
Se habla mucho de la modernidad liberal, los programas informáticos y las renuncias que lo hacen, el caso de l@s jóvenes impedid@s de ingresar a la universidad, jóvenes aún sin universidad, futuros bloqueados. Inicilamente,un algoritmo pensado de manera vertical, sin consulta: Parcoursup. Se trata de un algoritmo no igualitario, que deja en la incertidumbre durante largo tiempo a l@s estudiantes de secundaria salidos de cebtros ubicados en barrios populares fuera de la universidad.
Además, las presidencias de universidad, inicialmente a veces hostiles al Parcoursup, han gestionado, como es su función, sus efectos: en este caso miles de estudiantes fuera de la universidad, l@s conocid@s como sans-fac. Así gestionan este algoritmo, como si fueran expedientes que registrar. Así es que en la unversidad parisina de Nanterre, para justificar la no-inscripción de 21 sans-fac que llevan movilizad@s, todavía hoy, después de 180 días de ocupación y de lucha estudiantil, un autèntico record, la presidencia de la universidad argumenta una significativa serie de expedientes regularizados.
Este caso expone un problema de civilización que va más allá de esta situación singular. ¿Somos o sois expedientes que registrar? ¿Somos esta abstracción que nos deshumaniza?
Fátima, una sans-fac en lucha desde el inicio del curso, ¿es un mero archivo pendiente de ser registrado? ¿Cuáles son las consecuencias de reducirla a eso? ¿Qué consecuencias son invisibles para quienes tratan de convertir a Fátima en un número? De nacionalidad senegalesa, Fátima vive en el distrito Hauts-de-Seine 92 de París con una parte de su familia y su coraje ilumina a quien comparte el tiempo y la lucha con ella. Ella validó su licenciatura en Derecho y la presidencia de la universidad de Nanterre le prohíbe desde hace 6 meses la inscripción en un master. ¿Se trata de una cuestión de plazas? No, pues hay suficientes renuncias en la facultades para liberar plazas. ¿Se trata de pedagogía? No, porque Fátima se licenció sin dificultades.
¿Cuáles son las consecuencias? Si Fátima no queda matriculada este año en la universidad, su permiso de residencia estudiantil no será renovado y sin él estará obligada a abandonar el país. A menos que caiga en la infernal existencia de l@s inmigrantes indocumentad@s. ¿Es Fátima este expediente sin vida sobre un montón más y que no regularizamos porque otros ya han sido regularizados? Mientras tanto Fátima vive arriesgándose a ser maltratada y jodida; una vida llena de alegría e ímpetu, de compañeros y compañeras.
Pero Fátima no es sólo Fátima. Es toda su familia que la llevó aquí, la ayudó en condiciones imposibles, a tener éxito en la escuela. Ella es también tod@s aquell@s estudiantes que trabajan mientras siguen sus estudios y que, a fuerza de sacrificios, privaciones, de apurar hasta el último euro, aprueban sus exámenes. Quienes leemos estas líneas, para estudiar, ¿hemos vivido las insanas penurias que siempre ha superado Fátima? ¿Y nos prohibieron acceder a la universidad?
La escuela, la universidad, no están hechas para que muchachas como Fátima triunfen, se abran un futuro lleno de días felices, se esfuercen, se muevan, en un destino trazado para jóvenes de los barrios populares. Hemos visto a Fátima entre risas y con buen humor: “Paso noche y día ocupando la torre de la presidencia de la universidad de Nanterre, ¿hay una carta de motivación mejor que pueda escribir para decir lo llena de ganas que estoy de estudiar?”
Entre l@s sans-fac este año, ¿cuántas Fátimas hay? Legiones como ella. Y el año que viene, muchas más. Hay que abolir la sobreselección de acceso a la universidad y esta es la legítima lucha que llevan a cabo l@s sans-fac de Nanterre. Pero Fátima va más allá de Fátima. Fátima, en cierto modo, somos nosotr@s mism@s. Somos reducid@s muy a menudo de manera similar a no ser más que archivos administrados por el Director de Recursos Humanos.
