14589758_1103201949758184_8912261687557553679_oSon alrededor de 80,000 trabajadores y trabajadoras lxs que están llamadxs a la huelga el día 6 de octubre. El sector del telemarketing, conocido por su precariedad laboral, está compuesto principalmente por subcontratas de las grandes empresas energéticas como Gas Natural e Iberdrola, de telefonía como Movistar, Orange o Vodafone, de la banca como Santander y Bankia, incluso de servicios de atención al público y emergencias (061, 012…). Después

de casi dos años de negociaciones entre la Asociación de Contact Center Española (ACE) y los sindicatos del sector desde que venciera el último acuerdo sectorial en diciembre de 2014, la patronal está decidida a no aceptar ninguna de las propuestas que persiguen únicamente alcanzar unas mínimas condiciones laborales dignas en el sector. Ante esta situación, CCOO, CGT y UGT convocaron paros parciales de dos horas, que tuvieron lugar los pasados días 22 y 29 de septiembre con un seguimiento que, según la prensa oficial, rondó el 40%. La próxima fecha que tenemos por delante es el 6 de octubre con una huelga de 24 horas, que también es convocada por Co.bas en aquellos centros de trabajo donde está presente.

El salario medio ronda los 700€, las jornadas a tiempo parcial suponen alrededor del 70% y la temporalidad es la norma en este sector. Nada que nos sorprenda ya cuando hablamos de subcontratación. El telemarking no es una excepción, pues esta situación se extiende incluso a los servicios de las administraciones públicas como la sanidad o la educación, donde la mayoría de actividades se encuentran subcontratadas: la limpieza, el mantenimiento, la atención telefónica e incluso tenemos el ejemplo de lxs monitorxs de lengua de signos, que llevan en lucha en Andalucía ya varios años contra sus precarias condiciones laborales.

Unida a la destrucción de los convenios colectivos derivada de la última reforma laboral, la subcontratación es la mejor herramienta para mermar las condiciones laborales de muchísimxs trabajadorxs. Cada vez más empresas van sustituyendo a sus trabajadorxs, que están sujetxs a convenios de empresa más o menos aceptables, por trabajadorxs de una subcontrata que no

tienen asegurados ni los mínimos derechos laborales. Esta tendencia degrada las condiciones laborales del conjunto de la clase trabajadora, pues poco a poco, y más con la situación de crisis, se van igualando a la baja: lxs trabajadorxs de la empresa central empiezan a perder derechos igualándolos con los de la subcontrata, cosa que también va ocurriendo progresivamente con lxs trabajadorxs del sector público. Por tanto, la lucha es una, es del conjunto de la clase trabajadora.

Es imprescindible que a la lucha en las subcontratas se sumen lxs trabajadorxs de las grandes empresas. La consigna central dentro de las empresas con convenio colectivo debe ser que lxs trabajadorxs de la subcontrata pasen a serlo de la empresa sujetxs a dicho convenio y por supuesto oponerse al despido de trabajadorxs pues irá en pos del trasvase de servicios y con ello de trabajadorxs a la subcontrata. En las subcontratas, la consigna pasa por conseguir las mínimas condiciones laborales dignas. En este plano, solo los métodos de lucha de la clase trabajadora, como los paros y las huelgas, sirven para situarnos en mejor correlación de fuerzas frente a la negociación de un convenio.

Hay que ir más allá de la huelga del 6 de octubre: sólo una hoja de ruta diseñada para ganar el conflicto permitirá aumentar nuestra correlación de fuerzas. Es imprescindible darle una continuidad a la huelga del 6 de octubre. La huelga de un día debe ser simplemente una advertencia, la visibilización del inicio de la lucha de lxs trabajadorxs. Lxs trabajadorxs, sea cual sea su afiliación sindical, deben organizarse en asambleas para decidir esta hoja de ruta, con un calendario de movilizaciones, una estrategia en el plano jurídico, la construcción de una caja de resistencia y la conexión con otros sectores en lucha. Está por ver si las centrales sindicales mayoritarias que, en esta ocasión han convocado los paros y la huelga, han convocado para ganar o para hacer el paripé. Lxs trabajadorxs autoorganizadxs serán lxs únicxs capaces de presionar para ello.

Los derechos que nuestrxs abuelxs, madres y padres conquistaron con la lucha, nos son arrebatados tan pronto como una crisis impulsa a la patronal a aumentar aún más la tasa de explotación. Construyamos un camino hacia la huelga general. Unifiquemos las luchas pequeñas y aisladas de cada sector y tejamos una coordinación entre los sectores. Un calendario de huelgas rotativas por sectores puede ser una buena herramienta para ello y para avanzar hacia una huelga general construida desde abajo, una huelga en la que lxs trabajadorxs decidan su continuidad y plan de lucha.