La nueva ley de universidades Kerameos-Crysokoidis ha sido votada por el gobierno de Nueva Democracia por amplia mayoría. Una ley que pone a la policía a controlar los centros educativos, a reprimir de forma preventiva en los campus y a detener el combativo movimiento de las asociaciones y del potente movimiento estudiantil griego. Una ley que intensificará la represión política con medidas disciplinarias junto a cámaras y control facial, que irán en detrimento del movimiento estudiantil si éste opta por congelar la “actividad académica” con las graduales formas de su lucha.
La nueva ley intensifica las barreras de clase con el cambio en la base mínima de admisión, que expulsará a 25.000 alumn@s de las facultades. Una ley que intensificará la rentabilidad capitalista y el funcionamiento empresarial en las universidades y conformará un modelo estudiante-trabajador del futuro que será flexible, dócil e individualizado, sin derechos colectivos, representaciones de lucha y con la cabeza gacha. Incluso también es intención del gobierno cerrar departamentos, abolir el examen de graduación y llevar una única papeleta a las facultades, despolitizando la discusión en las asociaciones estudiantiles.
Necesitamos estar en las calles, en las masivas manifestaciones que están teniendo lugar en todas las ciudades del país. Aunque la ley se haya aprobado, la lucha no se detiene y sigue con mayor intensidad. El movimiento estudiantil y educativo en su conjunto junto con l@s trabajador@s, con una postura implacable, impedirá que esta ley sea implementada. La única oposición combativa a los proyectos del gobierno Mitsotákis son las batallas que da el movimiento, y no la “oposición de izquierdas” de Syriza en el parlamento, ni las moderadas demandas democráticas de los rectores. Sabemos luchar con todos los medios necesarios para defender las condiciones de estudio y vida de l@s explotad@s.
El movimiento masivo y unitario en defensa de la educación mostró su combatividad cuando rompió en la práctica la prohibición autoritaria de que se concentraran delante del parlamento más de 100 personas en la primera manifestación de protesta totalmente desbordada, lo que provocó un repliegue y derrota del gobierno percibida por todo el mundo.
Las reacciones a esta ley y luchas por la educación pública pueden constituir y desencadenar una indignación y una reacción sociales más amplias. El movimiento estudiantil y educativo debe vincular su lucha contra la ley Kerameos para abrir escuelas y colegios, con todas las medidas de protección necesarias, haciendo un frente social y de clase, con las luchas de la clase obrera para defender la vida y sus derechos frente la la política asesina y autoritaria del gobierno, las luchas en los hospitales para mejorar la salud pública, las luchas contra la abolición de las libertades civiles y democráticas. Hay que ser capaces de vincular éstas con las luchas contra el apartheid sanitario entre l@s refugiad@s y contra el acoso sexual en los centros de trabajo, donde las denuncias han tomado la forma de una avalancha.
No nos intimidan sus prohibiciones, sino que nos provocan más rabia y ganas de tomar aceleradamente las calles. ¡No en la ley de universidades del ministro Kerameos! ¡No a la policía universitaria! No vamos a admitir ni una cámara ni mecanismos de control facial. ¡Basta a las limitaciones en las matriculaciones!
¡Queremos centros educativos y facultades abiertos con todas las medidas de protección necesarias!
No a las multas que buscan acabar con el movimiento estudiantil. Derogación inmediata de la nueva ley de manifestaciones.