La huelga continúa en las refinerías y depósitos de Total Energies: se reconduce en Le Havre(76), Donges (77), La Mède (13), Feyzin (refinería en el Ródano) y Flandres (59). El gobierno y los empresarios están furiosos. La primera ministra Élisabeth Borne así se ha pronunciado en el canal TF1: “Ahora debemos volver al trabajo”, mientras que el presidente de la MEDEF (patronal francesa), Geoffroy Roux de Bézieux, declaró en Radio J: “El derecho de huelga tiene límites”. Pero cuando el Estado envió a la policía a requisar a l@s trabajador@s, los principales sindicatos decidieron convocar una huelga este 18 de octubre por los salarios y la defensa del derecho de huelga.

Pasemos a la ofensiva
Porque se trata sobre todo de salarios lo que está en juego: en un grupo empresarial que anunció el pasado mes de julio un beneficio de 5.700 millones de dólares en el segundo
trimestre de 2022, ¡pedir un aumento salarial es más que legítimo! Y esto no concierne solamente a Total Energies y a los grandes grupos que obtienen “superganancias”: en todas las empresas y servicios públicos, son l@s trabajador@s quienes crean la riqueza y se convierten en útiles para la sociedad. Por lo tanto, nos toca a tod@s nosotr@s beneficiarnos del fruto de nuestro trabajo, no a los especuladores que solo detentan las herramientas de producción o nos dan órdenes. Esto es tanto más cierto cuando con la multiplicación de las crisis energética, sanitaria, ecológica y geopolítica, todos los costes de vida están aumentando: ¿nos toca apretarnos el cinturón? ¿A nosotr@s que no tenemos poder de decisión sobre la economía y las principales decisiones políticas? ¿O no les toca más bien a los responsables políticos, la clase dominante que es dueña de todo y no aporta nada?
Lo que determinará quién, la clase obrera o los capitalistas, pagará la crisis, es únicamente la correlación de fuerzas. Sin una mayoría social favorable, nuestros ingresos seguirán
estancándose y nuestro nivel de vida deteriorándose, Macron aprobará un aumento adicional en la edad de jubilación, los servicios públicos, desde la salud hasta la educación, incluido el transporte, se deteriorarán una y otra vez… Pero demostrando nuestro peso y determinación, bloqueando el país con un paro general, ocupando las calles con manifestaciones masivas, lograremos detener la ofensiva. ¡Más aún, podremos avanzar en nuestras reivindicaciones y recuperar todo lo que nos robaron los capitalistas!
Es necesario un plan de batalla
Todo esto por supuesto exige mucho más que un sector en huelga reconducible y más que un día de huelga interprofesional. Requiere de una fecha de inicio común para que todos los sectores de trabajador@s inicien un movimiento que no se detenga hasta la victoria. La convocatoria de la intersindical CGT-FSU-FO-Solidaires para unirse a las refinerías el 18 de octubre es, por supuesto, un primer paso necesario. Así como la marcha “contra el alto coste de la vida y la inacción climática” convocada por los partidos de izquierda el domingo y que reunió a decenas de miles de manifestantes, una buena oportunidad para reagrupar nuestras fuerzas.
Pero tenemos que ir más allá, reagruparnos en nuestros centros de trabajo, de estudio, en
asambleas generales sectoriales e interprofesionales para volver a empezar, reconducir la huelga cuanto sea posible y organizar un plan de acción que nos conduzca hasta la huelga general.