
Sin lugar a dudas, uno de los sectores, históricamente, más precarizado, feminizado y dominado por poderosas multinacionales, es el del comercio y concretamente el de las tiendas de moda.A estas alturas, es ya innegable que la pandemia de la Covid´19 está operando como un acelerador de todas las dinámicas que venía exigiendo e imponiendo el mercado mundial y que en resumen se traducen en un claro aumento del grado de explotación de los y las trabajadoras de hasta el último rincón del planeta.
En este sentido los gigantes de la moda vieron en la pandemia una oportunidad única para imponer una reestructuración digital del sector que, al estilo del que ya iniciara la Banca tras la crisis de 2008, supone el cierre de sus establecimientos y los consecuentes despidos masivos.
Uno de estos gigantes de la moda es la cadena multinacional sueca H&M (Hennes & Mauritz) y cuenta con unas 4.700 tiendas propias repartidas en 69 países de todos los continentes. A principios de abril de 2021 anunciaron un ERE masivo que enviaría al paro a 1.100 trabajadores y trabajadoras en su inmensa mayoría y que supondría el cierre de 30 de sus establecimientos en el Estado español. Esta operación se pretende llevar a cabo mediante una maniobra muy extendida en todos los sectores gracias a la pandemia y la tibieza del gobierno que consiste en convertir un ERTE en un ERE. Y es que a pesar del intento de la ministra de Trabajo por congelar los conflictos que se ciernen a base de prorrogar los ERTE, la verdad es que la lucha de clases no entiende de treguas.
Pero si las grandes empresas tiene clara esta máxima, así mismo han demostrado entenderlo también las miles de trabajadoras de H&M que de la noche a la mañana se encontraban con la amenaza de despidos masivos y el cierre de sus centros de trabajo. Desde Lanzarote a Tarragona, pasando por Málaga o Palencia, las trabajadoras de todas las provincias se han puesto en pie de guerra desde el primer día para frenar este ataque frontal contra su dignidad y sus condiciones de vida.
Sin embargo, una vez más los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT alcanzaron un acuerdo estatal a finales de mayo por el que H&M se comprometía a reducir a un tercio el número de despidos. Una gran victoria, o así pretendieron venderlo, sin sospechar que para entonces la trabajadoras afiliadas a los sindicatos ELA y LAB de Bizkaia, Gipuzkoa, Araba y Nafarroa, ya llevaban semanas en huelga y no iban a aceptar un acuerdo por arriba que hipotecaba de facto sus puestos de trabajo ya que al reconocer la legalidad de las causas del ERE, la empresa no tardará en volver con otra amenaza de despido colectivo.
50 días han resistido y otros 50 más de huelga indefinida habrían permanecido gracias a la caja de resistencia que prevé unos sindicatos que destinan a este fin el 25% de las cuotas de sus afiliadas. Pero con 50 han bastado para torcerle el brazo a la multinacional sueca que acabo por aceptar que en estos territorios en número de despidos sería igual a cero.
Esta transformadora experiencia de lucha que han protagonizado las trabajadoras de H&M tras ganar una huelga de más de un mes y medio vuelve a mostrar el camino para sus compañeras de un sector gravemente amenazado y para todos y todas la trabajadoras del mundo, porque las huelgas no se ganan principalmente por condiciones objetivas, sino por la determinación, la creatividad y la solidaridad de nuestro bando social, tal y como lo hicieron las compañeras de H&M contactando con las plantillas en lucha de Novaltia o Tubacex.
A menudo reflexionamos sobre lo poco que sabemos contar nuestras victorias, hoy tenemos la suerte de hacernos eco de una de esas victorias que llenan de orgullo a nuestra clase y que merecen ser estudiadas porque pocas veces se acumulan tantas enseñanzas en una sola lucha.
Bibliografía: “La huelga de H&M, un espejo donde mirarse” Gessamí Forner (2021, Manu Robles-Arangiz)