Análisis sobre la construcción de un equipo militante alrededor de una orientación y de una práctica combativa en Correos
Desde hace más de 25 años, Correos es un verdadero laboratorio de saqueo del servicio público. Empezó disminuyendo su número de funcionarios, para acabar directamente con las propias oposiciones. Pero sin embargo, la carga de trabajo seguía existiendo y por tanto la empresa fue poco a poco contratando a personal laboral y a interin@s. En unos cuantos años, el número de personal laboral y de interin@s ha aumentado considerablemente, sumándose a la ya existente división en Correos de diferentes sectores profesionales la división entre funcionarios y laborales.
Luego llegó la segunda fase, la de las reorganizaciones acompañadas del discurso centrado en la “necesaria rentabilidad” del servicio público. Para conseguirlo, la receta no difiere de la utilizada en las empresas privadas: cuando lo que se busca es cebar a la dirección y desarrollar a los servicios mercantiles, lo primero que se ve afectado es lo que tiene que ver con las condiciones de los y las trabajadoras. Las reorganizaciones, no es ni más ni menos que eso: supresiones de zonas de reparto, y por tanto de puestos, lo que conlleva un aumento de la carga de trabajo, y por consiguiente una multiplicación de los accidentes de trabajo ligados al trabajo en aumento. El servicio ofrecido a l@s usuari@s empeoran por falta de medios suficientes para hacer frente a la afluencia de correo, cuyo formato cambia (más paquetes) pero en ningún caso el flujo.
La tercera etapa está teniendo lugar en este mismo momento: se trata de hacer pagar servicios que antes eran gratuitos – como una simple conversación amigable con una persona mayor – o bien, bajo la excusa de simplificar el servicio, de introducir nuevas obligaciones como la distribución de la publicidad o de los pequeños paquetes.
Y como esa cueva de ladrones y demás directores generales y directores de recursos humanos está compuesta de cuadros superiores provenientes de las mejores escuelas de gestión, las reorganizaciones no son llevadas a cabo en todas las oficinas al mismo tiempo.
Hace ya más de 10 años, que l@s militantes sindicalistas – y para algun@s, también políticos- de Correos del 92 han reunido alrededor de ell@s a un equipo de carteros y carteras que llevan huelgas largas, ofensivas con una estrategia de reagrupamiento de las luchas en contra de las desregulaciones de sus oficios y cuyas perspectivas van más allá de su provincia y de su sector para interrogarse sobre la necesidad de enfrentarse a este mundo que nos explota, nos oprime y nos deshumaniza.
Tres conflictos, entre los llevados a cabo desde hace más de una década en la provincia de las Hauts-de-Seine (92), ilustran esas cuestiones.
2009: carter@s de primeras, mulos al final
En 2009, la dirección de Correos quiso poner en funcionamiento “Carteros de futuro”, proyecto que introducía la autosustitución en caso de ausencia de los y las trabajadoras, lo cual conllevaba un aumento de la carga de trabajo. La huelga, que se inició el 12 de enero en una oficina (Boulogne-Billancourt), acabaría extendiéndose a 25 centros un mes y medio después. Ese resultado pudo conseguirse gracias a una política consciente que trataba, partiendo del enfado que se expresaba mediante la huelga en dicho centro, de buscar extenderlo a otras oficinas con el fin de romper con el aislamiento y con la estrategia de “oficina en oficina” que quiere imponer la dirección. Fue la primera vez que tantas oficinas se ponían en huelga al mismo tiempo; apoyándose en la política llevada a cabo por militantes revolucionari@s y rechazando negociaciones oficina por oficina. Esa huelga acabó con un protocolo de final de conflicto provincial, con la idea de que no se podía acabar con la huelga mientras que cada oficina no hubiese conseguido lo que pedía en lo referido al aplazamiento de las diferentes reorganizaciones (en aquel momento “Carteros de futuro”).
En ningún otro sitio se consiguió algo así: en otras provincias y regiones, todos los conflictos han tenido lugar oficina por oficina, y cuando varias oficinas estaban en lucha, la dirección negociaba por separado con cada una de ellas y así conseguía desmontar el colectivo que estaba en conflicto. En las Hauts-de-Seine, sin embargo, un grupo militante nació, joven, a escala provincial, con una política sindical de asambleas generales, de comités de huelga y de extensión de los movimientos. Esa es la base de toda su actividad.
