los capitalistas.

Por todo ellos, animamos a asistir a Madrid el próximo 27 de mayo, en la gran manifestación donde culminarán las columnas de todo el Estado español y empezar a construir herramientas de lucha.

¡Pan, trabajo, techo y dignidad!