El pasado domingo 20 de septiembre, Syriza, el partido de Alexis Tsipras ganaba las elecciones griegas con el 35% de los votos. En coalición con los « Griegos independientes » de ANEL, un partido de la derecha nacionalista, va a seguir con su política de entendimiento con la Unión europea (UE), el Banco central europeo (BCE) y el Fondo monetario Internacional (FMI).
Unos resultados que no llaman a engaño
Tsipras convocó unas elecciones anticipadas para intentar acabar con la oposición al nuevo memorándum. Sin embargo a las clases populares griegas no se les engaña: la abstención fue del 45%. Syriza pierde 300 000 votos y cuatro diputad@s. En segunda posición la derecha de Nueva Democracia (ND), que apoyaba el memorándum. Como tercera fuerza, la extrema derecha neo nazi de Amanecer Dorado que aumenta en dos diputad@s (pasando de 17 a 19). Ese voto simboliza la desesperanza y la desorientación de una parte de la población griega frente a partidos de gobierno que sólo proponen una misma perspectiva. La antigua izquierda de Syriza obtiene menos del 3% y no consigue representación. La izquierda anticapitalista y revolucionaria (ANTARSYA junto con EEK) saca un pequeño resultado (menos del 1%, aunque sube en número de votos con respecto a las elecciones de enero de 2015 a pesar de la alta abstención) pero ha tenido al menos el mérito de haber presentado un programa de lucha contra la austeridad, a favor de la ruptura con el capitalismo y sus instituciones. Mientras que el KKE (partido comunista griego) obtiene el 5,55% y mantiene sus 15 escaños.
No podemos esperar nada de la política de Syriza
La esperanza que provocó la victoria de Syriza el pasado mes de enero para tod@s aquell@s que estaban ya hart@s de los sacrificios en nombre de la crisis y de las exigencias de la Eurozona está desapareciendo. La política llevada a cabo por el gobierno de Syriza con la firma del un tercer memorándum una semana después de que el 61% del pueblo griego votara en contra de las nuevas medidas de austeridad ha generado esta situación. La clase trabajadora y la juventud, aquell@s que padecen la crisis tienen mucho por lo que preocuparse. La política de Syriza estos próximos años va a ser llevar a cabo un memorándum que prevé medidas de austeridad contra la clase trabajadora y las clases populares, el pago de la deuda a los gobiernos capitalistas y la aceleración de las privatizaciones de los servicios públicos. Los impuestos van a aumentar, las jubilaciones disminuir y ese dinero irá directamente a las arcas de los bancos franceses o alemanes.
Hay que movilizarse si queremos cambiar nuestras vidas
Syriza pretendía acabar con la austeridad gobernando con las instituciones capitalistas sin hacer un llamamiento a la movilización y a la autoorganización de l@s trabajador@s y del conjunto de la población. En esas condiciones, los capitalistas, los dirigentes de las empresas, de los bancos, de las instituciones financieras internacionales no han tenido ni la más mínima dificultad para imponer su política y así van a seguir haciéndolo. Les importa más bien poco la democracia. Esta experiencia debe servirnos aquí en el Estado Español para comprender que de nada sirve ocupar las instituciones si el objetivo es gestionarlas mejor. De esa manera no se puede acabar imponiendo un programa verdaderamente coherente para l@s de abajo. Es necesario para que los capitalistas acaben pagando su crisis, atacar a sus privilegios y a sus intereses. Y para eso hace falta mucho más que las elecciones. Es necesaria la organización y las movilizaciones independientes de l@s trabajador@s, de la juventud y de las clases populares para acabar de verdad con sus políticas de miseria. Para eso no hay que despreciar la fuerza de la calle sino todo lo contrario construir y fortalecer cada huelga, cada movilización para lograr un movimiento sostenido en el tiempo de huelgas y manifestaciones que pongan encima de la mesa la necesidad del control de la economía de aquell@s que producimos las riquezas y por tanto de la necesidad de un gobierno de l@s trabajador@s basado en esas luchas que acabe con sus beneficios e imponga nuestras reivindicaciones : el no pago de la deuda, los despidos cero, el aumento de los salarios, el reparto del tiempo de trabajo, la expropiación de las viviendas vacías de los bancos, la nacionalización de la banca bajo control social, los servicios públicos… Todos los grandes lideres europeos, inclusive Rajoy, han felicitado a Tsipras. Una prueba más de que en Grecia como aquí, tendremos que enfrentarnos a esos gobiernos que defienden a los intereses de los ricos y de la patronal, preparando para ello un movimiento sostenido y duradero. EL ejemplo griego nos muestra de nuevo que nuestras vidas no cambiarán mediante las elecciones. El camino de la movilización y de la organización real de l@s de abajo parece más difícil pero no hay atajos si de verdad queremos acabar con este sistema capitalista injusto y defender nuestras vidas.