2014: unificar a los diferentes sectores en Correos mediante la lucha
La huelga de 2014 permitió que nos diéramos cuenta de lo acertado de aquella orientación. Con una dimensión explícitamente política, contra la precariedad, dicha huelga se inició en contra del despido de 4 compañer@s precari@s en una oficina. Esa lucha no sólo fue llevada a cabo por l@s precari@s en cuestión sino por la casi totalidad de la oficina (87% de huelguistas el primer día). A la política de extensión de la huelga – que duró en esa ocasión más de 6 meses – se añadió una política de alianzas, de lucha común con los y las trabajadoras precari@s de la cultura y del mundo del espectáculo, así como una huelga indefinida común durante unos diez días entre dos sectores de Correos diferentes (carter@s y agentes de la plataforma de paquetería), lo cual era por aquel entonces algo totalmente inédito. Para l@s huelguistas, la unión con los precarios y l@s trabajador@s precari@s de la cultura y del mundo del espectáculo fue una experiencia que les demostró que gracias a la acción común con otros sectores es posible ganar.
2016: consolidación de las conquistas y creación del Frente social
En 2016, esa misma experiencia fue ampliada con la CGT Goodyear y con la CGT Info’Com, y con sectores provenientes de la juventud libertaria, “autónoma”, desembocando en la creación del Frente social. Se trata de la profundización de una política que no puede limitarse al sector de correos.
Desde hace 10 años, todas las huelgas llevadas a cabo por las y los carteros de las Hauts-de-Seine se han saldado con victorias. En cada momento fueron confrontadas a un nivel muy alto de represión en la que la dirección de Correos y la policía obraban juntos para intentar reventar a aquell@s que les resistían.
Uno de los elementos fundamentales ha sido no dejar nunca que se le reste importancia a la cuestión de la represión y de insertarla siempre en la lucha más global entre explotad@s y explotadores. Para darse los medios de llevar a cabo una política y de mostrar que ésta era acertada, era también necesario defender con fuerza a aquellos y a aquellas que estaban siendo sancionad@s por la empresa. De ese modo, los camaradas que hoy en día son responsables provinciales de SUD Poste 92, sindicato mayoritario en Correos en las Hauts-de-Seine, siempre vieron sus salarios mantenidos así como su actividad militante a pesar de las sanciones que conllevaban temporadas sin sueldo.
Echando la vista atrás de esa década de luchas, de creación de un equipo militante unido y determinado, de la creación de lazos interprofesionales e interluchas, nos damos cuenta de la importancia de que la huelga de 2018 que estamos viviendo en la actualidad acabe en victoria. Hay mucho en juego, para l@s huelguistas en particular, para los y las trabajadoras de Correos en general, pero también para tod@s l@s trabajador@s que levantan la cabeza y resisten, enfrentándose sistemáticamente con la violencia y la represión de la patronal y de los gobiernos de turno.
Correos Hauts-de-Seine: ¡en huelga hasta la victoria!
El pasado 26 de marzo, cuando la dirección de Correos consiguió de Muriel Pénicaud (ministra de Trabajo del gobierno Macron) la autorización de despedir a Gaël Quirante, pensó que conseguiría así deshacerse de un militante sindical y político combativo.
La dirección pensaba que los y las carteras iban a llevar a cabo una huelga simbólica de un día, y que luego regresarían tod@s al trabajo. Pero era sin contar con la política desplegada por es@s militantes de las Hauts-de-Seine (92), much@s de ell@s sindicalistas, de l@s cuales algun@s organizad@s políticamente en el NPA. Una política que se basa no solamente en no ceder sin pelear frente al patrón sino sobre todo que busca desarrollar la conflictividad, reagrupando a los y las carteras que luchan, dirigiéndose a otros sectores en lucha para tejer lazos y reconstruir nuestra clase, y por último y en permanencia, busca disputarles el poder a los patrones.
¿Quién debe decidir quién representa a l@s asalariad@s?
Desde el principio, l@s militantes de SUD Poste 92 decidieron no rendirse si efectivamente despedían a Gaël. El planteamiento era sencillo: aunque se diera el despido de nuestro representante sindical, se llevaría a cabo una lucha para exigir que siguiera siendo representante de los y las trabajadoras. Aunque parezca elemental, esa reivindicación planteaba un problema fundamental: ¿Quién debe decidir quién es el representante de los y las aslariad@s? ¿Tienen algo que decir los patrones con respecto a este tema? En última instancia, todo esto equivale a disputar el poder a los patrones y a decir que son los y las aslariad@s, los y las trabajador@s, l@s que tienen que decidir en sus centros de trabajo y nunca los explotadores.
