El pasado año se cumplieron 50 años de la creación de la OTAN. En 1949 nacía la Organización Tratado Atlántico Norte, con un precedente en el acuerdo previo firmado en 1948 (el acuerdo de Bruselas). Esto suponía la creación de un brazo militar que consolidaba la alianza entre EEUU y los de Europa Occidental con el objetivo de asegurar una intervención coordinada para hacer frente a la URSS y el bloque socialista. Es decir, para asegurar los intereses imperialistas de EEUU en Europa y el Mediterráneo.

Guerra Fría, imperialismo e intervención militar

Poco duraron las buenas relaciones y los acuerdos firmados entre Stalin, Churchill y Rooselvelt tras la IIª Guerra Mundial. El panorama se caracterizaba, de un lado, por la existencia de una Europa destruida por el conflicto bélico. A la vez, se había creado un vacío de poder en países como Alemania, Francia o Italia, donde habían caído los gobiernos fascistas o colaboracionistas. A esto se sumaba el enorme prestigio de los partidos comunistas (y por consecuencia, de la URSS), los cuales se habían enfrentado al nazismo y al fascismo con todas las consecuencias, existiendo milicias armadas y por tanto contrapoderes que podían construir estados socialistas en Europa Occidental.

Por tanto, el objetivo tenía que ser reconstruir economías de mercados lo más rápido posible y detener el supuesto avance del comunismo, mediante la inyección de dinero utilizando el Plan Marshall. Además, esto suponía la apertura de un mercado enorme para la burguesía estadounidense, al poder invertir en la reconstrucción de las economías obteniendo pingües beneficios. Finalmente, se necesitaba la ayuda de los propios partidos comunistas francés e italiano, sin los cuales hubiera sido imposible controlar la situación.

La consecuencia fue la consolidación de dos Europas: de un lado la capitalista, donde convivían sin ningún problema democracias liberales y dictaduras mimadas por el imperialismo como la de Franco o la de Salazar; y de otro, las repúblicas populares de Europa del este.

En este marco, se firmaba el acuerdo por el que nacía la OTAN en 1949, incluyendo a 12 países: EEUU, Francia, Italia, Islandia, Noruega, Reino Unido, Portugal, Bélgica, Canadá, Italia, Países Bajos y Luxemburgo. EL grupo se iría ampliando hasta llegar a los actuales 29 miembros, incluyendo la entrada de España en 1982 y su permanencia tras el referéndum de 1986, con el apoyo de un Felipe González que justo antes había dicho “No a la OTAN”. El objetivo de la alianza: protegerse ante el supuesto peligro del avance de la URSS.

Una larga lista de conflictos

En 2018, unos 18.000 efectivos militares se encontraban en misiones a lo largo del mundo: Irak, Afganistán, actividades para la protección de la Unión Africana, Kosovo1… De la misma forma, en 2017 el 52% del gasto militar a nivel mundial, el cual se había incrementado un 1,1% se debía a la OTAN2.

Podría pensarse que 70 años son muchos para el desarrollo de conflictos armados e intervenciones militares. Sin embargo, no fue hasta los años 90, tras la caída de la URSS, cuando la OTAN entró por primera vez en combate. Es decir, la alianza que supuestamente había nacido para la defensa contra el comunismo continuaba con su objetivo principal, interviniendo activamente en los países del este: en 1995 en Bosnia Herzegovina y en 1999 en Yugoslavia (Serbia y Montenegro)3.

Tras esto, los intereses estadounidenses viraron hacia Oriente Próximo. Después de las mentiras de George Bush la alianza participó (directamente o de manera secundaria dentro del entramado de guerra estadounidense) en la invasión de Irak, en la guerra de Afganistán, en la invasión de Libia contra Gadafi para asegurar la estabilidad del país dentro del marco geoestratégico y más recientemente, en la Guerra de Ucrania.

Una alianza para la guerra y para el imperialismo

La historia de la OTAN muestra cuál es su verdadero interés: defender los intereses imperialistas de EEUU y de la burguesía europea a lo largo del mundo. Y no importa el número de muertos, la violencia ejercida o el dinero que cueste. Si no fuera así, se habría disuelto en los años 90 tras la caída de la URSS en vez de convertirse en una herramienta utilizada para el desarrollo de ofensivas militares; o se encontraría en estos momentos sin efectivos desplegados por el mundo.

Si no fuera así, no dejaría de intervenir justo en los conflictos bélicos que más interés tienen para la burguesía, como son el petróleo de Irak, la salvaguarda de Libia, el control del cuerno de África y la desestabilización de Somalia o el control de Europa del este frente a sus competidores rusos; o su presupuesto no supondría el 52% del gasto bélico a nivel mundial, incluso exigiéndose un aumento de la inversión por parte de los países miembros en plena crisis4 y mientras al mismo tiempo se piden recortes.

Si el objetivo de la OTAN es el beneficio de unos pocos a costa de la sangre de l@s trabajador@s del mundo, es tarea de l@s que luchan enfrentarse a esta máquina de guerra y a sus intervenciones criminales, sean en Europa, en África o en Asia.

1. https://www.nato.int/cps/en/natolive/topics_52060.htm
2. https://actualidad.rt.com/actualidad/270268-paises-mayor-gasto-militar
3. https://www.eldiario.es/internacional/Ejercito-Guerra-Fria-quiere-reserva_0_884711761.html
4. https://elpais.com/internacional/2018/02/14/actualidad/1518636296_817567.html