blog11El pasado 29 de octubre se constituyó el gobierno del Partido Popular con el apoyo de Ciudadanos y Coalición Canaria y con la abstención de 68 de los 83 votos del PSOE, tras la renuncia de su escaño de Pedro Sánchez esa misma mañana.

Tras casi un año sin gobierno se vuelve a iniciar otra legislatura de Mariano Rajoy, sin la mayoría absoluta con la que contaba en los últimos cuatro años, pero con un PSOE y Ciudadanos muy abiertos a llegar a grandes acuerdos con él. Tras darle el gobierno al Partido Popular, la aprobación de los presupuestos será el siguiente paso. Ciudadanos y el PSOE probablemente intentarán desmarcarse en ciertos elementos poco sustanciales de las políticas del gobierno para intentar diferenciarse políticamente pero llegando a acuerdos en los pilares centrales de la política del PP.

La decisión de abstenerse por parte de la dirección del PSOE viene a ahondar en la tendencia hacia el PP que venía señalándose desde hacía ya muchos años y que tuvo su punto de inflexión en el pacto del artículo 135 de la Constitución aprobado en 2011 por el PP y el PSOE. La realidad es que lo que ha sucedido durante esta investidura no ha sido un golpe de estado o una intervención del IBEX 35 en las políticas de la dirección del PSOE como se plantea desde algunos sectores. La distancia entre la dirección del PSOE, abiertamente social-liberal desde hace muchos años, y sus bases, con una sensibilidad progresista, no viene de ahora sino que se ha ido generando en torno a cuestiones como las reformas laborales, no solo las de Zapatero sino también las de Felipe González en su momento, el llamado “pensionazo”, la posición cerrada e indiscutible en el derecho a decidir en Catalunya, el sí a la OTAN o el acuerdo firmado con Ciudadanos tras las elecciones del 20 de diciembre. Si hacemos referencia a sus políticas de gobierno en la Junta de Andalucía, no podemos más que resaltar los continuos recortes en servicios sociales como la sanidad y la educación, los cientos de desahucios a familias de clase trabajadora y, al fin y al cabo, sus medidas políticas neoliberales llevadas a cabo que no hacen otra cosa que reafirmarles como una pata más de las que sostienen al régimen del 78.

El hecho de plantear esta cuestión como “un golpe de estado” o “un golpe de Régimen” sitúa el debate en que si hubiera habido un gobierno del PSOE liderado por Pedro Sánchez las políticas que se le vienen encima a nuestro bando social hubieran sido otras. De sobra sabemos que, aunque pudiera venir con otras formas y otro “talante”, eso no es cierto por experiencias como los gobiernos autonómicos donde ya gobierna el PSOE (en algunos casos con el apoyo de Podemos), el gobierno de Zapatero, o si nos situamos fuera del Estado español, el gobierno socialista que venía a “transformar Europa” de Hollande en Francia. Es imprescindible para el siguiente periodo de recortes que está a punto de comenzar que rompamos con la ilusión de que hay un ala izquierda en el PSOE con el que se podría generar un gobierno con capacidad de articular unas políticas favorables para la clase trabajadora y la juventud.

Lo último que hemos visto hasta ahora en el Parlamento muestra que Unidos Podemos o ERC tienen como objetivo utilizar sus escaños como un espacio mediático en el que desgastar al PSOE y seguir ganando espacio como organizaciones, apoyándose en las luchas en las calles cuando les sea conveniente. Si verdaderamente queremos acabar con las políticas del PP, el PSOE y Ciudadanos tenemos que hacerle frente desde las calles, desde los centros de trabajo y de estudio. Volviendo a poner las reivindicaciones de las personas que están sufriendo la crisis en el centro político y construyendo una unidad de acción en la lucha que no se subordine a ninguna lógica electoral o parlamentaria. En este sentido las Marchas de la Dignidad, que sacaron a las calles a más de 2 millones de personas a las calles de Madrid en marzo de 2014, vuelven a situar la necesidad de seguir peleando desde las calles contra la deuda y por los servicios públicos, por el reparto del trabajo y la lucha contra el paro, por el derecho a la vivienda y por tantas otras cuestiones que han ido quedando de lado durante el largo ciclo electoral de los últimos dos años y medio. El próximo día 19 de noviembre Andalucía sale a las calles luchando por el pan, el trabajo, el techo y la dignidad es imprescindible continuar con la lucha, extenderla y hacerla más fuerte en el conjunto del Estado español.