Despidiendo a Gaël, Correos buscaba acabar con un militante sindicalista combativo que intervenía en los centros y en las oficinas de correos. Por ello, ha hecho intervenir en varias ocasiones a la policía para intentar desalojar a los huelguistas; y por esa razón se ha ensañado llevando a Gaël a la justicia para acabar con su mandato sindical, aunque los jueces hayan dado hasta ahora la razón a SUD Poste. De hecho no es casual que una de las principales condiciones de la dirección de la empresa para abrir las negociaciones sean las modalidades de intervención y de toma de palabras en las oficinas.
Una huelga contra la degradación de las condiciones de trabajo
Rápidamente, l@s huelguistas decidieron extender sus reivindicaciones a las condiciones de trabajo, con el objetivo de ampliar la huelga, dirigiéndose al conjunto de los y las carteras, y de aprovecharse del impulso creado por la solidaridad con Gaël para volver a poner de actualidad la lucha contra las reorganizaciones, contra la precariedad, etc. De una huelga solidaria hacia un sindicalista represaliado, el conflicto se ha transformado en un movimiento en contra de las reorganizaciones del trabajo en el reparto y contra la transformación a marchas forzadas del oficio de carter@.
Cuando empezó la huelga, Correos estaba intentando imponer la “méridienne” en la provincia. El objetivo de esta reorganización total del trabajo de los y las carteras es pasar de una jornada de trabajo continua – empezando a las 6 de la mañana para clasificar el correo, antes del reparto, y de poder regresar a casa después de dicho reparto, hacia las 14h -, a un turno partido en dos con una pausa en medio que podía ir desde 45 minutos hasta 2 horas, lo cual implicaría en realidad una doble jornada de trabajo ya que el/la carter@ ya no podría regresar a su casa antes de las 17h o las 18h, o incluso más tarde.
Esa interrupción de la jornada va acompañada de la preparación y reparto de ahora en adelante separados: por un lado, los y las carteras clasifican enfrentándose a un trabajo repetitivo y alienante, y por otro lado, compañer@s que se ocupen del reparto destinándole más tiempo más aún si le añadimos la interrupción debido a la “méridienne”. Mientras que en otras provincias, en concreto en París, los sindicatos han aceptado dichas medidas, o se han limitado en pedir algunas “modificaciones” a las mismas, en las Hauts-de-Seine los y las huelguistas se posicionaron enseguida en contra de la implantación de esa doble jornada de trabajo.
De manera más general, exigieron una moratoria en todas las reorganizaciones previstas en la provincia, esperando que la empresa pudiese justificar la cuantificación de la carga de trabajo para las nuevas organizaciones del trabajo. Es una cosa que evidentemente la dirección es incapaz de hacer ya que en realidad todas las reorganizaciones tienen como objetivo aumentar la carga de trabajo de los y las carteras. Dos elementos están en el centro de esta batalla: la puesta en marcha de los “ îlots”, y de Facteo. Los “îlots” son una especie de minicentros de clasificación – que reúnen a menos de 10 carter@s, a menudo en locales precarios y a veces sin servicios – que Correos presenta como una “reorganización” para acercar a los diferentes servicios.
En lo que se refiere a Facteo, se trata de un smartphone distribuido a tod@s l@s carter@s con el objetivo de hacerles efectuar todos los “nuevos servicios” que Correos trata de imponer a los y las carteras, a menudo de hecho para paliar la insuficiencia de los servicios públicos: “Velar sobre mis padres”, tomar fotos de las rodadas en las carreteras para informar a los ayuntamientos, o incluso… ocuparse del reclutamiento para el ejército de tierra. Toda una serie de servicios que alteran completamente el trabajo de cartero hasta el punto de que se acabe perdiendo el sentido.
Diferentes luchas llevadas a cabo anteriormente habían permitido que en las Hauts-de-Seine, la dirección no estuviese aún en medida de imponer todas esas reorganizaciones. Quería este año acabar con esa resistencia e imponer de una vez esos cambios. De ahí que de manera muy natural y con mucha rapidez, el sindicato SUD Poste 92 y los y las huelguistas integrasen esas reivindicaciones al movimiento de huelga iniciado el pasado 26 de marzo de 2018. Ampliando las reivindicaciones más allá de la única reintegración de Gaël, demostrando que si la dirección reprime es ante todo porque quiere poner en marcha esas reorganizaciones y por tanto fulminar un equipo sindical, de lucha de clases y combativo, permitía dirigirse al conjunto de los y las carteras de la provincia e incluso más allá.
