Eulen es la empresa que lleva a cabo el servicio de controles de seguridad en hasta 27 aeropuertos. Este servicio fue adjudicado a Eulen, en el aeropuerto del Prat en 2016, por la empresa estatal que gestiona los aeropuertos estatales (Aena) a cambio de 23 millones de euros. Eulen es una empresa que ha cerrado el año 2016 con un incremento de sus beneficios en un 65% (alcanzando los 14 millones de euros) y cuyos accionistas mayoritarios son las familias Núñez Feijoo y Mayor Oreja.
La explicación a ese incremento de sus beneficios se explica en gran parte por las pésimas condiciones laborales de sus trabajador@s. En el caso del aeropuerto del Prat, los y las controladores de seguridad no escapan a dicha norma. Salarios de 900 euros, contratos temporales, plantilla insuficiente, eliminación de pluses y por si todo esto fuese poco unas diferencias salariales muy importantes entre trabajadores de un mismo servicio. Esa doble escala salarial que encierra sueldos muy bajos existe desde el momento en el que Eulen se queda con el servicio y subroga a parte de la plantilla que operaba con la anterior concesionaria (Prosegur). Por todas esas razones los y las trabajadoras de Eulen que llevaban haciendo paros desde el mes de julio decidieron ponerse en huelga indefinida desde el pasado 14 de agosto. Hay que añadir que todas esas condiciones laborales son bien conocidas por la empresa pública en vía de privatización, Aena y por el propio Ministerio de Fomento
Respuestas de las instituciones
Frente a ese inicio de huelga indefinida, las respuestas por parte de las diferentes instituciones involucradas en dicho conflicto laboral no se hicieron esperar. La primera medida tomada por el Gobierno central fue la de militarizar el servicio como ya hiciera el gobierno Zapatero en 2010 con los controladores aéreos. Eso significa hablando claro que la Guardia Civil, en este caso, ocupe los puestos de trabajo de los huelguistas convirtiéndose así en esquiroles. Esta medida fue apoyada desde el minuto uno por el gobierno catalán que no dudó ni un instante en ofrecer la colaboración de los Mossos para dicha tarea.
Otra medida llevada a cabo también sin ningún tipo de oposición entre el gobierno central y el gobierno catalán ha sido la de imponer una medida administrativa de 1977, llamado laudo obligatorio, que obliga a los y las trabajadoras a aceptar la propuesta de mediador así como sus conclusiones teniendo que volver a sus puestos de trabajo bajo amenaza de despido. En teoría dicho decreto ley se lleva a cabo “teniendo en cuenta la duración y las consecuencias de la huelga, las posiciones de las partes y el perjuicio grave de la economía nacional”. Dicho de otra manera, es una ley preconstitucional que permite al gobierno de turno reventar una huelga a su antojo. En este caso, ninguna diferencia sustancial entre el gobierno de Rajoy y el de Puigdemont. Ambos saben bien qué intereses económicos defienden.
Frente a eso, ninguna oposición por parte del gobierno local de Barcelona de BeC. Aunque Ada Colau haya criticado el modelo de concesión de servicios públicos por parte de Aena, no ha dejado de apoyar que más Guardias civiles y Mossos refuercen la “seguridad” Y pedir “responsabilidad” a los y las trabajadoras de Eulen para que acepten la propuesta de la Generalitat de un aumento de 200 euros en 12 pagas (la cual fue rechazada finalmente en asamblea) ya que según sus propias palabras “sería los más positivo para todos, también para los trabajadores”. Como ya ocurriera durante la huelga de los y las trabajadoras del Metro de Barcelona, BeC y Ada Colau a la cabeza ha vuelto a demostrar que le pesa más las instituciones y la gestión de las mismas que la lucha de los y las huelguistas. Por aquel entonces no dudó, en plena huelga del Metro, de hablar de privilegiados haciendo públicas las supuestas nóminas de los y las huelguistas.
