El 11 de junio, con el verano todavía para comenzar y cuando hacía poco que el gobierno había anunciado la fecha y la pregunta del referéndum, miles de personas asistieron al acto de la ANC, Òmnium y AMI (Asociación de municipios por la independencia) en Montjuic, en el que las entidades pidieron a l@s asistentes que defendieran el referéndum. Pocos se imaginaban entonces que el nivel de auto organización de la sociedad civil llegaría a los niveles a que llegó el 1-O.

En varios puntos del país, y sin una consigna general, empezaron a brotar los llamados Comités en Defensa del Referéndum (CDR), grupos de gente que se coordinó con el único propósito de defender y garantizar la apertura de los colegios electorales durante el 1 de octubre Ahora estos comités que hasta ahora actuaban en solitario, ya han empezado a coordinarse entre sí para movilizar a la población en las calles y apuntalar así el resultado de referéndum.

Estos días asistimos al nacimiento de un movimiento social que ni siquiera él mismo se conoce bastante bien. Por este motivo hace unos días el CDR de Sabadell organizó una reunión conjunta con los otros CDR de Catalunya para buscar una estrategia conjunta de coordinación. En el encuentro asistieron doscientas personas de 91 colectivos de CDR. No acudieron todos del conjunto de quienes se organizaron en el referéndum.

En este encuentro l@s representantes de los comités presentes no sólo se conocieron personalmente, sino que se pusieron de acuerdo en mantener vivo el proyecto. “Hubo un consenso general en cuanto a continuar el trabajo que habíamos empezado en el referéndum. Creemos que podemos ser una herramienta imprescindible para todas las situaciones que nos podamos encontrar los próximos días”, explicó la portavoz nacional de los comités, Helena Vázquez, horas antes de que fueran detenidos Jordi Sànchez y Jordi Cuixart.

De hecho, en la reunión de sábado 14 de octubre se concluyó que si esta semana se suspendía la autonomía o había algún golpe muy duro contra el autogobierno, como es el caso de las detenciones, se haría una convocatoria para salir a la calle en masa. Los hechos del lunes noche han activado esta posibilidad y los CDR han llamado a “desbordar las calles”. De cara a la jornada del jueves 19 ya trabajan de forma conjunta para valorar diferentes propuestas e inaugurar la unidad de acción.

El objetivo compartido de todos los comités es convertirse en una plataforma coordinada y tomar decisiones de manera conjunta para defender el resultado del referéndum en la calle, que es su hábitat. El mecanismo de cómo hacerlo todavía no lo han decidido. Lo harán el próximo sábado. Tanto puede ser que se cree una coordinadora nacional con representantes de todos los CDR, como que haya representantes comarcales, varias comisiones… Las opciones son diversas.

Buena parte del éxito de este artefacto social es el apoyo recibido. La gente no solamente respondió positivamente a los comités el día del referéndum, sino también los posteriores. De hecho, en las asambleas que han hecho los días posteriores al 1-O están reuniendo a cada vez más gente. Así, los comités se van convirtiendo en el tercer actor junto a las entidades sociales: la ANC y el Òmnium. De hecho, en muchas poblaciones catalanas, fueron los CDR los encargados de coordinar las manifestaciones multitudinarias en la jornada de huelga del 3 de octubre.

La ANC, en reuniones internas municipales, ya ha constatado que ha dejado de dirigir en exclusiva las convocatorias sociales y por eso hay coordinación con los comités en todo momento. Los proyectos de la ANC y de los CDR no se entienden como rivales, sino como complementarios. Por esta misma razón es muy normal encontrar miembros de la ANC y Òmnium integrados en los CDR que van tomando forma a toda Catalunya.

Una de las obsesiones de los CDR, y que se compartió en la reunión de Sabadell, es mantener la transversalidad del movimiento, en el cual colabora gente de procedencias diferentes. “Hay gente de partidos, sindicatos, asociaciones de vecin@s, entidades, etc. pero la intención que tenemos es que las organizaciones queden diluidas dentro del comité”, explica Helena Vázquez.

Pero si hay que encontrar en alguna parte el origen de los comités es entre la militancia más activa de la izquierda, que ya hacía tiempo que reclamaba crear comités de defensa del referéndum. Es el caso, por ejemplo, del CDR de Girona y Salt. La creación de este comité se gestó en el Ateneo Salvadora Cató y colaboraron militantes procedentes de una amalgama de colectivos de izquierda. Aun así, no se ha querido dar ningún peso a las organizaciones y si en la primera asamblea eran 50 personas, la familia ha crecido y en la última asistieron medio millar.

La mayoría de los CDR no se formaron hasta una semana o días antes del 1-O. Pero la necesidad de crearlos utilizando esta denominación –muchos señalan que el nombre es una analogía de los Comités de Defensa de la Revolución cubana– circulaba desde hacía meses en medios de la izquierda independentista. Por ejemplo, en Sant Cugat del Vallès, el mes de abril ya se constituyó un Comité de Defensa de la República, que se presentaba como un grupo de personas de izquierdas dispuesto a defender la independencia y el referéndum, aunque entonces no se supiera ni la fecha.

Ahora, con el referéndum hecho gracias a la defensa de los colegios electorales a cargo de los CDR, muchos colectivos sopesan si hay que cambiarles el nombre por Comités de Defensa de la República. Esta propuesta se hizo en la reunión de Sabadell, pero no se decidió, a espera de cuantificar todos los CDR y que cada uno dijera la suya. Es un movimiento que aún se está gestando.