Política de reagrupamiento
En efecto, al contrario de las políticas sindicales habituales, los huelguistas han buscado reagrupar inmediatamente al conjunto de los y las huelguistas. Mientras que la política de las direcciones sindicales se basa generalmente en aislar oficina por oficina, sin tratar de ligarlas unas a las otras, dejando a l@s asalariad@s pelearse sol@s en sus respectivos centros contra sus propias reorganizaciones, la política de l@s huelguistas de los Hauts-de-Seine fue proponer de manera sistemática a los y las huelguistas asambleas generales comunes. La elección de crear un comité de huelga también permitió que la huelga fuese apropiada por el conjunto de los y las carteras estuviesen o no sindicad@s. Esa orientación, corresponde a una política voluntarista de intervención cada mañana en las distintas oficinas y ha permitido reagrupar a l@s huelguistas en toda la provincia.
Pero l@s huelguistas también han intentado reagrupar más allá de la provincia. Fue el caso con l@s huelguistas de Rennes-Crimée, que estuvieron 4 meses y medio en huelga desde enero hasta abril de 2018 en contra de las medidas de la “sacoche” y de la “méridienne”. De la misma forma, los y las carteras de las Hauts-de-Seine crearon lazos con sus compañer@s de la región de la Gironde, en concreto en Bègles, dónde tuvieron lugar huelgas en abril y en septiembre en contra de las mismas medidas. Por último, es en París donde los y las huelguistas del 92 han intentado reagrupar. La oficina de París 10/19 ha vivido una huelga indefinida que duró una semana en octubre. La intervención de los y las huelguistas del 92 fue determinante para motivar a l@s carter@s a que siguieran con la huelga pasando de una huelga completamente pasiva sin asambleas generales ni toma de palabras en el centro, a una huelga que buscase dirigirse a l@s dem@s asalariad@s del centro y a enfrentarse con los jefes imponiendo que l@s huelguistas pudieran intervenir y dirigirse a l@s demás trabajador@s en los centros de trabajo.
Es esa política de reagrupamiento la que ha hecho posible la extensión de la huelga. De ese modo, a la vuelta del verano en septiembre, cuando la huelga duraba ya más de 6 meses, la oficina de Châtenay-Malabry se sumó a la huelga indefinida, seguida también por el servicio de colecta de la tarde de la ciudad de Asnières-Gennevilliers. En París, la intervención en la huelga de la oficina de París 10/19 ha permitido establecer contactos con los huelguistas y poner en marcha una especie de comité de movilización; aunque l@s asalariad@s de esa oficina hayan retomado desde entonces el trabajo, ese comité permite debatir y retomar rápidamente la lucha.
A finales de octubre, con la ayuda del comité de apoyo, l@s huelguistas del 92 han tratado de dirigirse a las diferentes oficinas parisinas, donde las medidas de la “sacoche” y de la “méridienne” ya están funcionando y desorganizan por completo las condiciones de trabajo, llamando a una intersindical de la región parisina y a una coordinación de los y las carteras de toda esa región. Esa política de reagrupamiento y de extensión de la huelga trata también de aumentar la presión sobre la dirección de la empresa para forzarla a abrir verdaderas negociaciones para discutir las reivindicaciones de l@s huelguistas.
Dirigirse a los demás sectores
Más allá de esa política de reagrupamiento en el seno de Correos, l@s huelguistas del 92 siempre han tenido el enfoque, a lo largo de toda la huelga, de dirigirse a otros sectores en lucha, en una política de reagrupamiento y de coordinación de las luchas en contra de la patronal y del gobierno. Esa política ha sido particularmente desarrollada durante la pasada primavera, en el momento en el que los y las estudiantes y los y las ferroviarias se movilizaron. Mientras que la política de las direcciones sindicales era impedir que lazos se crearan entre esos diferentes sectores, era fomentar la dispersión y contener el desarrollo de la huelga en la SNCF (RENFE en Francia) con la estrategia de la huelga “2 días de 5”, los y las carteras del 92 intentaron unificar a esas diferentes luchas. De ese modo, l@s huleguistas intervinieron casi de manera sistemática en las asambleas generales de estudiantes en Nanterre, así como en las de l@s huelguistas de las estaciones parisinas del ferrocarril.
