
Este 1 de mayo nos hemos movilizado en las calles con más motivos que nunca. A un año de pandemia, vemos cómo esta nueva crisis se vuelve a cargar sobre los hombros de l@s de siempre: los y las trabajadoras.
Marzo se cerró con 3,95 millones de parad@s (el 58% son mujeres), cifra que ha aumentado en 401.328 desde el 12 de marzo de 2020. En los próximos meses las cifras de paro no tienen visos de mejora. Actualmente, 743.628 trabajador@s continúan en situación de ERTE y, por tanto, sometid@s a un futuro incierto. Por si fuera poco, en las últimas semanas hemos conocido la noticia de los EREs propuestos por la patronal bancaria, que afectarían a más de 8 mil trabajador@s en CaixaBank y 3.800 en BBVA, además de la previsión de despido de 4.300 por parte del Santander e Ibercaja; en total más de 17.000 trabajador@s van a ir a la calle si no se logra frenar este nuevo ataque de los grandes capitales al empleo.
En este sentido l@s trabajador@s de Airbus en Puerto Real, están mostrando el camino de cómo mediante la organización y la movilización, no sólo en Cádiz sino también en otras partes del estado, se puede hacer frente a los planes de la patronal, frenando temporalmente, al menos, el cierre de Puerto Real y manteniendo sus empleos.
Éstos son sólo algunos ejemplos de la tendencia a la destrucción del empleo que viene dándose desde mucho antes de que comenzara la pandemia. Volviendo al ejemplo de la banca, este sector ha expulsado a 98.500 trabajador@s desde 2008, es decir, a un 36,3% de su plantilla. Esta reducción de la ocupación es aún más importante en la construcción, la industria y la agricultura, por no hablar del sector servicios. Desde que comenzara la crisis de 2008, los y las trabajadoras no hemos recuperado ni de lejos la estabilidad y derechos perdidos. La continuidad de la crisis económica internacional nos demuestra cada día más cómo el sistema capitalista no tiene ninguna salida que ofrecer que no conlleve la miseria de amplios sectores de la población.
Ante la reducción de los beneficios, la patronal acelera por ejemplo los procesos de introducción de nuevas tecnologías que sustituyan a una amplia parte de su plantilla y amortigua así, pagando menos salarios, sus “perdidas”, manteniendo e incluso incrementando sus ganancias. La tendencia, por tanto, es clara: la expulsión masiva de trabajador@s de sus puestos de trabajo, su condena al paro permanente y la precarización de sus condiciones del trabajo. ¿Cuánto más podemos aguantar una situación que nos conduce a la miseria? ¿Cuándo se va a inclinar la balanza hacia la mejora de nuestras vidas?
El gobierno de PSOE-UP ha demostrado no estar dispuesto a acometer las medidas urgentes necesarias para cargar la crisis sobre quién verdaderamente puede financiarla, la patronal. El gobierno que se ha querido autoproclamar como el gobierno más progresista de la historia, en lugar de reclamar el dinero que se le “prestó” a los bancos con el rescate de la crisis de 2008 (78.000 millones de euros) y que han recuperado con creces durante estos últimos años, subordina la posibilidad de una mínima protección social de los y las trabajadoras a las condiciones exigidas por los fondos europeos de recuperación, que conllevarán como mínimo una nueva reforma laboral, según las últimas noticias.
En lugar de acometer una reforma fiscal que cargue el peso de la recuperación económica en los grandes capitales, les ha financiado los salarios de sus trabajador@s mediante los ERTEs y les ha reducido los impuestos, aumentando con ello la deuda pública, que ya se sitúa en un 117% del PIB, hipotecando aún más el futuro de los y las trabajadoras. En lugar de invertir en servicios públicos para crear empleo de calidad y hacer frente a la crisis sanitaria, en lugar de requisar de verdad la sanidad privada de verdad (y no pagándole sus servicios y fomentando su crecimiento), sigue aumentando el trasvase de fondos públicos a la patronal privada mediante conciertos, quitándonos así una buena parte del salario indirecto que percibimos los y las trabajadoras. En definitiva, este gobierno no está dispuesto a llevar a cabo las medidas necesarias para redistribuir la riqueza, pues supone enfrentarse a los intereses de la patronal, a quien sobre todo representa.
Ante esta situación vemos cómo la actitud de las direcciones burocráticas de CCOO y UGT es cada vez más lamentable. Las promesas de derogación de la reforma laboral de Rajoy incluida en el pacto de gobierno de PSOE-UP están a años luz de realizarse, la situación de paro y precariedad sigue aumentando y, sin embargo, no se está trabajando para construir un movimiento que pueda imponer al menos la derogación de dicha reforma. La actitud de la izquierda reformista no es muy distinta. UP se ha consagrado ya como la muleta del PSOE y, por tanto, como una organización que lejos de construir una alternativa, dedica sus esfuerzos a reforzar una de las patas del régimen del 78, en lugar de a ensanchar la brecha de la lucha de clases que existe en las huelgas y movilizaciones de trabajador@s cada vez son más numerosas.
En definitiva, vemos cómo gobierne quien gobierne, nuestras vidas siguen empeorando. Observamos con mucha preocupación el avance de la extrema derecha, que se sirve del sufrimiento de la población para aumentar sus filas frente a una “izquierda” que no hace políticas de izquierdas, sino que es una marioneta de los intereses de las patronales.
Sólo la lucha permitirá imponer un programa de urgencia social, de protección y ampliación del empleo estable y de calidad, con unos salarios y condiciones dignas de trabajo, con unas pensiones dignas para l@s trabajador@s que ya no están en activo. Los derechos adquiridos se consiguieron años atrás con la lucha de los y las trabajadoras y sólo así podremos recuperar los que hemos perdido, lograr ampliarlos y construir una sociedad más justa para los y las trabajadoras. Es necesario construir un frente social que impulse una movilización sostenida para imponer unas medidas que mejoren las vidas de los y las trabajadoras.
¡Por unas medidas sociales de urgencia para los y las trabajadoras!
¡Derogación de las reformas laborales, reparto del trabajo para trabajar tod@s, prohibición real de los despidos, acabar con la brecha salarial de las mujeres, salarios y pensiones dignas, disminución de la edad de jubilación para acabar con el paro juvenil, no al pago de la deuda que no hemos generado, aumento de carga fiscal sobre la patronal!
¡No hay otra manera, o con la patronal o con la clase obrera!