Esta nueva repetición electoral ha traído consigo algunas novedades con respecto a las anteriores. Si bien se anunciaba cierto hartazgo, materializado en una participación de un 5% menor, la participación sigue siendo alta en la serie histórica. Por un lado, encontramos el hundimiento de Cs de 57 a 10 escaños, la subida del PP de 66 a 88 y VOX de 24 a 52 en el bloque de la derecha, el cuál mantiene prácticamente el mismo porcentaje de voto (pasa del 42’9 en abril al 42’7% ahora), pero rentabiliza en más escaños con mayor concentración de voto.

Por otro lado, las formaciones que han hecho un preacuerdo de gobierno, PSOE y Unidas Podemos, bajan 10 escaños (7 si descontamos los 3 escaños de Más País) y mantienen también prácticamente el mismo porcentaje de voto (43% en abril frente al 43’1% ahora con Más País), siendo la menor concentración de voto la raíz del peor resultado en escaños.

Por último, cabe destacar nuevamente los resultados en las nacionalidades sin estado de Euskadi y Catalunya. En Euskadi (donde VOX y Cs no sacan ningún escaño y el PP se queda a las puertas de que le pase lo mismo sacando 1 diputada in extremis en el recuento posterior) vuelve a ganar y mejora resultados el PNV (manteniendo los misma escaños, 6), así como Bildu (mantiene 4 escaños pero adelanta a Podemos como tercera fuerza). Ambas formaciones superan en esta convocatoria el 50% de todos los votos emitidos.

En Catalunya también se profundiza un poco más la fuerza de los partidos independentistas, pasando de 22 a 23 escaños y de un 36’64% a un 42’59%: gana ERC con 13 (antes 15), JxCAT con 8 (antes 7) y entra por primera vez al congreso las CUP con 2 escaños. Es necesario desmentir las amañadas cuentas de los medios de comunicación de que el 57% restante es la fuerza en contra del derecho a decidir. Si sumamos los porcentajes de quienes han defendido claramente dicho derecho (ERC, JxCAT, En Comú Podem y CUP) suman un 56’8, mientras que, por un lado, el “bloque de Colón” favorable al 155 sumarían apenas un 19%,mientras que el PSC con una posición federalista alcanzaría el 20%.

48 horas después preacuerdo de gobierno de coalición PSOE – UP. ¿”La experiencia del PSOE y la valentía de Unidas Podemos” para abordar los problemas de la clase trabajadora y una más que posible nueva crisis?

Este preacuerdo ha sido dado a conocer a los medios de comunicación como un golpe de efecto a las críticas que por parte de l@s votantes de izquierdas se habían hecho en campaña y en el anterior proceso de negociación. Se ha querido así dar una imagen de capacidad de negociación y resolución haciendo punto y aparte. Pero más allá de las formas, los 10 puntos ya dejan entre ver cuál es la declaración de intenciones de este nuevo “proto-gobierno”.

Dentro del preámbulo y los 10 ejes que componen el documento se hace un llamamiento a tener un gobierno centrado en la protección de los derechos sociales, abordando temáticas centrales como empleo, corrupción, servicios públicos, ecologismo, derechos democráticos como muerte digna o la memoria histórica y el feminismo.

Por otra parte, también se “cuelan” en el preacuerdo la protección de las PYMES (lclaramente incompatible con la lucha contra la precariedad laboral y la justicia fiscal), la reforma fiscal que garantice el equilibrio presupuestario requerido por Bruselas (que deja entrever recortes a corto-medio plazo) y la búsqueda del diálogo y “normalización” de la vida política y la convivencia en Catalunya siempre dentro de la Constitución Española, siendo el marco constitucional claramente incompatible con el derecho de autodeterminación de los pueblos.

Todo apunta a que este nuevo gobierno realizará rápidamente reformas que respondan a algunas de las grandes movilizaciones de este último periodo o a los debates sobre derechos civiles, gestos hacia el movimiento feminista, ecologista, de l@s pensionistas o el derecho a la muerte digna, tal y como ya hiciera en su época el gobierno Zapatero con la retirada de las tropas de Irak o con la legalización del matrimonio gay.