Esa política ha permitido establecer lazos concretos, más allá de los simples discursos sobre la “convergencia de las luchas”. El 26 de abril, la acción en la Défense fue organizada en común entre ferroviarios, estudiantes y trabajador@s de asuntos sociales. De la misma manera, el 18 de mayo, la oficina de la ciudad de Neuilly fue bloqueada por l@s carter@s pero también por ferroviarios y estudiantes. La dirección de la empresa tuvo que llamar a los antidisturbios para desalojar a l@s huelguistas y a sus apoyos. El 22 de mayo, el estudiantado de Nanterre tuvieron que enfrentarse al intento del rectorado de deslocalizar los exámenes fuera del campus para romper la huelga en dicha universidad. Los y las carteras con el apoyo de los ferroviarios acudieron para bloquear el centro de exámenes en la ciudad de Arcueil.
Por otro lado, l@s huelguistas han apoyado sistemáticamente las iniciativas del comité “Justicia para Adama”, organizado alrededor de la familia Traoré, en contra de las violencias policiales. Por su lado, Assa Traoré – hermana de Adama – ha apoyado regularmente las acciones de los y las carteras firmando el calendario de l@s huelguistas y llamando a que se ingrese dinero en la caja de resistencia.
Esos lazos concretos son los que, forjados al calor de la lucha contra la patronal, su gobierno y su policía, permiten sobrepasar las barreras que ponen en pie los patrones pero también las direcciones sindicales. Esos lazos refuerzan la conciencia debido a que l@s asalariad@s, l@s parad@s y l@s jóvenes de los barrios populares forman una única y misma clase con intereses comunes, y que demuestran que mediante la unidad, luchando junt@s, es como podremos acabar con esta sociedad.
Ese es también el sentido de la intervención de los y las carteras en los conflictos de Pinel, de los Hyatt, así como con l@s asalariad@s de Ford que luchan contra el cierre de su fábrica en Blanquefort. Es de hecho durante la manifestación del pasado 22 de septiembre en Burdeos que se tomó la decisión de llevar a cabo una iniciativa que consistía en ir junt@s al salón del automóvil con los Ford, los Goodyear y los y las carteras de las Hauts-de-Seine, para montar un stand y debatir de la idea de una iniciativa común contra los despidos.
Correos: sigue el ensañamiento contra l@s huelguistas del 92…
La huelga de los y las carteras del 92 supera ya los 11 meses y hace un año el próximo 26 de marzo. Mientras tanto, la dirección de Correos sigue rechazando las reivindicaciones de l@s huelguistas y un nuevo entramado de intimidación se inicia. En efecto, hace ya unas semanas que Gaël, Dalila, Mohamed y Brahim, 4 huelguistas fuertemente implicados en esta lucha, han recibido una convocatoria “para una primera comparecencia” frente a un juez de instrucción. La convocatoria estipula: “Os informo que contemplo vuestra imputación”.
Según esta convocatoria, se trata de una denuncia por “violación de domicilio”, “degradaciones voluntarias” y “violencias voluntarias”. Los hechos denunciados tienen que ver con…2014, año de una anterior huelga de los y las carteras del 92, y más concretamente de una acción que consistió en ocupar la sede de Correos en febrero de 2014.
El objetivo es claro: ejercer una presión suplementaria sobre la actual huelga, que la dirección no consigue apagar a pesar de su ensañamiento en contra de los y las huelguistas y en contra de l@s militantes sindicales. Se trata en efecto, de toda evidencia, de aumentar aún un poco más la presión sobre un equipo determinado, después de la reciente derrota, en los tribunales, de la dirección de Correos en su intento de impedir que Gaël pueda intervenir en las oficinas.
Un intento de presión inaceptable, y una vez más una doble vara de medir más que evidente: huelguistas y sindicalistas imputados mientras que los Benalla, Balkany y demás Sarkozy siguen paseándose a su antojo. Necesitamos que la respuesta y la unidad sea la más amplia posible y que ésta esté a la altura del ataque con el fin de que se consiga que se detengan las actuaciones judiciales.
…pero l@s huelguistas aumentan también la presión mediante ocupaciones y acciones diversas estas últimas semanas
“Oh Pénicaud, vamos a buscarte a tu casa”
El pasado miércoles 20 febrero y después de varias acciones y ocupaciones en la sede estatal de Correos que acabaron con la intervención de los antidisturbios, 70 carteros y carteras de las Hauts de Seine, acompañad@s de sus apoyos, entraron en el patio de honor del ministerio del Trabajo. Su objetivo fue interpelar a Muriel Pénicaud (ministra del Trabajo del gobierno Macron), la cual está en el origen de la huelga ya que fue la que permitió mediante su autorización el despido de Gaël Quirante.
