¡Libertad sin cargos para l@s detenid@s!

La escalada represiva del estado español sigue adelante. Tras la detención de los Jordis, la aplicación del 155 y la ocupación por más de 10.000 policías de las calles en Catalunya, el pasado 2 de noviembre, la Audiencia Nacional llevó a prisión al Oriol Junqueras y siete de l@s consellers del govern de Catalunya. Estas detenciones tienen como objetivo hacer un ejercicio de demostración de fuerza por parte del estado español frente al ciclo de movilizaciones y luchas que lleva abierto en Catalunya desde finales de septiembre. Un golpe en la mesa para demostrar quién lleva las riendas de la situación y a la vez descabezar a los líderes del PdeCAT y de ERC de cara a las elecciones del próximo 21 de diciembre. El régimen ya ha empezado la campaña en Catalunya y el primer acto ha sido la detención de l@s miembros del govern.

Nosotr@s no dejamos de lado que estos mismos miembros del govern son los que llevan aplicando políticas de recortes y ajustes austeritarios contra l@s trabajador@s durante toda la crisis en Catalunya, pero consideramos que estas detenciones buscan amedrentar al pueblo catalán que lleva en lucha durante tantos años por hacer efectivo su derecho a decidir. Desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR hemos defendido  el derecho del pueblo catalán a decidir hasta sus últimas consecuencias y lo seguiremos haciendo, por tanto nos opondremos y movilizaremos contra todas las políticas del estado español que vayan dirigidas a acabar con su lucha y sus legítimas aspiraciones para autodeterminarse. Por ello, exigimos la libertad sin cargos de los Jordis, de Oriol Junqueras y de los 7 consellers, así como el fin de todas las políticas represivas en Catalunya y la retirada inmediata del ejercicio del 155 de la Constitución.

La represión y la normalización electoral para fortalecer el régimen del 78.

Las elecciones catalanas convocadas por Rajoy para el próximo 21 de diciembre son totalmente ilegítimas. Sólo pretenden una cosa: reconducir la movilización y la huelga por los cauces institucionales pero habiendo previamente descabezado a las fuerzas independentistas encarcelando a sus cabezas más visibles e impidiendo que se puedan presentar. El anuncio por parte del PDeCAT y ERC de concurrir a ellas muestra la debilidad del govern para no reconocerlas y decretar un gobierno alternativo al impuesto por el artículo 155. Esa debilidad muestra los grandes límites de la estrategia de la “desobediencia institucional”  por el govern con el apoyo de la CUP.

Mediante el voto de leyes en el Parlament de Catalunya no se impondrá el derecho a decidir del pueblo catalán. Hay que preparar desde ya a los y las trabajadoras y a la juventud para otra perspectiva: la necesidad de la movilización sostenida y de la huelga general. Según el último informe de Metroscopia, el 43% de l@s catalan@s están en contra de que se celebre unas elecciones el próximo 21 de diciembre. Este dato muestra que existe potencial para apostar por otra vía: por la de la movilización. La huelga general convocada para el próximo 8 de noviembre debe ser un primer paso.

Las elecciones no cambiarán nada ni impondrán el derecho a decidir. En todo caso de ganar las elecciones el independentismo volverá a encontrarse en la misma situación. El propio Albiol ya ha avisado de otro 155 en ese caso. Por tanto no es el momento de generar nuevas ilusiones sobre una salida institucional al conflicto sino de preparar al pueblo catalán al enfrentamiento con el gobierno de Rajoy y sus secuaces del PSOE y de C’s. Para eso urge organizar no sólo la solidaridad en el resto del estado español sino también generar motivos y razones para que el conjunto de la clase trabajadora se movilice a favor de los derechos democráticos de los y las catalanas.

El futuro de Catalunya está en manos de l@s trabajador@s. La Huelga General para detener la represión y defender una República catalana.

Con la política de aceptación y normalización de las elecciones del 155 por parte de ERC y PDeCAT, se demuestra que los pasos que dieron tras el 1-O han respondido a la movilización del pueblo catalán de una parte y a sus propios intereses políticos y económicos de otra. Por eso siguen abogando por contener la lucha bajo límites que ellos puedan controlar. Frente a este contexto, la clase trabajadora debe irrumpir en escena como protagonista, sosteniendo e incrementando el nivel de la movilización. Ya vimos como cuando el proceso “amenazaba” con desbordarse entre las jornadas del 1 y 3 de octubre, el régimen se mostró más indeciso. Han sido los pasos atrás del govern los que le ha permitido recuperarse.

Para dar un paso más y ser capaces de hacer frente a las políticas del régimen del 78, es necesario poner en la mesa los verdaderos intereses que tienen los capitalistas en Catalunya, tanto de la burguesía española como catalana. La clase trabajadora tiene que usar su fuerza para desequilibrar en su favor este proceso, construyendo una huelga general que supere y redirija el debate de las elecciones y las instituciones a la actividad de la clase trabajadora y la juventud. Una huelga general reconducible que ponga en jaque al régimen y a los capitalistas y, a su vez, comience a sentar las bases de una República catalana de l@s trabajadore@s, con sus intereses como marco.

Sólo mediante la huelga se podrá acabar con la represión y el 155 y se podrá exigir una República catalana que lleve a cabo el impago de la deuda, la prohibición de los despidos, la escala móvil de salarios de acuerdo al coste de la vida, la defensa de los servicios públicos, etc. Si no se entrelazan estas reivindicaciones bajo los métodos de lucha de la clase trabajadora y la juventud, empezando por la jornada convocada el 8N, no será posible lograr victorias y menos aún el apoyo del conjunto de la clase trabajadora del resto del estado.

Las organizaciones sindicales catalanas que convocan el 8N deben emplazar a las organizaciones sindicales de clase del conjunto del estado a que llamen también a la huelga para exigir dichas reivindicaciones en Catalunya y en el resto del estado español. Conseguir esas demandas allí será un paso adelante para conseguirlas en el resto del estado y así golpear verdaderamente al régimen del 78 y a los responsables de la crisis: los capitalistas. Si en Catalunya la clase trabajadora gana, se abrirán perspectivas de triunfo en el resto del estado; por el contrario, si el proceso catalán es derrotado, tod@s sufriremos las consecuencias.