Un año más, el 8M volveremos a salir a las calles para reivindicar el papel de las mujeres trabajadoras. En este día, que se viene celebrando en Europa desde que Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo lo propusieran en 1910 en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, conmemoramos a aquellas mujeres de la industria textil que en 1908 salieron a la calle al grito de “pan y rosas” para reivindicar una reducción de la jornada laboral, el fin del trabajo infantil y el derecho al voto. Recordaremos a esas 123 mujeres que murieron tras la huelga en el incendio de la fábrica textil en la que trabajaban y que no son más que un ejemplo de las reivindicaciones, las luchas y los avances logrados por las huelgas y el movimiento feminista.

Sin embargo, este año celebraremos el 8M en un contexto nada habitual, en el marco de la pandemia. Una pandemia que ha servido para evidenciar lo “esencial” de muchos de los trabajos más feminizados (limpieza, ayuda a domicilio, etc.), lo “esencial” de los trabajos reproductivos y de cuidados, y a la vez, la alta precarización y sobre-explotación que suponen los mismos. La situación de las mujeres no ha hecho más que empeorar con esta crisis: son las que han sufrido los ERTEs en una mayor medida, las que sufren la tasa más alta de temporalidad y desempleo, las que se han visto obligadas a compaginar un teletrabajo desregulado con un trabajo doméstico invisibilizado, no valorado y no remunerado, o las que se han visto confinadas con sus maltratadores y violadores.

Continuamos soportando una brecha salarial que no ha hecho sino aumentar en 2020 según los datos del INE, especialmente a partir de los 35 años y muy significativamente en las mujeres de más de 65 años, con pensiones de miseria precisamente por haber estado condenadas al trabajo doméstico invisible o a trabajos desregulados y altamente precarizados.

En este contexto en el que objetivamente la situación de las mujeres ha empeorado y habría más motivos si cabe para convocar una Huelga General Feminista, tanto el movimiento feminista como casi todos los sindicatos, tanto los mayoritarios como los combativos, han decidido no convocar ni huelga ni paros y reducir la movilización a una manifestación cual “procesión” con la excusa de la pandemia. No obstante a nadie se le escapa que fue precisamente con la llegada del PSOE y UP al gobierno cuando tanto el movimiento feminista como la mayoría de sindicatos dejaron de convocar la huelga.

Desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR creemos que no utilizar la huelga como una herramienta de lucha feminista el 8M supone dar pasos atrás tanto en visibilización como en coordinación como en combatividad del movimiento feminista. Frenar un movimiento combativo en las calles cuando supuestos partidos de izquierdas llegan al gobierno supone en la práctica trasladar el mensaje de que no necesitamos un movimiento autoorganizado y que con la mera gestión del sistema desde las instituciones se puede alcanzar una igualdad real.

Este gobierno, pese a autodenominarse feminista, no ha abordado prácticamente ninguna de las reivindicaciones necesarias para conseguir esa igualdad: no ha derogado ni va a derogar las reformas laborales que suponen una mayor precariedad laboral especialmente para las mujeres; no ha prohibido ni va a prohibir los despidos, que con la pandemia están sufriendo en mayor medida las mujeres; no ha puesto medidas efectivas para las miles de mujeres maltratadas que además se vieron confinadas con sus maltratadores; no ha aumentado el permiso de maternidad; no ha derogado el artículo 135 que prioriza el pago de la deuda al gasto público ni se ha negado al pago de esa deuda que no es nuestra y que impide una verdadera inversión en servicios públicos, esenciales para la vida y para la conciliación laboral de las mujeres; no considera, valoriza ni remunera el trabajo doméstico de las mujeres que supone más del 40% del PIB del Estado español; no ha blindado y aumentado la cuantía de las pensiones, especialmente las no contributivas que son las que reciben en su mayoría las mujeres… Ni lo ha hecho ni lo va a hacer porque eso requeriría un enfrentamiento frontal con la banca y la patronal, algo a lo que no están dispuestos.

Desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR, gobierne quien gobierne, llamamos a secundar la Huelga General Feminista en aquellos territorios en los que está convocada porque somos conscientes de que solo desde la movilización y la confrontación autoorganizada conseguiremos avanzar en derechos e igualdad social.

Este 8M todos y todas a la Huelga.