Al querer ayudar a Correos a aplastar a aquellos y aquellas que resisten, la ministra ha echado más leña al fuego: debe ahora intervenir para que se abran verdaderas negociaciones así como la firma de un protocolo de final de conflicto. Pero esa visita, por muy pacífica que fuese, no gustó a la ministra. ¿Puede ser que el gobierno tema que la consigna “Vamos a buscarte a tu casa”, que se escucha cada sábado en las manifestaciones de los chalecos amarillos se haga realidad por medio de l@s carter@s?
Un miembro del secretariado interministerial se acercó a los huelguistas asegurándoles que se les propondría una cita a principios de la semana siguiente. Pero a pesar de eso, en ese mismo momento, fueron los antidisturbios los que llegaron y empujaron violentamente a l@s huelguistas y a sus apoyos a la calle. Cachearon a l@s manifestantes y cuando éstos se estaban yendo por grupos de 5, una veintena de antidisturbios saltaron sobre el grupo en el que se encontraba el sindicalista Gaël Quirante para detenerlo. Esa operación fue particularmente brutal: además de Gaël, que fue tirado al suelo e inmovilizado violentamente, otros dos militantes del comité de apoyo tuvieron el brazo roto mientras que otros huelguistas recibieron puñetazos y golpes con porras. Una semana antes, era otro huelguista el que era agredido pero esta vez por un cuadro de Correos, el cual le propinaba un puñetazo y le rompía la nariz.
Este ensañamiento represivo en contra de los y las trabajadoras en huelga de las Hauts-de-Seine demuestra que encarnan hoy una combatividad, una determinación, que la patronal y el gobierno quieren machacar. Si Correos, con el apoyo del gobierno y de su policía, gastan tantos medios para impedir que la huelga salga victoriosa, es porque si esta huelga ganase, podría ser un ejemplo para las demás luchas en la misma empresa pero también para otras luchas obreras y así entrar en resonancia con la rabia y el enfado que se expresa cada sábado, durante las manifestaciones de los chalecos amarillos a las que los y las huelguistas y los apoyos participan cada semana.
Extender el apoyo: el camino hacia la victoria
Esta detención y esas brutalidades han suscitado una amplia indignación y una gran solidaridad. Esa misma noche, más de 200 personas se concentraron frente a la comisaría del distrito 13 de París para apoyar al compañero y a los huelguistas. Son much@s l@s que tomaron la palabra al ser liberado Gaël, debido a un defecto en el procedimiento legal, como Olivier Besancenot, el diputado Eric Coquerel, sindicalistas del ministerio del Trabajo, ferroviarios, militantes contra las violencias policiales, chalecos amarillos, etc.
Durante su intervención, Gaël resume lo que está en juego con esta huelga y la razón de su duración: “Lo que quiere la dirección de Correos es que l@s 150 compañer@s que llevan a cabo esta huelga con un enorme coraje sean derrotados para que cuando retomen el curro ya no tengan ganas de pelear ni de oponerse a la dirección. Y el último cartucho que les queda es la fuerza bruta: los seguratas, los antidisturbios, las detenciones, las violencias”.
En 11 meses la huelga no ha retrocedido, l@s huelguistas se mantienen firmen; su movimiento ha logrado el apoyo del 51% de sus compañer@s durante las elecciones sindicales con una tasa de participación elevada con 17 puntos por encima de la media nacional; la justicia ha reconocido que Gaël tiene derecho a representar a l@s asalariad@s a pesar de haber sido despedido ya que está mandatado por su organización sindical.
Correos ha perdido en todos los ámbitos (hasta 22 sentencias judiciales en 4 años favorables a los huelguistas que condenan a la empresa por defecto de información al CHSCT -Comité de higiene, de seguridad y de las condiciones de trabajo- sobre la cuantificación de la carga de trabajo) pero se resiste aún en salir derrotada. Solo la solidaridad, el apoyo activo a la huelga, las donaciones a la caja de resistencia que les ha permitido llegar hasta aquí al tener nóminas a 0 euros desde el 26 de marzo de 2018, y nuestra unidad alrededor de l@s huelguistas puede ahora hacer que la correlación de fuerzas bascule a su favor.