L@s trabajadr@s de Tubacex, multinacional con plantas en las localidades alavesas de Laudio y Amurrio especializada en la fabricación de tubos son soldadura de acero inoxidable y altas aleaciones de níquel, llevaron el martes santo su lucha contra el despido de 129 compañer@s a las puertas de parlamento vasco de Vitoria en una manifestación el día que cumplen 48 jornadas de huelga indefinida. Desde el 15 de febrero est@s trabajador@s y sus familias, que cuentan con el respaldo de todos los sindicatos con representación en la compañía (ELA, LAB, COOO, Stat e independientes), han convertido el freno de la actividad productiva de Tubacex en la pelea de la comarca de Aiaraldea.
La decisión de ir a un paro indefinido tras 2 jornadas de huelga el 11 y 12 de febrero es la respuesta del comité de empresa al anuncio de la dirección de presentar un ERE con extinción de contratos que afecta a 115 trabajador@s de la plantilla de la filial TTI, con instalaciones fabriles en Laudio y Amurrio, y a 35 operari@s de Aceralava, filial también en Amurrio. Además, la empresa, a la vista de la caída de la demanda en el sector, también ha previsto la aplicación de un ERTE, que afectará a la totalidad de la plantilla con un máximo de 60% de su jornada laboral, hasta el 30 de septiembre de este año. Tubacex apuesta así por aplicar medidas estructurales ante una situación coyuntural, recibiendo subvenciones públicas de millones de euros, reparto de dividendos entre su consejo de administración y delirantes exenciones fiscales.
El gobierno vasco PNV-PSOE aprobó en marzo un plan de inversión de 180 millones para dinamizar a las empresas en comarcas desfavorecidas, entre ellas Tubacex, que ha tenido beneficios de 11 millones de euros en 2019 y dispone de 250 millones de caja. LAB denunció a finales de mes que el grupo empresarial había solicitado un rescate de 115 millones de euros a la SEPI, el fondo de ayuda a empresas. Todos los sindicatos que respaldan la huelga denuncian que la consejería de Empleo, del PSOE, ha firmado con la multinacional un proyecto candidato a los fondos europeos sin que se haya informado del contenido. L@s trabajador@s también se han dirigido a la ministra Yolanda Díez, sin obtener todavía respuesta.
En esta lucha llena de determinación la plantilla de Tubacex y sus familias se está enfrentando al orden del capital por parte del gobierno Urkullu, que aprovecha la mínima ocasión para hacer desfilar a la Ertzaintza coaccionando la huelga y concentraciones de l@s trabajador@s. Ya el 23 de febrero cargó a primera hora contra la sentada y el muro humano que se organizó delante de la planta de Laudio para bloquear la entrada a los esquiroles, deteniendo posteriormente a 3 huelguistas. Pero el episodio con más tensión tuvo lugar el 25 de marzo en la planta de Amurrio, donde los piquetes cortaron la carretera y las fuerzas policiales vascas cargaron con balas de foam produciendo varios herid@s y desplegando incluso una tanqueta.
A pesar de la represión policial, la solidaridad de much@s trabajador@s de Euskadi y del estado español es un arma importante de la que disponen. El 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, la huelga indefinida de Tubacex salió de los límites de la comarca de Aiaraldea y se dio a conocer cuando las trabajadoras de la plantilla, que siendo el 12% del total (70) constituyen el 34% de l@s despedid@s por el ERE, denunciaron su situación realizando una sentada en la carretera de acceso a las instalaciones en Llodio, apoyadas por distintos colectivos feministas de la comarca. Al grito de “¡Ni despedidas ni rendidas!”, impidieron la entrada de autobuses de esquiroles y de directivos de Tubacex.
La huelga indefinida de l@s trabajador@s de Tubacex tiene lugar en un contexto de destrucción de empleo justificado por las patronales española y vasca más soberbias que nunca con el “regalo inesperado” de la política de ERTEs del gobierno PSOE-UP. Supone una de las respuestas más contundentes a la vergonzosa concertación social de las direcciones de CCOO y UGT con un ministerio de Trabajo ahora en manos de la izquierda. Es necesario dar voz a la lucha que está llevando una plantilla que no desfallece y expresar toda la solidaridad y apoyo a la defensa del empleo y la dignidad de una comarca industrial con un desempleo estructural del 17%.