100 mineros marroquíes pasaron la segunda semana de diciembre a 700 metros bajo tierra donde ocuparon la mina Djebel Aouam, cerca de M’rirt, en la provincia de Khenifra. Otros 200 protestaron en la superficie. Estos huelguistas ocuparon la mina porque la dirección de la Compañía minera de Touissit (CMT) no aplica un acuerdo que concluyó en 2019 con el Sindicato Marroquí de Trabajadores (UMT), afiliado a IndustriALL. Este convenio, suscrito en presencia de un representante del ministerio de Energía, Minas y Medio Ambiente y las autoridades locales, garantizaría mejores condiciones de vida, mejores condiciones de trabajo dentro de la mina y la implementación de medidas de seguridad y salud.
Los trabajadores habían aceptado un objetivo de productividad en la mina, de la cual se extrae oro, plata, plomo y zinc. Lograron su objetivo, pero la dirección no cumplió con su parte del compromiso. Ante la persistente negativa de la dirección a cumplir con sus obligaciones y la falta de intervención del ministerio y las autoridades locales, los integrantes de la UMT no tuvieron otro recurso que ir a la huelga y ocupar la mina. El sindicato considera que esta ocupación es peligrosa para la salud de los mineros, muchos de los cuales padecen enfermedades profesionales crónicas provocadas por sus malas condiciones laborales. Además, la pandemia está empeorando aún más su ya comprometido estado de salud.
El secretario general de IndustriALL, Valter Sanches, escribió al gobierno marroquí: “Es imperativo que su ministerio actúe sin demora para contribuir al establecimiento de un diálogo real que conduzca a resultados satisfactorios. Estamos sumamente preocupados por la seguridad de los mineros, muchos de los cuales padecen enfermedades profesionales crónicas, y la situación es tanto más urgente cuanto que estamos en medio de una terrible pandemia “.
La región de Jebel Aouam se explota desde 1929. CMT, filial del grupo minero francés Auplata, es el principal productor de plomo y plata de Marruecos. En esta mina se está produciendo un conflicto desde 2017, con una primera ocupación que ya había terminado con la firma de un nuevo acuerdo. El conflicto se reanudó este año cuando el empresario no cumplió con sus compromisos.