Son 150. Son carteros y carteras en el 92 (provincia de la región parisina), en Gennevilliers, Asnières, Boulogne, Neuilly, Levallois. Podríamos conocerlos, como se conoce a menudo al que o a la que pasa 6 días de cada 7 para dejarnos el correo en nuestro buzón. Podríamos tener ganas de hablar con alguno o alguna de ellas unos cuantos minutos, para hablarle del día que hace, del partido del día anterior o de algún otro tema como a veces se suele hacer con “nuestro” cartero o “nuestra” cartera.
Su oficio nos es familiar, ya que es “ordinario” y sin embargo tan esencial para nuestra vida social, como lo es el oficio de otros cuantos millones de trabajadoras y trabajadores, que cada día hacen “funcionar esta sociedad” a pesar de sus salarios de miseria, de sus condiciones de trabajo indignos y de los horarios que hacen enfermar. Quizás no prestemos demasiada atención si nuestro cartero llega a faltar un día o dos, pero imaginemos que llegase a faltar durante 365 días… y que el 20% de sus compañer@s de la provincia en la que vivimos faltasen también desde hace 365 días. ¿Estaríamos preocupados, preguntaríamos por ell@s, ¿no?
Pues ahí van noticias de l@s 150 carter@s del 92 que no podéis ver hacer su trabajo desde hace 365 días: ¡están en huelga! Sí, en huelga, desde hace justo un año. Desde el 26 de marzo de 2018, están en huelga para conseguir que se respeten sus derechos como asalariados/as, en contra de la degradación de sus condiciones de trabajo y por la defensa del servicio público postal. Una huelga cuyo punto de partida fue el despido de Gaël Quirante, secretario provincial del sindicato mayoritario en la provincia, SUD Poste 92, porque sus compañer@s carter@s pensaron que la autorización dada por la ministra del Trabajo Muriel Pénicaud a la dirección de Correos para despedir a un militante sindicalista no era un ataque en contra de uno solo sino un ataque en contra de tod@s ell@s, y en definitiva en contra del conjunto de l@s asalariad@s.
Es una lucha en contra de una lógica patronal que quiere acabar con su oficio convirtiéndolos en distribuidores de cualquier cosa, deshumanizando totalmente su curro, queriendo aumentarles cada vez más su carga de trabajo. En oposición, es una concepción del servicio público basado principalmente en el “contacto social” que ellos y ellas defienden. Desde hace un año, Correos ha lanzado contra es@s 150 huelguistas, a sus seguratas, a sus directivos violentos, a sus comisiones disciplinarias, el Estado ha lanzado a sus policías, a sus jueces… y sin embargo siguen ahí. Quizás sea una lucha del jarro de tierra contra el jarro de hierro, pero es una lucha que a tod@s nos gustaría poder llevar a cabo y ganar, en contra de la lógica del dinero que acaba con todo, que acaba con vidas y sus relaciones sociales, que acaba con la naturaleza y los seres humanos. Son 150 y luchan como si fuesen millones.
“¿Aguantan” entonces desde hace 365 días? ¿Con pagas a 0 euros desde el mes de abril de 2018? Sí, ¡”aguantan”! Lo hacen porque miles de personas ingresan dinero a su caja de resistencia que se constituyó el primer día de huelga. Hacen incluso más que “aguantar”, manifiestan, ocupan, bloquean, toman la palabra en las oficinas de correos y en las asambleas generales, interpelan a ministros… Desbordan de energía en la lucha creada gracias a la convicción de que el mundo que defienden es el que verdaderamente necesitamos.
Hoy es el momento ya de que esta huelga sea visibilizada para el mayor número de personas: es una de las huelgas más largas de nuestra historia social. Nos obliga a salir de lo ordinario como ellos y ellas lo hacen desde hace un año. Nos obliga a una solidaridad ejemplar ya que de ese ejemplo puede salir las ganas de volver a empezar más fuertes y más numerosos, todos y todas juntas pronto, muy pronto, para no ver más cómo la lógica del beneficio consume nuestras vidas. Donemos con generosidad a la caja de resistencia y escribamos cada un@ una carta a la dirección de Correos para decirle que tod@s somos carter@s del 92 y que vamos a ganar.