Los atentados de Barcelona
Los atentados del pasado 17 de agosto de Barcelona llevados a cabo por el ISIS han vuelto a traer consigo como ya ocurriera en anteriores ocasiones la “unión sagrada” del conjunto de los partidos con representación parlamentaria. Así lo demuestran por un lado la reunión celebrada el pasado 21 de agosto del pacto antiyihadista como por otro la convocatoria de manifestación en Barcelona el próximo sábado 26 de agosto en contra del terrorismo.
En ambos casos la “unión sagrada” ha vuelto a estar presente. Nadie debe salirse de la foto. En lo que se refiere a la reunión del pacto antiyihadista todas las organizaciones con representación parlamentaria participaron, más allá de ser firmante u observadores, dejando claro la unidad frente al terrorismo sin entrar a valorar, claro está, las verdaderas causas de dichos atentados. Tanto es así que Podemos, ERC y PDeCat, así como PNV y Compromís, hablaron de “lealtad institucional” a la vez que se felicitaron por el “clima político de entendimiento” y mostraron su predisposición a asistir a futuros encuentros. En cuanto a la manifestación convocada bajo el lema “No tenemos miedo” y con llamamientos por parte de Ada Colau a “llenar las calles de esta ciudad valiente” porque “somos mayoría”, ésta deja entrever el discurso de dicha manifestación.
Un discurso orientado exclusivamente en la denuncia del terrorismo yihadista y en ningún caso en sus causas. A dicha manifestación está prevista que acudan todas las organizaciones políticas e incluso el propio Rey o lo que es lo mismo todos aquellos que lloran con lágrimas de cocodrilo a los muertos de Barcelona pero que a la vez hacen negocios (incluso armamentístico) con estados como Arabia Saudí que a su vez no tienen ningún problema en financiar a Daesh. Una vez más pesan más los negocios que muchas cosas
Pero esto no es todo. En dicha manifestación y en dichos lemas nada de explicar las verdaderas causas de dichos atentados lo cual a la larga sólo beneficia el racismo, la xenofobia y la islamofobia como ya hemos podido verlo a lo largo de estos días con asaltos a Mezquitas en diferentes ciudades del estado. De esta forma es imposible mantener una mínima brújula de clase que explique las causas de dichos atentados. ¿Cómo se puede manifestar conjuntamente en contra de los atentados de Barcelona con los mismos que son responsables de años y años de guerras imperialistas, de saqueos y de acuerdos comerciales con aquellos países que mantienen relaciones con el ISIS y que sólo ha contribuido y seguirá contribuyendo a alimentar este tipo de respuestas terroristas? Ni la CUP que había hecho el amago de no asistir a dicha manifestación si la encabezaba el Rey y Mariano Rajoy por las mismas razones antes mencionadas ha acabado diciendo que asistirá si la encabezan “los taxistas, los servicios de emergencia y… los Mossos”.
En esas condiciones es muy difícil que la cuestión de los atentados no interfiriera también en la huelga de los y las trabajadoras de Eulen. Y así ha sido. El mismo día de los atentados anunciaron la suspensión de la huelga indefinida y anularon una manifestación que tenían prevista en la Avenida Diagonal de la capital catalana. Sin duda en este caso la presión ambiente ha desteñido sobre los y las trabajadoras de Eulen. Esa decisión es un error político más aún cuando mientras tanto el gobierno central y las diferentes instituciones no han suspendido ellos sus ataques. El laudo obligatorio ha seguido adelante y el “mediador”, Marcos Nieto, dispone de diez días (contando a partir del 19 de agosto) para redactar sus conclusiones que recordamos serán vinculantes.