Somos menos Fátima cuando resignad@s o arrepentido@s, dejamos que suceda, y finalmente colaboramos con lo que en principio rechazamos. E incluso nosotr@s mism@s somos Fátima, es decir, resistimos, de noche si es necesario, porque merece la pena. Y porque aquí la matrícula en la universidad no es un privilegio sino un derecho. Y porque, más ampliamente y por ejemplo, nuestras vidas y nuestros derechos valen más que las ganancias y la reducción de los presupuestos públicos como única brújula. Somos menos Fátima cuando “cada un@ sol@”, compitiendo con el/la más cercan@, nos encerramos en la guerra económica y un “sálvese quien pueda”, cuyos cabecillas se llaman Le Pen, Zemmour, Pécresse, Macron. Somos Fátima cuand estamos unid@s, rebeldes y constantes, contra la discriminación y por la igualdad.
Queremos la inscripción en la universidad de Nanterre de los 21 sans-fac que quedan, porque su lucha no es sólo esta reivindicación de igualdad social tan necesaria. No es sólo este rechazo a las segregaciones de espacio que “guetizan”. No es sólo el anti-Zemmour encarnado, en solidaridad permanente, sin fronteras, lleves o no pañuelo en la cabeza, te llames Nalca, Benoit o Jérémy. Decimos que no somos expedientes, no queremos una civilización donde nuestras vidas se conviertan en archivos que se cancelan.
Primeras firmas:
-Annie Ernaux (escritora)
-Frédéric Lordon (Director de Investigación del CNRS),
-Mathilde Panot (presidenta del grupo Francia Insumisa en la Asamblea Nacional, diputada por Val-de-Marne),
-Geoffroy de Lagasnerie (sociólogo)
-Danièle Obono (diputada por París, La Francia Insumisa)
-Rodrigo Arenas (expresidente de la FCPE)
-Assa Traoré (Comité de la Verdad para Adama)
-Mathilde Larrère (historiadora)
-Willy Pelletier (sociólogo, Universidad de Picardie Jules Verne)
-Taha Bouhafs (periodista independiente)
-François Bégaudeau (escritor y director)
-Gérard Filoche (Izquierda democrática y social, ex inspector de trabajo)
-David Cormand (Verdes/EPT eurodiputado)
-Xavier Mathieu (ex portavoz de la CGT Continental, actor)
-Olivier Besancenot (portavoz de la campaña de Philippe Poutou, candidato del NPA)
-Aurore Koechlin (socióloga)
-David Guiraud (portavoz nacional de la Francia Insumisa)
-Philippe Poutou (candidato presidencial del NPA)
-Thomas Portes (presidente del Observatorio de extrema derecha, miembro del equipo de animación del Parlamento Popular)
-Jean-Pierre Mercier (representante del sindicato central CGT PSA)
-Christophe Mileschi (profesor universitario de Estudios Italianos en la Universidad Paris Nanterre)
-Nathalie Arthaud (candidata de Lutte Ouvrière en las elecciones presidenciales)
-Fátima Benomar (activista feminista)
Gaël Quirante (secretario departamental de Sud Poste 92)
-Robert Guédiguian (director, productor y guionista)
-Armelle Pertus (portavoz de la campaña de Philippe Poutou, candidato del NPA)
-Romain Altmann (secretario general de Info’Com-CGT)
-Raphaël Arnault (portavoz de la Joven Guardia)
-Cemil Şanli (periodista de Media TV)
-Philippe Juraver (consejero Regional de Île-de-France de La Francia Insumisa)
-William Martinet (portavoz nacional de la Francia Insumisa)
-Olivier Vinay (miembro de la Junta Nacional de FSU)
-Sandrine Martin (maestra, una de las 4 de Melle)
-Vianney Orjebin (consejera regional de Ile-de-France, La Francia Insumisa)
-Anne-Claire Boux (diputada Europa Ecologie Les Verts en el ayuntamiento de París)
-Mickael Wamen (ex-epresentante de la CGT Goodyear)
-Stephanie Chevrier (editora)
-Raquel Garrido (consejera regional de Île-de-France)
-Alain Sylvère Tsamas (representante sindical CGT Monoprix)
-Cendrine Berger (ingeniera investigadora de la universidad de la Sorbona, sindicalista CGT Ferc Sup)
-Julie Garnier (consejera regional de Île-de-France, La Francia Insumisa)
-Nnoman (periodista independiente)
-Christophe Prudhomme (consejero regional de Île-de-France, La Francia Insumisa)
-Irene García Galán (activista feminista, autora de El terror feminista).