Hacia un gobierno PP-C’s en la Junta de Andalucía

Todo apunta a que el próximo gobierno de la Junta de Andalucía será una coalición entre Partido Popular y Ciudadanos en el que la presidencia recaerá en el candidato del PP, Juanma Bonilla, mientras que la vicepresidencia será asumida por el candidato de C’s, Juan Marín. En cuanto al futuro gobierno, parece que éste estará compuesto al 50% por ambas formaciones. Nada por tanto, al final, de un gobierno tripartito que incluyese a Vox.

Ni a C’s ni al propio Vox le interesaba tal escenario. Los primeros, para no aparecer frente a parte de su electorado y sus socios europeos como una organización política que comparte gobierno con la extrema derecha. Las declaraciones del flamante candidato por C’s a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, lo dejaban claro. Los segundos, porque estarán en mejores disposición para seguir avanzando electoralmente tanto en Andalucía como en el resto del Estado Español si no comparte, a día de hoy, gobiernos con PP y C’s.

El único que tenía algún interés en poder incluir en su gobierno a Vox era el PP. Por dos razones: la primera porque comparten a día de hoy claramente electorado y, la segunda, para evitar cualquier crítica al futuro gobierno desde su derecha. No olvidemos que el aumento de Vox de las elecciones del 2015 a éstas del 2018 (+ 377 961 votos) son casi los perdidos por el PP (- 316 410 votos) y su electorado es el votante tradicional del PP que proviene de los barrios más pudientes de las diferentes capitales de provincia. De ahí que el PP vaya en este próximo periodo a derechizar aún más su discurso y en ningún caso demonizar a Vox sino tratar de normalizarlo.

Sin embargo, eso no significa en ningún caso que Vox no vaya a apoyar la conformación de un gobierno PP-C’s, aunque éste afirme por boca de su presidente, Santiago Abascal, que no los apoyará si no eliminan su respaldo a la ley de violencia de género que viene incluida en su acuerdo de 90 medidas. Independientemente de cómo se resuelva, lo que está claro, es que ninguno de los 3 puede asumir el coste político de aparecer como el que impidió que se echara al PSOE y a Susana Díaz de San Telmo. Ya tendrán tiempo más adelante de entenderse y presionarse cuando tengan que legislar. Y ahí es donde habrá que estar preparad@s con el fin de hacer frente a las políticas antisociales y reaccionarias que están por venir. Ya sabemos qué hacen tanto PP como C’s cuando gobiernan, si además apoya Vox…

¿Qué ha pasado en Andalucía para que llegue Vox a las instituciones?

¿Es preocupante que Vox haya sacado cerca de 400 000 votos y 12 escaños? Evidentemente sí, y la respuesta en la calle de parte de la juventud andaluza saliendo en todas las provincias es una muy buena señal. Sin embargo, este resultado no significa ni que la sociedad andaluza se haya derechizado en estos últimos 10 años ni que existan muchos más fascistas hoy que al inicio de la crisis. Esta cuestión es importante si queremos sacar tareas que sirvan para nuestra clase y no volver a tomar atajos que faciliten que organizaciones como Vox sigan creciendo en el futuro. Veamos.

Anteriormente decíamos que gran parte del aumento de Vox, que no deja de ser, ojo, muy significativo pasando del 0,45% (2015) al 10,97% (2018), provenía del descenso del PP. Para ser exactos casi un 84% del aumento de votos de Vox equivale a la cantidad de votos perdidos por el PP. Si nos fijamos en la suma de los partidos que incluiríamos en el espectro de la derecha (PP, C’s, VOX y UpyD entre 2015 y 2018) nos damos cuenta que el aumento en votos es de 283 397 votos mientras que el descenso del bloque de la “izquierda” (PSOE, PODEMOS e IU) es de 679 697 votos.

