El pasado jueves 24 de mayo la Audiencia Nacional dictó la sentencia por la primera parte del “caso Gürtel”. En ella se condena a Luis Bárcenas a 33 años de prisión, a Francisco Correa a 51 años, a Pablo Crespo a 37 y a diferentes penas de prisión al resto de los 29 acusados que se han visto envueltos en esta trama. Además, el Partido Popular como organización ha sido condenado a 240000 euros por beneficiarse a título lucrativo. A las horas de hacerse pública la condena el PSOE reunió a su dirección federal e hizo pública la presentación de una moción de censura contra el gobierno de Mariano Rajoy.
Una moción de censura sin contenido político
La moción de Pedro Sánchez se presenta exclusivamente como una respuesta a la sentencia de la Gürtel. En un contexto en el que la aplicación del artículo 155 en Catalunya sigue adelante y el mismo día en que son aprobados los Presupuestos del estado (con el lamentable apoyo del PNV) con un carácter fuertemente antisocial, el aumento del 10% en el presupuesto destinado a Defensa y un incremento de la partida destinada a la Casa Real, el PSOE presenta una moción que no hace mención a ningún tipo de elemento político más allá de “regenerar el gobierno” frente a la corrupción echando al PP.
El grupo confederal de Unidos Podemos ha declarado su apoyo sin condiciones a la investidura de Pedro Sánchez dejando para después la discusión en torno a qué políticas se deberían llevar a cabo por el nuevo gobierno. Por su parte, Ciudadanos es la única organización que ha puesto a día de hoy como condicionante táctico el adelanto electoral, algo que sería muy útil para sus cálculos ya que las encuestas le dan un aumento muy considerable en unas futuras elecciones.
Más allá de cómo se den los acuerdos de cara a la moción, lo que podemos tener claro a priori es que si Pedro Sánchez y el PSOE acceden al gobierno la política que llevarán a cabo será de continuidad con las anteriores. En primer lugar, porque ya ha declarado que no habrá ningún tipo de negociación previa a la moción, lo cual le da carta blanca para hacer la política que considere, llegando a acuerdos con Podemos y Ciudadanos según le convenga. En segundo lugar, porque en la aplicación del 155 en Catalunya el PSOE tiene un papel de apoyo expreso, lo cual van a mantener pero en este caso con el apoyo indirecto de Unidos Podemos, que no ha puesto en ningún caso como condicionante la retirada de las políticas de excepción y represión en Catalunya. En tercer lugar, porque Pedro Sánchez ha dicho que su acceso al gobierno tiene como objetivo transitar hacia elecciones.
Necesitamos una moción desde las calles y la movilización
La moción presentada y la respuesta de toda la oposición ante ella no ofrecen ningún tipo de respuesta ante las reivindicaciones de acabar con la brecha salarial y acabar con la violencia machista puestas sobre la mesa en la huelga del 8 de marzo y en las diversas movilizaciones, tampoco a las reivindicaciones por el blindaje de las pensiones y la derogación del Pacto de Toledo que han retumbado en las calles durante los últimos meses por parte de las y los pensionistas. Tampoco da respuesta a la situación de pobreza generalizada en el estado español, a los desahucios, la precariedad laboral de las reformas laborales, el pago de la deuda que recorta los servicios públicos y el largo historial de políticas que hacen que la clase trabajadora y la juventud carguen sobre sus espaldas una crisis que no han generado y de la que se están beneficiando como nunca las grandes empresas y los capitalistas de este país.
Tras observar la posición del PSOE y de Unidos Podemos en la defensa de esta moción de censura, está claro que la única forma de echar no solo al gobierno de Rajoy sino también a sus políticas antiobreras es a través de la movilización y de la intensificación de las luchas. La defensa de las pensiones, la lucha del movimiento feminista, las huelgas obreras tienen que avanzar hacia una confluencia real que permita hacer frente a esta larga guerra abierta contra trabajador@s, pensionistas y la juventud.
Que no nos vengan con cantos de sirena de un nuevo gobierno de la mano del PSOE, aparentemente más abierto, con distintas caras pero que como sabemos no hará más que las mismas políticas. Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR creemos que son las calles las que tienen que presentar su propia moción de censura desde las luchas y avanzar hacia una huelga general que realmente ponga contra las cuerdas a los capitalistas y los gobiernos y partidos que los sostienen.