
Los talibanes entraron en Kabul 20 años después de haber sido expulsados, trayendo consigo el anuncio de una dictadura islámica cuyo recuerdo ha provocado la huida desesperada de miles de mujeres y hombres al aeropuerto, algunos intentando escalar a los aviones estadounidenses arriesgando sus vidas.
Esta nueva derrota histórica, militar y política del imperialismo estadounidense, después de 20 años de guerra llevada a cabo en nombre de la “libertad” y contra el “terrorismo”, se va a traducir en lo inmediato en todavía más violencia y opresión para la gran mayoría de la población afgana . El ataque reivindicado por una organización cercana al Daesh, que mató a unas 100 personas en el aeropuerto de Kabul durante los últimos días de la evacuación de los soldados, es la trágica prueba de ello.
La ocupación no ha permitido acabar con el terrorismo, al contrario, es incluso la que habrá hecho prosperar en este tiempo a muchos grupos que se han proclamado como los primeros oponentes de los ocupantes.
Las raíces profundas del regreso de los talibanes
Para justificar la salida de las tropas, el presidente Biden explicó que había costado demasiado: 1.000 billones de dólares … y las vidas de 3.500 soldados occidentales sacrificados en vano. Pero, sobre todo, hay que añadir al número de víctimas de esta derrota l@s 240.000 muert@s afgan@s, l@s 5 millones de desplazad@s intern@s y más de 3 millones de refugiad@s en el extranjero.
La situación actual y el ascenso de los talibanes tienen sus raíces en la guerra iniciada en 1979 por la URSS en Afganistán, que terminó en una debacle soviética en 1989. EEUU no dejó de alentar y armar a los grupos rebeldes islamistas. Si fueron los talibanes quienes tomaron el poder en 1996 es porque se habían convertido en la única fuerza algo centralizada, a través de las escuelas religiosas donde habían reclutado con la ayuda directa de los servicios secretos paquistaníes, y bajo la mesa con la de EEUU.
Hoy el pueblo afgano se enfrenta al mismo tipo de escenario: después de 20 años de guerra y caos, esta vez engendrado por EEUU y sus aliados, incluido el estado español, que mantuvo tropas en Afganistán hasta el pasado mes de mayo desde que Zapatero envió las que retiró de Irak, está con los talibanes, tras un período de debates oficiales en Doha, Qatar, en que la administración Trump negoció la retirada de las tropas … y su regreso al poder.
Así que es una tremenda estafa por parte de Biden venir hoy a llorar ante el mundo por el fracaso de EEUU en llevar la democracia a l@s afgan@s. ¡Ayudar a los talibanes a volver al poder es todo lo que habrán logrado! Y con el apoyo de la OTAN y la retórica de la “lucha contra el terorrismo” que ha imbuido a todos sus estados miembros durante 2 décadas.
¡Recepción incondicional y regularización de l@s refugiad@s afgan@s! Pongamos fin a las leyes migratorias racistas del gobierno PSOE-UP
El estado español, que ha estado presente militarmente durante 17 años en Afganistán, tiene su parte de responsabilidad en la situación actual. Por tanto, es repugnante que Sánchez evoque la “solidaridad” en la acogida de refugiad@s y se lamente del futuro que espera a las mujeres afganas sin hacer ninguna autocrítica de nuestro apoyo a la intervención tras la invasion de EEUU y, lo que resulta más obsceno aún, habiendo denegado el asilo a miles de mujeres refugiadas en sus 2 años en Moncloa, a la vez que Marlaska continúa deportando a inmigrantes a Marruecos, 125 personas que habían solicitado asilo, la pasada semana.
La puesta en escena de la recepción de decenas de exiliad@s afgan@s y la bienvenida de Marñaska y Pedro Sánchez, además de nauseabundas por hipócritas, no crea ninguna ilusión que no debería alimentar Unidas Podemos, quien no es capaz de obligar a un cambio de políticas: las fronteras deben estar abiertas, la recepción debe ser incondicional y las leyes migratorias actuales, que legitiman las devoluciones en caliente y la construcción de CIEs deben ser derogada.
¡Solidaridad con los pueblos de Afganistán! Y llevemos también nuestra solidaridad de clase, al menos de corazón y de mente, a tod@s aquell@s en el propio Afganistán que ya han comenzado a manifestarse contra el régimen talibán.