Sin embargo si comparamos esos mismos bloques entre el 2008 (año del inicio de la crisis) y el 2018, nos damos cuenta que el aumento de los votos no es tan importante para los partidos del espectro de la derecha (+ 53 357 votos) pero que sin embargo si es muy importante la bajada de los partidos de la “izquierda” (- 902 575 votos). En números reales, no hay muchos más votantes de derechas ahora que hace 10 años. Lo que sí hay es una pérdida de votos de los partidos tradicionales de la izquierda que en gran parte desaparece en la abstención, que ha aumentado en más de 5 puntos entre 2015 y 2018 alcanzando la cifra del 41,35% y en más de 14 puntos entre el 2008 y el 2018.

Esos datos son importantes porque nos permiten analizar por qué Vox ha irrumpido de esta manera en las instituciones andaluzas. En ese sentido, no se puede únicamente hablar en abstracto del aumento de la abstención sino entender por qué ésta aumenta y por qué los partidos que representan a la izquierda parlamentaria han perdido tantos votos durante esta última década. En efecto, la responsabilidad del aumento de las derechas y de la extrema derecha en Andalucía no es en última instancia ni del PP, ni de C’s, ni de Vox, ni de l@s que ese día no fueron a votar, ni de Catalunya. Evidentemente que todo eso influye.

Pero hay que señalar el elemento más importante: las políticas antisociales llevadas a cabo por la izquierda tradicional. En primer lugar, las políticas del PSOE pero no sólo. También las de IU al cogobernar junto con el PSOE de Griñan y de Susana Díaz y al aplicar políticas de recortes por “imperativo legal”. Sin embargo, no sólo la izquierda tradicional genera desconfianza y desilusión, también la supuesta nueva izquierda (Podemos), más preocupada en hacer la función de IU y acabar gobernando con el PSOE, que de proponer una estrategia de movilización capaz de imponer un programa de urgencia para la clase trabajadora.

En lugar de eso, su opción: reeditar los supuestos gobiernos de izquierdas de toda la vida que siempre acaban legislando en contra de los y las trabajadoras y de la juventud y dando balones de oxígeno a la derecha y a la extrema derecha. Frente a los cantos de sirenas que apelan a que la solución en contra de la derecha y de Vox es la unidad de toda la izquierda bajo unos ejes de gestión del sistema, es más urgente que nunca proponer otra alternativa que ponga de actualidad un programa de urgencia para nuestra clase que realmente se enfrente a los intereses de los capitalistas y que hable de la necesidad de las movilizaciones y de las huelgas para imponer dichas medidas. Lo demás son atajos.

Por tanto, el problema no es tanto ver cómo se une toda la supuesta izquierda para hacer frente a la derecha sino qué políticas llevan a cabo esas izquierdas. Y en ese sentido, hoy al igual que antes no podemos tener ninguna ilusión en la izquierda representada por el PSOE que ha aplicado políticas de derechas durante 40 años ni tampoco en las representadas por Adelante Andalucía que en definitiva sólo pretende ser muleta de la anterior.

¿Qué responsabilidad para la izquierda revolucionaria en Andalucía?

El análisis de los resultados electorales de los últimos 10 años muestra a las claras cómo el supuesto bloque de la izquierda parlamentario ha perdido más de 900 000 votos entre el 2008 y el 2018 fruto de sus políticas disparando la abstención y todo eso en pleno periodo de crisis y a pesar del ciclo de movilizaciones: 15M, dos huelgas generales, incremento de las huelgas sectoriales, las Mareas blancas, verdes y naranjas, las Marchas de la Dignidad, el movimiento estudiantil contra la LOMCE, l@s pensionistas, las movilizaciones feministas… 10 años después del inicio de la crisis capitalista, lejos de estar en una situación en la que los partidos del cambio se hacen con la Junta de Andalucía, quienes aumentan son el bloque de las derechas debido principalmente al hastío de una parte importante de l@s trabajador@s y de la juventud generado por las políticas de las izquierdas parlamentarias.

