En una conferencia de prensa el miércoles 1 de diciembre, trabajador@s de Starbucks Workers United  debatieron la votación por sindicarse en 3 establecimientos en la zona de Buffalo, Nueva York. Además, debatieron sobre una Mesa Nacional de Relaciones Laborales(NLRB – National Labor Relations Board) al día siguiente para intentar más sindicalizaciones en otros  3 establecimientos. Starbucks ha llegado a decir que todo el distrito debería haber votado, y no tienda por tienda, pero la Mesa decidió en contra del intento de Starbucks de hacer unas elecciones en esas condiciones. En el pasado, la Mesa ha tomado decisiones a favor de l@s trabajador@s que trataban de organizarse en un solo establecimiento de una cadena.

La semana del 9 de diciembre terminó con un recuento online de votos con victoria para la sindicalización. Una trabajadora de Starbucks, Michelle Eisen, en una rueda de prensa previa al resultado, decía: “A pesar de todo lo que ha hecho la empresa en los últimos 3 meses para destruir la campaña sindical, todavía confiamos en que, cuando llegue el jueves, seremos el primer Starbucks con un sindicato de los 9000 en EEUU”. Eisen reafirmó la importancia del apoyo de la comunidad en esta sindicalización y caracterizó los intentos de desmovilización como “contrarios a lo que Starbucks profesa como empresa”. Eisen tiene la esperanza de que la empresa dé un giro de 180º sobre su política antisindical al enfrentarse a la presión social. “¡No vamos a parar!” dijo.

Wilma Liebman, antigua miembro de la Mesa Nacional de Relaciones Laborales, dijo: “Lo que está haciendo Starbucks para ganar la campaña de sindicalización parece extraordinario. Trabajador@s no podían tocar las “condiciones de laboratorio” para una elección justa durante la campaña. A pesar de las apariencias, este patrón está haciendo justo eso, desafiando arrogantemente principios básicos de la ley de empleo en una lucha por matar el esfuerzo por la sindicalización, sin pensar en las consecuencias”.

La dirección de Starbucks respondió a la marea sindical inundando la zona de Buffalo con cerca de 200 encargados, encargados de distrito y ejecutivos, llamándolos el “Equipo SWAT de Buffalo”. La empresa lo intentó todo para parar o atrasar la votación, forzando a l@s trabajador@s a volver a la Mesa múltiples veces para tomar aliento. Starbucks también probó  un pucherazo añadiendo trabajador@s del distrito, pero no de los locales en cuestión, a la lista de votantes.

En una conferencia de prensa, Starbucks Workers United (Sindicato de trabajador@s de Starbucks) declaró, “Una miembro del autoproclamado “Equipo SWAT de Buffalo” reconoció en una grabación que había venido a Buffalo para intentar “salvarla” del sindicato, que los miembros pro sindicato le estaban “chupando la vida” y que nadie debería tener celos de sus viajes a Buffalo porque aquello “no es el Centro Rockefeller”.

Brittany Harrison, la encargada de un local en Mesa, Arizona, publicó la grabación para llamar la atención sobre la represión antisindical, y fue forzada a dimitir por la empresa en medio de una batalla contra la leucemia. L@s trabajador@s de Mesa depositaron una petición para unas elecciones para tener representación en la Mesa de Negociaciones Nacional.

Roxanne Williams, presidenta de Starbucks Norteamérica, fue a Buffalo en el primer día en el que las peticiones de votación fueron depositadas y se quedó en la ciudad. Otros ejecutivos también se personaron en los locales. Un trabajador comentó que estos ejecutivos y sus trajes caros estaban dándose paseos por los locales, vaciando papeleras o barriendo suelos. Textos pro sindicales han desaparecido de los cuartos de descanso. El Día de Acción de Gracias, Williams llegó a uno de los locales con un gorro de pavo. L@s trabajador@s declaraban intensas reuniones antisindicales, con un trabajador comentando en rueda de prensa que fue forzado a tener una reunión con 9 miembros de la dirección. La empresa hizo un gran esfuerzo por el “no”, y l@s trabajador@s estuvieron empujando contra la intimidación y las tácticas de miedo.

