El pasado 2 de marzo, las trabajadoras del servicio de limpieza de la universidad de Málaga comenzaron una huelga indefinida para exigir mejoras salariales y sociales, algo que llevan reclamando desde el año 2004. Se trata de un servicio privatizado y adjudicado a Fissa, Clece y OHL, después de que en el año 2017 la UMA decidiera dividirlo en tres lotes.

Estas 3 sociedades reciben una partida anual superior a los 17 millones de euros por la prestación de este servicio. Sin embargo, no son capaces de aceptar un incremento salarial para sus trabajadoras con tal de no reducir sus beneficios. Se trata de un conflicto muy similar al de otros servicios públicos que han sido privatizados, en los que las empresas adjudicatarias se enriquecen con dinero público a costa de la precariedad de la plantilla. Estas 3 empresas multiservicios reciben cantidades millonarias a través de diferentes adjudicaciones, que sólo en el caso de OHL sumaron un total de más de 2.000 millones de euros durante 2019.

Ante esta situación, nuestra postura ha sido siempre clara. Las empresas privadas no pueden formar parte del tablero, y deben salir inmediatamente de la prestación de servicios públicos sin recibir indemnización alguna. Es intolerable que unos pocos se beneficien con el dinero de nuestros impuestos.

Durante todo este tiempo la actitud del rector, José Ángel Narváez, ha sido la de negarse a formar parte de una mesa de negociación, prefiriendo desprestigiar a las trabajadoras a través de varios comunicados públicos en los que azuzaba el miedo al coronavirus y lo relacionaba con la falta de limpieza en las facultades, exigiendo a la plantilla que pusiera fin a la huelga. Por si fuera poco, ha autorizado la entrada de la policía a todo el campus universitario, cuyo resultado ha sido la identificación y propuesta para sanción de vari@s alumnx@ que salieron a apoyar a las trabajadoras en huelga.

Además, Narváez ordenó que no se permitiera el acceso de los piquetes a las distintas facultades, reforzando la seguridad en todos los centros y solicitando el carnet de estudiante para acceder a ellos. Debido a esta situación, y tras una semana de huelga, la plantilla decidió iniciar un encierro indefinido en la facultad de Derecho. Una vez más, la respuesta por parte de la UMA ha sido la represión.

El decano de este centro, Juan José Hinojosa, ordenó al personal de seguridad que impidiera la entrada de agua y comida para quienes permanecían encerrad@s, generándose una tensión evidente en la plantilla. Incluso l@s alumn@s que colaban comida en sus mochilas fueron amenazad@s con represalias, siendo chantajeados con hacerlos responsables de un encierro ilegal. Lamentablemente, y debido a la declaración del estado de alarma, la plantilla de trabajadoras decidió levantar el encierro y poner fin a la huelga, ya que todas las facultades de la UMA permanecen cerradas. Sin embargo, el comité de empresa aseguró que, una vez solventada esta situación excepcional que vivimos, reanudarían la lucha.

Por desgracia, estas son las mismas circunstancias que viven much@s trabajador@s a raíz del confinamiento decretado por el gobierno de Pedro Sánchez. Por mucho que intenten vendernos lo contrario, este gobierno no va a defender el interés de l@s trabajador@s en la crisis del coronavirus. Mientras se apela a la responsabilidad individual con el ya famoso #YoMeQuedoEnCasa, la realidad para miles de personas es que tienen que acudir a su puesto cada día para que los de siempre no vean amenazados sus beneficios. Otros en cambio, han sido despedidos temporalmente, haciéndose cargo el estado de sus salarios y cotizaciones mientras dure esta situación.

En este caso concreto, tanto el rector como las empresas han encontrado la excusa perfecta para invalidar los efectos de la huelga. De hecho, la facultad de Derecho fue precintada un día antes de que la Junta de Andalucía decretara el cierre de centros educativos, y dos días antes de la declaración del estado de alarma. Sin embargo, la plantilla no se rinde y continúa con la lucha.

¡Por un servicio de limpieza público y de calidad! ¡Por unas condiciones dignas para la plantilla!