En lugar de dar confianza en las movilizaciones y en las huelgas para cambiar nuestras vidas, se ha reconducido todo ese vapor hacia las instituciones para acabar haciendo lo mismo que hicieron otros antes: gestionar el sistema. Eso acaba pasando factura. Las elecciones del 2D han sido el primer episodio a nivel andaluz. Es un aviso a navegantes de cara a las municipales, a las europeas y a las generales que están por venir. En ciudades gobernadas por Podemos como Cádiz o Puerto Real, el voto de Podemos + IU también conoce una bajada importante. En Cádiz ciudad, han perdido con respecto a 2015 casi 4 puntos (-3,63), eso es más de lo que ha perdido el PSOE (-2,7). Mientras que en Puerto Real, algo más de 7 puntos (-7,19), más también que lo que ha bajado el PSOE (-3,94) y el propio PP (-3,24); en ascenso considerable C’s (+7,83 en Cádiz y + 6,95 en Puerto Real).

Analizar todos esos datos nos permite ver que cambiar nuestras vidas o frenar el ascenso de organizaciones de extrema derecha no pasa por alinearse y unificarse a esas organizaciones que o llevan aplicando políticas en contra de nuestra clase durante 40 años o están dispuestos a gobernar conjuntamente con ésta. Más que nunca, las organizaciones que se autodenominan anticapitalistas y revolucionarias, comunistas o nacionalistas andaluzas deben asumir sus responsabilidades y proponer alternativas tanto en el terreno de la movilización como en el terreno electoral.

En el terreno de la movilización, es importante que todas esas organizaciones aunemos fuerzas con el fin de preparar desde ya la movilización frente a las políticas de este nuevo gobierno reaccionario. Ya sabemos qué políticas llevan a cabo tanto PP como C’s. Las organizaciones políticas y sindicales deben desde ya mostrar los dientes y dejar un mensaje claro a los Bonilla, Marín y Serrano: vuestras políticas antisociales y reaccionarias tendrán respuesta en la calle y en los centros de trabajo y de estudio. La fecha de movilización prevista para el 28 de febrero en Sevilla y convocada por las Marchas de la Dignidad Andalucía y Caminando deben ser un primer paso para ello.

El conjunto de las secciones sindicales sean del sindicato y del sector que sean deben desde ya construir dicha movilización con el fin de exigir conjuntamente aumento de los salarios, acabar con la precariedad y las desigualdades salariales entre hombres y mujeres, la defensa de los servicios públicos y el no pago de la deuda, la expropiación de las viviendas vacías en manos de los bancos, la reforma agraria integral, la defensa de las pensiones…De la misma forma, las movilizaciones de repulsa a los resultados del 2D en muchas de las capitales de provincia de Andalucía deben cristalizar en movilizaciones contra este gobierno y movilizarse el próximo 28F.

Ante el ciclo electoral, por candidaturas anticapitalistas y revolucionarias

En el terreno electoral y ya que varias elecciones están por venir (municipales y europeas), las organizaciones del campo de la izquierda revolucionaria que se presentaron el pasado 2D (PCPE, NA, IZAR) o no lo hicieron (CR, CAA) deben tratar de impulsar candidaturas anticapitalistas y revolucionarias, con capacidad de conectar con sectores en lucha, que pongan sobre la mesa la necesidad para cambiar nuestras vidas de la ruptura con este sistema injusto que sólo genera miseria y paro para la mayoría y privilegios para la minoría.
Unas candidaturas que defiendan la necesidad de una sociedad donde sean los y las que producen las riquezas las que tomen las decisiones sobre todo. Unas candidaturas que ponga sobre la mesa que para alcanzar la soberanía de los y las trabajadoras andaluces es necesario expropiar a los ricos y que no pierda de vista que todo eso siempre se ha conseguido arrebatar mediante la movilización y las huelgas de nuestro bando social.

Unas candidaturas en definitiva que no generen falsas ilusiones sobre estas instituciones y sobre un pilar esencial de éstas como es el PSOE. La tarea no es sencilla pero sólo de esa forma y llevando al mismo tiempo una práctica conjunta en el terreno de las movilizaciones y de las huelgas podremos poner de actualidad, en amplios sectores que resisten a las políticas antisociales, la necesidad, para cambiar nuestras vidas, de enfrentarnos a los intereses de los capitalistas.

Desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR emplazamos a todas esas organizaciones y sectores en lucha a debatir entorno a esa posibilidad y a esos ejes a principio de este año.