Más que nunca y también en la cuestión de los atentados de Barcelona es urgente mantener un discurso independiente y de clase que permita contrarrestar el discurso reaccionario y demagógico del miedo y de la sinrazón de los ataques terroristas que sólo conducen a más racismo. Una vez más y como ya pasara con los atentados de Atocha en 2004, las causas son bien claras: las guerras imperialistas en las que entre otros países está metido el Estado Español. Hoy también debemos de hablar de “Sus guerras”, aquellas que sirven los intereses de los capitalistas y de “Nuestros muertos” los de los y las trabajadoras ya sean de Francia, del Estado Español, de Irak o de Siria.
Los y las trabajadoras de Eulen anuncian una nueva huelga después del laudo.
El comité de empresa de Eulen ha asegurado el lunes 21 de agosto que convocará “en breve” otra huelga por los despidos y sanciones que la dirección ha realizado en los últimos días a causa de la lucha llevada a cabo por dichos trabajador@s del aeropuerto de El Prat. El anuncio de una nueva protesta se produce en un momento en que la plantilla está a la espera de conocer el laudo obligatorio que dictará el “árbitro” que ha designado el Gobierno para resolver el conflicto laboral. La portavoz del comité, Purificación Infante, ha explicado que “con este laudo no podremos seguir con la huelga, pero el comité convocará otra huelga en breve por los despidos y sanciones de los compañeros debido al conflicto laboral”.
Está claro que el objetivo de las diferentes instituciones ha sido de reventar dicha huelga. En el momento en el que escribimos dicho artículo es muy probable que los y las trabajadoras de Eulen tengan serias dificultades para retomar una huelga indefinida por la defensa de sus derechos laborales. Es necesario, tal y como se venía anunciando antes de los atentados y en plena huelga en el Prat, que más trabajadores y trabajadoras de los controles de seguridad de otros aeropuertos sigan el ejemplo de sus compañeros de Barcelona y se pongan en huelga para exigir entre otras cosas que se implemente un modelo único de contratación del servicio de seguridad que respeta el convenio colectivo estatal para que las empresas adjudicatarias no puedan recortar salarios y derechos de los trabajadores.
Son varias las empresas contratistas que operan con Aena además de Eulen, como Prosegur o ICTS Hispania o Segurisa, y que aplican condiciones laborales totalmente precarias, al margen de los convenios estatales. A esto hay que sumarle la convocatoria de 25 días de huelga de los sindicatos de Aena a partir del 15 de septiembre. Se trataría de 8.200 trabajadores del gestor aeroportuario público y privado, convocados por CCOO, UGT y USO.
El formato de la huelga será mediante paros de 24 horas, los días 15, 17, 22, 24 y 29 de septiembre; 1, 6, 11, 15, 27, 30 y 31 de octubre; 3 y 5 de noviembre; y 1, 4, 5, 7, 8, 10, 26, 27, 28, 29 y 30 de diciembre. Que afectarían sectores cómo los bomberos en los aeropuertos, personal de operaciones de aparcamientos y cintas de repostaje, trabajadores en pista, electricistas, de las áreas de comercial, seguridad e informática, así como de mantenimiento de las torres de control. La huelga está convocada con las demandas de recomposición salarial frente a una pérdida de lo que calculan un 8%, contratación de 700 personas que cubran las bajas de Aena (450) y Enaire (250).
En el punto en el que se encuentran los y las trabajadoras de Eulen del aeropuerto del Prat parece evidente que es más necesaria que nunca la extensión de la huelga en varios aeropuertos y en varios sectores. Los y las trabajadoras deben empujar en ese sentido y confiar en sus propias fuerzas para hacer valer sus derechos. Sin embargo esto no puede ser todo. Desde fuera de la empresa, debemos estar en capacidad de llevar a cabo campañas de solidaridad que pongan en mejores condiciones a los y las trabajadoras para ganar. En ese sentido desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR propondremos en todos los marcos unitarios como por ejemplo las Marchas de la dignidad que se reunirán a nivel estatal el próximo 9 de septiembre, precisamente en Barcelona, que se asuman campañas de solidaridad que puedan ir desde concentraciones en solidaridad hasta la recogida de dinero para una caja de resistencia.