Sin embargo, tal y como ya sucedió también con Zapatero, ningún gobierno liderado por el PSOE se enfrentará ni a los intereses de los ricos en el estado español ni a las directrices de la UE. Al contrario, seguirá sin lugar a dudas el mismo camino: recortes, reformas laborales, desahucios, retraso de la edad de jubilación a los 67 años y la ley mordaza que no se deroga, etc.

Si escuchamos las declaraciones de los secretarios generales de las centrales sindicales CCOO y UGT, en las que cuales “ruegan” por la formación de un gobierno de izquierdas que logre suavizar los ataques sufridos, borran de su agenda y vocabulario cualquier rastro de lucha y movilización para presionar e imponer las medidas programáticas que su filiación y nuestra clase social necesitan.

Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR afirmamos que ningún ascenso de la extrema derecha debe hacernos depositar y generar falsas ilusiones en un gobierno comandado por el PSOE a la luz de las experiencias pasadas, así como de los “gobiernos de izquierdas” en otros países europeos o el triste ejemplo del gobierno andaluz PSOE-IU de 2012, que recortó por “imperativo legal” en palabras del entonces coordinador andaluz de IU, Diego Valderas, en educación, sanidad y dependencia despidiendo a much@s trabajador@s.

Este nuevo gobierno, antes de conformarse, ya está advertido por Bruselas de la necesidad de recortar 7.000 millones de euros para cumplir el límite de déficit… Sin una oposición clara a su izquierda que ofrezca otra perspectiva diferente a la del posibilismo y la resignación, lo que nos espera ante nueva crisis económica con la aplicación de políticas de austeridad por parte de un supuesto “gobierno de izquierdas” es más aumento de la extrema derecha. Contra eso no hay atajos. Urge imponer medidas que mejoren las condiciones de vida de la clase trabajadora y la juventud, lo que significa asumir una política que se enfrente a los intereses de los que realmente tienen y acumulan la riqueza.

Las tareas de la izquierda revolucionaria, independiente de este nuevo gobierno: ¿esperar y sólo anunciar la debacle o intervenir en la realidad de la clase trabajadora ?

Es evidente que ante el aumento de la extrema derecha y las posibles ilusiones y posteriores decepciones de este gobierno, la izquierda que sigue estando en las calles, en los centros de trabajo y en las luchas sociales día a día no puede mantenerse al margen como mera espectadora crítica. No es cierto que se pueda “vigilar” la acción de un gobierno simplemente valorando su actuación con comunicados desde dentro de una de las componentes de la coalición de gobierno, como propone Anticapitalistas dentro de Podemos.

Todas aquellas organizaciones y personas que sostenemos una posición independiente, que sabemos que no es a través de las instituciones y gobiernos liderados por el PSOE como pueden cambiar nuestras vidas y que día a día intentamos demostrarlo en espacios de resistencia, tenemos que dar un paso al frente.

Desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR llevamos tiempo diciéndolo: no hay mejor antídoto para el veneno de la extrema derecha y sus ideas que el reforzamiento de las luchas y las organizaciones de la clase trabajadora, que la imposición mediante la movilización y las huelgas de un programa de urgencia social que redistribuya la riqueza no desde el migrante hacia el trabajador y el rico, no desde un@s trabajador@s a otr@s, sino desde todos aquellos capitalistas que no han dejado de ganar sumas multimillonarias con nuestros recortes hacia quienes sufrimos día a día las consecuencias de este sistema profundamente injusto, vengamos del país o continente del que vengamos.

Por eso, hacemos un nuevo llamamiento a poder tener marcos comunes de discusión e intervención que fortalezcan todas y cada una de las luchas en las que estamos participando. Que nos permita dar un salto cualitativo que atraiga a l@s activistas y tod@s aquell@s sindicalistas que quieren mantenerse independientes de las ilusiones de este gobierno y proponer otra alternativa a la del mal menor.