gaelLa represión golpea a los que luchan

Gaël es cartero, secretario del sindicato Sud Poste 92. La Poste (Correos) es un sector particular, que debe ser visto como un arquetipo de la destrucción de las conquistas sociales y del sector público. El objetivo  de la patronal y del estado es el mismo aquí que en numerosos sectores públicos: disminuir los costes mediante una reducción del personal y una reoorganización del trabajo. Y cuando, después el personal es demasiado poco numeroso para asegurar un servicio público de calidad, utilizan ese pretexto para defender la privatización.

Es en ese contexto, muy conocido por los militantes sindicalistas, que Gaël milita; desde hace años, intenta unir a las diferentes oficinas, explicando a los y las compañeras de trabajo que si bien hay reivindicaciones locales específicas, las lógicas de destrucción son las mismas, y que si se quiere ganar, hay que hacer valer nuestros derechos, hay que unirse y organizarse conjuntamente más allá de las diferencias por colores  sindicales, por zonas geográficas y por diferencias temporales. Hay que poder hacer huelga todos juntos frente a cada nuevo ataque de la patronal en cualquier oficina. En definitiva, reconstruir una consciencia de pertenencia a una misma clase. Esa estrategia de convergencia de las luchas no gusta para nada a la patronal, y eso lo hace saber.

Si tuviésemos que recoger uno por uno todos los ataques que ha recibido Gaël desde su entrada en La Poste hace 13 años, se podría constituir un dossier de más de 50 páginas. Pero por dar sólo un ejemplo, durante esos 13 años, Gaël ha acumulado hasta un año y medio de suspensión de empleo y sueldo debido a su actividad sindical. Último acontecimiento: fue convocado el 28 de marzo en el Tribunal Administrativo de Versalles por un supuesto “secuestro” que tuvo lugar supuestamente en 2010.
El objetivo reconocido es su despido, aunque éste ya haya sido rechazado por la inspección del trabajo, el Tribunal Administrativo e incluso por el antiguo Ministro del trabajo de Sarkozy, Xavier Darcos, que sin embargo no es conocido por ser un amigo de los sindicalistas. La dirección organiza de manera metódica un plan cuyo objetivo es acabar con los líderes sindicales combativos utilizando para ello todos los medios puestos a su alcance y para ello la justicia burocrática es un instrumento extraordinario. En el caso de este nuevo ataque, la dirección intenta hacer valer un argumento lamentable según el cual Gaël tendría “un comportamiento antioxigénico hacia el conjunto del sector que dirige la empresa”. Con tales despropósitos, casi que nos acabaríamos preocupando más por las condiciones de trabajo de aquell@s que son pagad@s para destruir nuestros trabajos que por nosotr@s mism@s.

Para saber cómo resistir y hacer frente a la represión, hay que entender que todos los sindicalistas de La Poste no reciben el mismo trato; si hablamos en este caso de un verdadero ensañamiento judicial y político contra Gaël es porque representa todo lo que es susceptible de preocupar a la patronal: un sindicalismo de lucha, no sectario, contra la supresión de empleos, que busca construir puentes con otros sectores combativos a la vez que teje lazos a favor de la perspectiva de la huelga general.
Solidaridad de clase

Gracias a los lazos que se han ido creando se puede asegurar una verdadera defensa, una verdadera solidaridad de clase consciente. La concentración de apoyo a Gaël delante del Tribunal, el 28 de marzo, que congregó a más de 200 personas venidas de diferentes realidades, así lo demuestra: CGT Energía, Mickaël Wamen y los y las trabajadoras de Goodyear, Info’Com-CGT, varias oficinas de Correos que han hecho huelga recientemente, sin contar con los mensajes de apoyo proveniente de toda Francia y a nivel internacional. Frédéric Lordon, también presente, declaró: “Los poderosos que reinan en esta época consideran como un escándalo que se les haga frente y les parecen anormales y criminalizables tod@s aquell@s que les hacen frente. Entonces gente como Gaël no son bienvenidos en este universo, pero este universo, no es el suyo, es el nuestro, y son nuestras reglas las que debemos hacer prevalecer. Entonces cuando gente lucha por nosotr@s, nuestro deber es luchar por ellos”.

Frente a la patronal y al estado, les toca a los y las asalariadas elegir a sus representantes, a aquell@s que están en disposición de defenderl@s. Y esa confianza ningún tribunal podrá romperla jamás.