Hace 3-4 años, las trabajadoras de hoteles empezaron a organizarse y a denunciar su carga de trabajo a las cadenas hoteleras. Al inicio nadie tomó en serio a las kellys, “las que limpian”, los partidos políticos las ningunearon desde las administraciones e incluso Rajoy al recibirlas en la Moncloa dio falsas esperanzas al colectivo a nivel estatal. Pero este verano han dicho basta, hartas de que se rían de ellas los gobiernos y las direcciones sindicales, y han dado el paso en Ibiza y Formentera de convocar un paro de 48 horas.
Además del número diario total de camas, estos últimos años también ha aumentado la cantidad y variedad de tareas de las kellys. La modernización de los hoteles ha hecho que las camareras de piso y limpiadoras se tengan que encargar de muchos trabajos que antes no hacían. Además, según un informe médico, el 70% de estas trabajadoras se medica para tratarse el dolor y el 22% toma psicofármacos. “Es imposible llegar a trabajar con 77 años, levantando 80 camas diarias”, señalan.
Este verano ha sido el tercer año consecutivo en que las kellys convocan manifestaciones en los puntos más turísticos del país, aunque las movilizaciones en las Islas Baleares han tenido la particularidad de plantear ir más allá y las trabajadoras de Ibiza tuvieron el valor de ir a la huelga. El 15 de julio en una asamblea más de 100 camareras y limpiadoras votaron abandonar el servicio de sus habitaciones de hoteles, con el apoyo de CGT, durante el fin de semana del 24 y 25 de agosto, asumiendo un riesgo alto debido a las mucha coacciones.
Las demandas concretas fueron la aplicación de la Ley 31/1995 de prevención de riesgos laborales y la inclusión en el convenio de Hosteleria, prorrogado hasta el 2022, la medida del tiempo para poder controlar la sobrecarga de trabajo. Denuncian que la patronal hotelera sostiene que la carga ya está regulada, pero en realidad en cada hotel la carga es la que el empresario quiera ponerles: “Tienes 8 horas, pero si te dan 20, 25 o hasta 37 habitaciones como llevan algunas compañeras, hasta que no las acabas no te vas. Si alguna se marcha y deja alguna habitación por hacer la tienen enfilada y van a por ella”.
Según la CGT y el colectivo de kellys de Ibiza-Formentera, la huelga tuvo un seguimiento del 33%, con 2000 trabajadoras y manifestaciones y piquetes concurridos ambos días. Estos datos han sido muy valoradas, teniendo en cuenta que es la 1ª huelga de camareras de pisos después de 30 años. Su portavoz Milagros Carreño Carreño valora asimismo la caja de resistencia para las trabajadoras que han tenido dificultades económicas en secundarla. Otras con contratos temporales fueron amenazadas con no ser renovadas si no acudían al trabajo.
8 días después de la huelga de las kellys en Ibiza, el colectivo a nivel estatal denunció que nadie ha hecho aún una propuesta concreta con visos reales de solución al los problemas que padecen estas mujeres trabajadoras en los hoteles. Lo que la huelga de las camareras de pisos demuestra es que si ese mismo acontecimiento se hubiera llevado a cabo coordinado a nivel estatal tan sólo un día, si todas las organizaciones sindicales encabezaran el total de sus reivindicaciones, el paso habría sido gigantesco y la patronal hotelera no habría tenido más remedio que responder.