Sin que lo deseemos, a principio del 2019 entraremos en un nuevo ciclo electoral. L@s anticapitalistas y revolucionarios del Estado Español no podemos estar ausentes. Es un altavoz, una oportunidad para proponer, también en ese espacio, proponer una alternativa política y un programa de urgencia social y democrático para la clase trabajadora y la juventud. Sabemos que las elecciones no permitirán imponer ese programa para l@s de abajo. Sólo lo podrá hacer una movilización sostenida de nuestra clase.
¿Por qué presentarnos entonces? No podemos dejar que sólo se escuche a los que aplican políticas antisociales por un lado y a los que crean falsas ilusiones en un “cambio” que se basa en la gestión de un sistema y de unas instituciones que sólo generan injusticia, opresión y explotación para la mayoría de la sociedad. Cambiar este mundo, nuestras vidas, es incompatible con ir de la mano de aquellos partidos que se reclaman de izquierdas y que no han dejado de recortar y de aplicar políticas antisociales cuando han gobernado.
Existe cabida en este ciclo electoral para un discurso rupturista que señale a los culpables de la crisis, que no han dejado de enriquecerse en todo este periodo, y para proponer de manera amplia la necesidad de salir a la calle para tomar las riendas de nuestras vidas en todos los ámbitos de la sociedad e imponer medidas de urgencia social y democrática para todos los pueblos del Estado Español. Esta campaña sería la ocasión para que l@s anticapitalistas y l@s revolucionari@s lleváramos a cabo una política conjunta que parta de las luchas en los barrios, en los centros de estudios y en los centros de trabajo. No concebimos esta campaña de otra manera que no sea como una oportunidad para llevar una política de intervención conjunta.
Para cambiar nuestras vidas, hay que apoyarse en otra política
La política que permitirá cambiar realmente nuestras vidas no pasa, por tanto, por gestionar estas instituciones y este sistema. Para enfrentarnos a los despidos, a los desahucios, a los bajos salarios, a la violencia machista, al ataque a los servicios públicos, es necesario la movilización y organización de los que sufrimos dichos ataques. Cambiar nuestras vidas pasa inevitablemente por llevar a cabo otro reparto de las riquezas y por tanto por asumir una política que nos beneficie a l@s trabajador@s, a l@sparad@s, a l@s pensionistas y a la juventud en detrimento de unos pocos que las acaparan todas. Eso implica necesariamente enfrentarse a los intereses de los capitalistas. No hay medias tintas posibles. El mismo discurso que llevamos a cabo en las movilizaciones y resistencias, es el que hay que llevar a las instituciones, apoyándonos en las luchas de hoy y en los y las que las llevamos a cabo para acabar cuestionando la lógica de un sistema que busca siempre el máximo beneficio de unos pocos en detrimento de la mayoría de la sociedad e incluso del propio planeta.
Las fuertes movilizaciones a favor de los derechos democráticos en Catalunya, en contra de la violencia machista y por la igualdad salarial entre hombres y mujeres, las de l@s pensionistas o la de sectores laborales como l@s trabajador@s de H&M, de Amazon, de Navantia, de Ryanair o de l@s profesor@s interin@s en Andalucía son buenos puntos de apoyo. Muestran el camino a seguir. Las campañas electorales deben servir para visibilizar y reforzar esas experiencias y nunca para desactivarlas. Las conquistas sociales de nuestra clase siempre se consiguieron mediante la movilización social ya sea a principio del siglo XX, en los años 30, después de la segunda guerra mundial o en los años 70 y 80.
Hacen falta listas anticapitalistas y revolucionarias y en defensa de los derechos democráticos para el nuevo ciclo electoral
Por todo ello, es necesario que en las próximas citas electorales existan listas anticapitalistas y revolucionarias que pongan sobre la mesa estas cuestiones así como la necesidad de construir otra sociedad en la que la mayoría de la población, es decir, l@s que producimos las riquezas y hacemos funcionar este planeta, seamos quienes decidamos sobre todo. Unas listas que pongan sobre la mesa la necesidad de cambiar de sociedad y de acabar con cualquier tipo de explotación y opresión y que sea también consecuente con la defensa de los derechos democráticos de los pueblos del Estado Español pero con total independencia de los que aplican políticas de recortes y austeridad. Es decir, sin supeditar a ello las condiciones de vida de los y las trabajadoras y de la juventud. La lucha por el derecho a decidir no puede ir supeditado a la aplicación de presupuestos que van en contra de nuestros intereses.
Para responder a las necesidades de jóvenes, trabajador@s y pensionistas es imprescindible un programa que señale y rompa el nudo gordiano de la deuda al que nos someten los capitalistas para imponer su impago, la prohibición de los despidos, la nacionalización de los sectores estratégicos y una banca pública bajo control de las y los trabajadores, la derogación de las reformas laborales y de pensiones que han llevado a cabo los gobiernos del PP y PSOE, la jubilación a los 60 años, el derecho a las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, el aumento de salarios al mismo nivel del coste de la vida y la expropiación de las viviendas vacías en manos de los bancos prohibiendo los desahucios.
Unas listas electorales anticapitalistas y revolucionarias deben servir para defender la perspectiva de la movilización sostenida del conjunto de la clase trabajadora y la juventud como mejor herramienta para imponer dicho programa y para luchar contra el régimen del 78 y sus instituciones.
Igualmente se hace necesario un programa internacionalista y solidario con los demás pueblos y trabajador@s del mundo, que luche por la salida de la OTAN, la vuelta de todas las tropas en el extranjero, el fin de la Europa-fortaleza y sus políticas de inmigración que traen más racismo y xenofobia, como estamos comprobando estas últimas semanas, como son la permanencia de los CIEs, las devoluciones en caliente. Defendemos una Europa que apueste por la libertad de circulación.
Por todo ello, antes de adentrarnos en un nuevo período electoral en que la brújula esté apuntando a la ilusión en las instituciones y en la gestión del sistema, llamamos al conjunto de la izquierda anticapitalista y revolucionaria de los pueblos del Estado Español a visibilizar una alternativa de clase y en defensa de los derechos democráticos de los pueblos del estado en total independencia con el reformismo que ya ha demostrado cuáles son sus políticas y hacia dónde nos llevan.