Ante el intento de reforma de las pensiones de Francia, consistente en el aumento de la edad de jubilación y recorte de las pensiones y la situación de las pensiones en el Estado Español, que ha sufrido ya importantes recortes desde los pactos de Toledo, el pensionazo y la más que probable próxima reforma; decidimos dedicar el dossier de nuestro número de febrero a reflexionar sobre las pensiones aquí y en Francia.

Las pensiones no suben, pero los años sí. Continúa la senda de las privatizaciones

En poco tiempo, el tema de las pensiones ha tenido una enorme presencia en los medios de comunicación: la huelga en Francia, la reforma planteada por el ministro Escrivá, las movilizaciones de los y las pensionistas…y junto a esto, hace unas semanas se hizo viral una de las tantas noticias que inundan nuestras tablets, móviles y portátiles. Un hombre de 82 años, que llevaba 11 trabajando de cajero en un Wallmart de EEUU, podía retirarse tras una campaña llevada a cabo por un tiktoker. 

Como puede verse, todo extremadamente moderno. Dicha noticia resaltaba cómo la solidaridad de la campaña había conseguido jubilar a un hombre que ya se lo merecía. Sin embargo, el problema no es de solidaridad ni de final feliz, sino que es otro: ¿por qué tiene que trabajar un hombre con 82 años en uno de los países más ricos del mundo? Como diría aquel, “Es el mercado amigos”, y en el Estado Español nos encaminamos cada vez más a ese escenario.

Las pensiones: un objetivo jugoso para los que solo piensan en ganar dinero

Las pensiones son un objetivo jugoso para el mercado. Grandes cantidades de dinero invertidas a un largo plazo, seguras, que pasarían a manos privadas y entrarían como un activo más en los negocios financieros. El problema radica en que en el marco del Estado Español el peso de las pensiones de carácter privado (sean de empresas o individuales) es todavía pequeño: para datos correspondientes a hace unos años, los planes privados se situaban en torno a un 20%, suponiendo un total de unos 120.000 millones. 

Es fácil imaginar cuánto dinero se pondría en manos privadas si ese porcentaje ascendiera y representase un mayor porcentaje del PIB. Hay un dato demoledor sobre lo rentable del negocio de nuestra vejez, como señalaba la COESPE en un comunicado del 1 de diciembre de 2022 titulado “COESPE ante la nueva reforma de Escrivá”: “Tras la crisis de 2008, el crecimiento de estos fondos [los fondos de inversión] ha sido espectacular. BlackRock es hoy el fondo de inversión más grande del mundo y tiene 9 billones de dólares en activos, equivalente a 7 veces el PIB español, el 10% del PIB mundial, el doble que el banco más grande del mundo. Si BlackRock fuese un país, sería la 3ª potencia mundial, después de EEUU y China”.

Para facilitar este tránsito, y que sea aceptado por la ciudadanía como algo inevitable, desde los medios de comunicación se lleva años difundiendo la idea de que el sistema de pensiones en el Estado Español es insostenible, lo que ha sido acompañado de políticas efectivas por parte de las instituciones europeas y españolas a la hora de introducir el elemento de las privatizaciones a través de los planes privados individuales y de empresa, la elevación de la edad de jubilación a los 67 años por Zapatero, u otras medidas recientemente aprobadas o en debate, tales como la elevación del cómputo de años trabajados.

El cálculo de la edad de jubilación, de nuevo un caballo de batalla, aunque no sólo

A pesar de que se ha publicado mucho sobre la subida de las pensiones, los datos que el movimiento de pensionistas aporta son claros. En el mismo comunicado ya citado, la COESPE señala cómo la subida del 8,5% no compensa la pérdida de poder adquisitivo de años anteriores, así como tampoco lo hacía la Ley 21/2021 del 28 de diciembre. Es más, el 60% de l@s pensionistas no llegan a cobrar el salario mínimo, con una brecha de género que se sitúa en un 30%.

Estas deficiencias se verán agravadas con la propuesta del ministro Escrivá de elevar el cómputo de las jubilaciones a los 30 años. Para las mujeres, porque han solido tener trabajos más precarios, muchas veces en negro, como complementos para el sostén de la familia, por lo que las carreras son, sobre el papel, más pequeñas; y en general porque las cuantías se recortarán, como ya ha ocurrido desde el año 2012, cuando comenzó a transitarse desde los 15 a los 25 años: en este período han disminuido en un total de un 5%, pudiendo llegar a más un 8% si se toman como referencia un total de 35 años.

Es fácil entender, cuando nos enfrentamos a un mercado laboral precario, que ha gozado de altas tasas de paro durante años desde la crisis, especialmente importantes entre la juventud, como la jubilación se convierte en algo que parece inalcanzable para las nuevas generaciones, haciéndose cada vez más “inevitable” la aceptación de los planes de pensiones privados.

Solamente las movilizaciones pueden parar las privatizaciones

Frente al citado panorama, lo que este gobierno nos ofrece, aunque se haga llamar el gobierno más progresista de la historia, es ingeniería financiera, es decir, planes privados individuales o a través de la empresa, que supondrán enormes beneficios para las manos privadas: cobro de comisiones, manejo de fondos de capitalización millonarios, descuentos, etc. mientras que perjudicarán a l@s trabajador@s: disminuirán los impuestos recaudados por el Estado, los salarios incluirán la jubilación y la aportación a la Seguridad Social se reducirá y, finalmente, l@s asalariad@s con rentas más bajas se verán abocad@s a complementar sus pensiones y no tener más que una “jubilación” parcial y precaria. 

Ante esto, ya se observan campañas mediáticas que insisten en que una persona mayor no es inútil, sino que podría seguir trabajando, como si la única forma de realizarnos fuera emplearnos horas y horas por un salario mísero para sobrevivir en vez de poder disfrutar de un tiempo libre y un ocio de calidad haciendo lo que nos gusta.

Si los gobiernos de un color o de otro lo único que profundizan es en la privatización y en la reducción del nivel de vida de l@s trabajador@s, no será mediante las instituciones sino a través de las movilizaciones como podremos enfrentarnos a los intereses empresariales y financieros, asegurando una jubilación digna. Así lo demuestran las grandes demostraciones de fuerza que se han visto en Francia recientemente, y así vienen demostrándolo l@s pensionistas del Estado Español en los últimos años, estando muy presentes en las calles y teniendo claro que, gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden.