Un referéndum sobre la independencia del Kurdistán iraquí, región autónoma del norte de Irak desde 1991 y compuesta de 3 provincias, tendrá lugar el próximo 25 de septiembre. El voto no será vinculante pero activará el proceso de independencia en el caso del “sí”. El gobierno central iraquí, dominado por el movimiento islámico fundamentalista chiíta, Da’wa, y estados de la región, entre ellos Turquía e Irán, se oponen a él. A nivel internacional Rusia, EEUU y la UE, lo ven con desconfianza.

Oposición en Bagdad

Los dirigentes iraquíes en Bagdad denuncian que la celebración de este referéndum es contraria a la Constitución. El gobierno iraquí además se opone a la integración en el posible futuro Kurdistán iraquí de las “zonas en disputa”, en particular las del norte de Irak, cuya provincia multiétnica y rica en petróleo es Kirkuk, reivindicadas a la vez por l@s kurd@s y por el gobierno central iraquí.

El consejo provisional de la ciudad de Kirkuk confirmó a propósito el 29 de agosto su participación en el referéndum del 25 de septiembre. Sin embargo, la decisión está muy lejos de ser unánime. Sólo 24 de los 41 miembros del consejo participaron en votación, mientras que los demás – todos l@s árabes y turcoman@s – la boicotearon. Las y los diputados ausentes declararon el voto como “anticonstitucional”, atacando los derechos de árabes y turcoman@s.

L@s peshmergas (combatientes kurd@s) tomaron el control de Kirkuk en 2014, en el momento de la retirada del ejército iraquí frente a la ofensiva militar del Daesh en el norte y oeste de Irak. La intervención de l@s peshmergas había así impedido que los campos petrolíferos no cayeran en manos de los yihadistas.

La región del Kurdistán iraquí cuenta con 5,5 millones de habitantes, de los cuales 4,6 millones son kurd@s, en total 7,7 millones si se incluyen los territorios en disputa. Sin embargo hay que recordar que una de las disposiciones esenciales de esta Constitución, votada en 2005, establece que el gobierno central debía organizar antes del 31 de diciembre de 2017 un referéndum en estos territorios para que las poblaciones puedan libremente decidir su anexión o no a la región del Kurdistán. La mayoría de las áreas pobladas por árabes sunitas tampoco han podido decidir por referéndum la posibilidad de establecer su provincia en una región federada.

Uno de los últimos vínculos que unían al gobierno regional del Kurdistán (GRK) con Bagdad era la dotación financiera asignada a la región kurda, que representa un 17% del presupuesto iraquí, pero que no ha sido trasferida desde enero de 2014. El Kurdistán iraquí está afectado desde entonces por una crisis financiera profunda, no solo a causa del final de la asignación financiera de Bagdad.

La bajada de los precios del petróleo, la corrupción y el clientelismo explican también las dificultades económicas. La tasa de pobreza ha aumentado de forma espectacular en la población de la región autónoma, mientras que las huelgas en los servicios públicos se han multiplicado para protestar cintra el retraso en los pagos y/o la reducción de los salarios.

Además, la región sufre el conflicto militar con las tropas del Daesh y la afluencia de un gran número de refugiad@s que huye en masa de las invasiones causadas por el grupo yihadista.

Oposiciones regionales e internacionales

La celebración de este referéndum suscita de igual modo la oposición de los estados vecinos como Turquía e Irán, que temen que un proceso así se convierta en una mancha de aceite dentro de su propia minoría kurda, que sufre igualmente las políticas discriminatorias y opresivas de los regímenes de Ankara y Teherán. Turquía, que goza de excelentes relaciones con el GRK y la familia Barzani y es el primer inversor en el Kurdistán iraquí, lo ha denunciado como un “terrible error” y reiterado su apoyo a la “integridad territorial de Irak”.

Los EEU, Rusia y los principales estados europeos son también reticentes a la idea de la independencia y están a favor de mantener la unidad de Irak, a pesar de las muy estrechas relaciones con el GRK, sobre todo en la lucha contra el Daesh. Estados Unidos incluso han tratado de disuadir a l@s responsables kurd@s de aplazar el referéndum. Los estados occidentales querrían aplazarlo varios años, temiendo que se desencadenase un nuevo conflicto con Bagdad y en otra crisis regional.

Una clase dirigente capitalista y corrupta

L@s kurd@s iraquíes apoyan mayoritariamente la idea de la independencia a pesar de algunas voces discordantes que piden aplazar el referéndum y se oponen a la dirección política del GRK dominada por el tándem de Partido Democrático del Kurdistán (PDK), dirigido por M. Massoud Barzani, hijo de Mustapha Barzani, figura legendaria de la rebelión kurda iraquí, y la Unión patriótica del Kurdistán (UPK), dirigida por el expresidente de Irak Jalai Talabani.

Estos dos partidos se comparten el poder dese hace un cuarto de siglo en el Kurdistán iraquí a pesar de períodos de conflictos sangrantes entre las dos facciones kurdas que han causado más de 3000 muertes durante los años 90.

Sin embargo Massoud Barzani es el hombre fuerte del Kurdistán iraquí. Él y su familia monopolizan un gran número de posiciones políticas: el primer ministro, Nêçirvan Barzani, es su sobrino, y el canciller de seguridad nacional, Masrour Barzani, es su hijo. Massoud Barzani todavía gobierna el GRK a pesar del final de su mandato en agosto de 2015.

El sistema político en el Kurdistán iraquí fue suspendido después de un intento de reforma hacia un sistema parlamentario que habría diluido considerablemente los poderes de Barzani. Todas las demás instituciones elegidas democráticamente fueron congeladas o controladas por el partido del presidente “no electo”. Hay que mencionar también los ataques de las fuerzas de seguridad del GRK contra periodistas, activistas y opositores a sus políticas.

Hay que condenar también las relaciones políticas históricas entre el estado de Israel y la familia Barzani. De hecho, en el Kurdistán iraquí agentes del Mossad o antiguos militares israelíes entrenan discretamente a las fuerzas de seguridad kurdas. El GRK ha vendido estos últimos años importantes cantidades de petróleo a Israel a través de sociedades internacionales sin el aval de las autoridades de Bagdad. En estos negocios el petróleo circulaba por un oleoducto hasta el puerto turco de Ceyhan.

Turquía, aliada del gobierno kurdo de Massoud Barzani, ha facilitado esta salida a largo plazo. El gobierno de Erdogan ha abierto una cuenta en el banco público turco Halk y almacena el petróleo kurdo a la espera de compradores.

Conclusión

Es cierto que estos 2 partidos kurdos, PDK y UPK, tienen la intención con esta consulta de reforzar su poder político y económico y sobre todo intentar desviar toda la rabia popular contra su gestión neoliberal y negocios clientelistas y corruptas. Ninguna ilusión se debería depositar sobre el potencial emancipador de estos partidos aliados de los diferentes imperialismos internacionales y regionales, a menudo contra las poblaciones y las fuerzas políticas kurdas de otros países.

No obstante debemos apoyar la posibilidad del pueblo kurdo de Irak de decidir su futuro con toda independencia, es decir, al derecho de autodeterminación incluso si éste conlleva la separación del estado iraquí. Sin embargo es importante que todos los derechos de las minorías étnicas (árabes, turcomanas, asirias) y religiosas (cristianas, yazidíes) sean también garantizadas en el proceso de independencia.

El derecho a la autodeterminación para todo pueblo oprimido es un elemento fundamental para su liberación y su emancipación. Desde hace décadas, este derecho ha sido negado a las poblaciones kurdas que han sufrido la represión violenta de los estados regionales chovinistas y las traiciones de los diferentes estados imperialistas desde entonces.