El pasado 22 de marzo tuvo lugar la primera huelga nacional de trabajador@s de Amazon en Italia. El paro estaba dirigido a unas 30.000 personas, de las cuales 9.500 son emplead@s de almacenes y centros de operaciones con contrato logístico estatal, así como en empresas prestadoras de servicios de logística, manipulación y distribución de mercancías. Los sindicatos italianos FILT-CGIL, FIT-CISL y Uiltrasporti convocaron la huelga después de no lograr un acuerdo en 2 reuniones en enero con representantes de la empresa y tras fallidas negociaciones con la asociación de empleadores Assoespressi, que representa a las empresas de mensajería en Italia. Lanzaron un llamamiento a los consumidores para que “No compren durante 24 horas”.
La huelga se decidió tras la interrupción de las conversaciones para la negociación de 2º nivel de la cadena de suministro de Amazon, la de l@s conductor@s que reparten paquetes en los hogares. Según el sindicato FILT-CGIL, son 16.500 personas que trabajan para las aproximadamente 90 empresas representadas por Assoespressi, que por contrato trabajan 39 horas semanales, que se pueden ampliar hasta 44 debido a la denominada discontinuidad, y que entregan hasta 180 paquetes al día, con una parada de 3 minutos por entrega y siguiendo un camino definido por el famoso algoritmo.
En la mesa de discusión estaba la verificación de las cargas y los ritmos de trabajo impuestos, la negociación de turnos de trabajo, la reducción de la jornada laboral de l@s conductor@s, los aumentos salariales, la cláusula social y la continuidad laboral para todo tipo de emplead@s en caso de un cambio de contrato o cambio de proveedor, y el cumplimiento de la normativa de seguridad y salud, la indemnización por Covid. La participación en la protesta alcanzó el 75%, según los sindicatos logísticos. Para Amazon, sin embargo, los proveedores de servicios de entrega informaron de una tasa de adhesión de alrededor del 20%.
Desde Génova hasta Rieti y Castel San Giovanni, el primer almacén de Amazon en Italia a las afueras de Piacenza, trabajador@s de todos los niveles de la cadena de suministro se reunieron a las puertas de las fábricas en piquetes y marchas. La solidaridad no se hizo esperar por parte de los sindicatos estadounidenses que apoyaron la huelga de l@s trabajador@s italian@s. “Esta es una lucha global”, dijo Jennifer Bates, una de las representantes que está llevando a cabo las movilizaciones en las fábricas de Amazon en el estado de Alabama, en un mensaje de video. “Queremos desearles a todos, nuestros hermanos y hermanas italianos, buena suerte en la huelga de hoy. Es una lucha por la justicia y estamos de vuestro lado”.
A nivel mundial, la pandemia ha provocado un boom para Amazon: en 2020, el gigante de la logística contrató a 437.000 nuev@s emplead@s, llegando a 1,2 millones de personas. En el tercer trimestre de 2020, sus ingresos crecieron un 197% y el fundador Jeff Bezos vio aumentar sus activos entre marzo y octubre de 113 a 192 mil millones de dólares. Esta primera huelga contra Amazon en Italia se produjo después de un aumento repentino del comercio electrónico, producto de la pandemia, con un aumento récord del 31% de los bienes vendidos online en 2020, hasta los 23.400 millones de euros, según datos de la Universidad Politécnica de Milán.
En un comunicado conjunto el mismo 22 de marzo en respuesta a uno de Amazon que aseguraba que los derechos de sus trabajador@s son su “máxima prioridad”, los sindicatos convocantes FILT-CGIL, FIT-CISL y Uiltrasporti aseguraron que gracias a las labores del “ejército de unos 40.000 trabajadors@ que nunca se detienen”, el gigante Amazon había obtenido ganancias estelares durante la pandemia y que la retribución que han recibido l@s emplead@s son mayor carga laboral y más presión para trabajar más rápido.