Las campañas antisindicales no son nada nuevo. Las campañas agresivas de la planta de Amazon en Bessemer, Alabama, resultaron en una derrota, pero una decisión reciente de la Mesa ha declarado mala praxis por parte de la empresa durante esa votación y ha ordenado una nueva. Además, la cadena Dollar General (equivalente a los “Todo a 100” en el E.Español) ha gastado cerca de 10000$ por día por empleado para parar un intento de sindicalización en una tienda en Connecticut.  Socialist Resurgence informa de que Dollar General ha pagado “a 5 agentes antisindicales 2700$ a cada uno al día durante 28 días, un total de 378000$ en menos de un mes, para vigilar y acosar a l@s trabajador@s de la tienda. Con 5 trabajadors@ a tiempo completo en el local, es una proporción de 1 a 1 entre trabajador@s y agentes antisindicales”.

Mientras tanto, los sindicatos han abandonado silenciosamente la defensa de la ley PRO (de Protección del Derecho de Organización), que haría sindicarse más sencillamente a millones de trabajador@s.

Los capitalistas han gastado más de 340 millones de dólares al año en “prevención de constitución de sindicatos”. Las empresas y sus mercenarios antisindicales entran en un patrón de amenazas, intimidación y acoso para parar esfuerzos de sindicalización supuestamente están protegidos por ley, pero este comportamiento abusivo es fundamentalmente ignorado o incluso considerado legal por la Mesa, todo ello llevando a elecciones que son difícilmente democráticas. El resultado es que, a pesar de que las encuestas en años recientes han expresado que un 49% de l@s trabajador@s de nivel no-gerente, un@s 58 millones, desean unirse a un sindicato, las elecciones de la Mesa Nacional de Relaciones Laborales han resultado en solo 50000 trabajador@s obteniendo el estatus de sindicalizad@s cada año.

L@s trabajador@s hablaron de reunirse con el senador de Vermont, Bernie Sanders, que había tuiteado en apoyo a sus esfuerzos por organizarse, y un apoyo parecido de la senadora Kristen Gillibrand y la representante Alexandria Ocasio-Cortez. En una rueda de prensa, representantes de l@s trabajador@s expresaron su esperanza en que est@s representantes elect@s presionasen a la empresa para negociar de buena fe tras una victoria sindical.

Una victoria (que han obtenido) en los 3 locales de Buffalo abrirá la posibilidad de más campañas de organización en los sectores de tiendas y restauración. En este tipo de elecciones, l@s trabajador@s se enfrentan a enormes obstáculos en forma de antisindicalismo corporativo y una burocracia sindical letárgica, que no responde.

Una campaña de éxito para organizar el desierto desorganizado y mal pagado que es la economía de EEUU requerirá el máximo esfuerzo de l@s líderes sindicales y de las bases mismas. Organizar a tod@s l@s trabajdor@s por un mejor salario y mejores condiciones es crucial para dar la vuelta a la pérdidas que han sufrido en las décadas pasadas en esta guerra de clases de una sola facción que han estado llevando los empresarios.

Ganar esta lucha también significa independencia política para la clase trabajadora frente a los demócratas – incluida su ala “progresista”. Los demócratas han estado deseando cómplices en la ofensiva austericida de los empresarios. Mientras el apoyo de políticos como Sanders, Gillibrand o AOC es bienvenido, en última instancia, no son nada a la hora de estar del lado de nuestra clase contra sus amos de Wall Street. No debemos olvidar la promesa electoral fallida hecha por Barack Obama de que “si l@s trabajador@s american@s ven negado su derecho a organizarse y negociar colectivamente mientras yo esté en la Casa Blanca, yo mismo me pondré un calzado cómodo, y me pondré a marchar en el piquete como presidente de los EEUU de América”. Tras las elecciones, Obama parece haber extraviado esas zapatillas.